¿Ha sido una sorpresa hacerte con el maillot rojo?
Estaba en el bus, enfadado porque no había podido ayudar a Degenkolb todo lo que me hubiera gustado, y me he enterado. Ha sido una sorpresa. Muy buena sorpresa, es un regalo para el equipo. Tengo sentimientos encontrados.
¿Lograrlo después de lo que te pasó en el Tour es un alivio?
Si, después de mi caída en el Tour estaba muy enfadado, lo estuve dos semanas pero luego cambié el chip y pensé que lo mejor era centrarme en lo que quedaba de temporada. Pero me costó dos semanas superar lo del Tour.
¿Qué tipo de corredor eres?
Buena pregunra, yo también me la hago. Lo primero soy un contrarrelojista, pero me doy cuenta de que empiezo a escalar bien, estoy mejorando día a día. Aun no he ido a por la general de ninguna carrera pero lo haré en un futuro próximo. Las carreras de una semana las domino bastante bien pero una grande es otra cosa.
¿Cómo te planteas la carrera ahora que eres el líder?
Será difícil, mañana ya será duro y pasado hay un puerto de primera categoría. Trabajaré para defenderlo, no quiero dejarlo pero será complicado. Cuando me ganó Chaves fue una sorpresa verme ahí, hacerlo tan bien en la subida final. Y aunque no esperaba vestir el maillot rojo, en los entrenamientos antes de venir aquí sabía que me encontraba muy bien pero de ahí a pensar en el rojo y pelear con los mejores es una sorpresa.
¿Cuál es tu gran objetivo en la Vuelta?
La crono de Burgos. A estas alturas ya he conseguido más de lo que venía buscando.
¿Y después de la Vuelta, el Mundial entra en tus planes?
Lo tengo en mente. En la Vuelta a Suiza me vi muy bien y me demostró que siempre hay que probar suerte y aprovechar los momentos en los que tienes buenas piernas. No esperar y luego lamentarte, como me pasó en el Tour.