Poco a poco, sin hacer mucho ruido, Nicolas Roche gana enteros en la clasificación general. El irlandés del BMC ha atacado en el final del descenso del Collado Bermejo sin que ninguno de los favoritos consiguiera seguirle y ha entrado en meta con 29’’ de ventaja respecto al resto de favoritos, lo que le coloca tercero, con 36’’ respecto a Chris Froome, igual que el segundo clasificado, Esteban Chaves. “Ha sido improvisación y no pensarlo”, contaba en meta Roche. “No tenía planeado atacar pero cuando ha salido Nibali he ido a por él y he visto que abría hueco. Así que me he dicho, vamos y vemos qué pasa”.
Confesó que “cuando he visto que tenía un poco de hueco tenía la esperanza de que no me cogieran en el descenso. Me he vuelto loco y he dicho, ¡vamos!”. También añadió que “el descenso era muy técnico, en las curvas la rueda de atrás se iba un poco. Yo no soy muy fan de estas bajadas pero hoy me ha ido bien”.
Roche apostillaba que “en la subida el ritmo era muy fuerte, todo el mundo quería estar delante hasta el último kilómetro de la cima. Sabía que Nibali lo iba a intentar, estaba tirando todo su equipo cada vez más fuerte para lanzar su ataque en la cima”. Así ha sido. “Luego nadie aceleraba y he visto que podía tener la oportunidad. Lo he dado todo”.
Reconocía que “nunca había estado aquí ni conocía el descenso” pero aún así ha querido probarlo y ha sacado renta. “Ha sido un buen movimiento. Estoy corriendo de forma inteligente. Hasta ahora he sido conservador. He tratado de aguantar en las llegadas cortas y explosivas. Hoy es el primer día que me muevo en el final”.
Mañana en Calar Alto la historia “será muy diferente”, reconoce. “Pero estoy en una condición estupenda. Hay unos diez corredores que están al mismo nivel de fuerzas”, concluía el siempre correcto y educado ciclista irlandés afincado en Madrid.