Las metas en alto, los puertos explosivos, la incorporación de nuevas cumbres… ya forman parte del ADN de la Vuelta y, otro año más, vuelven a ser los elementos distintivos de la carrera española.
Se echará de menos las últimas etapas por la Sierra de Madrid, aunque es bueno que haya una cierta alternancia para darle oportunidades a otros rincones de nuestra geografía y habrá pasos de montaña inéditos donde, una vez más, podrá haber sorpresas en su desarrollo. Tampoco podemos ignorar etapas, como las que se disputarán por las carreteras del País Vasco, en las que la acumulación de rampas de enorme dificultad y la consecución de puertos de segunda y tercera categoría pueden convertirlas en tan decisivas como la considerada como "etapa reina".
Etapa 8 - sábado 27 agosto - 181.5 km
Hasta la octava jornada el pelotón no se enfrentará con la alta montaña, pero no podemos pasar por alto que durante los días previos ha habido dos llegadas en alto de gran dificultad, con los muros de más del 20% de pendiente en Ézaro, en la tercera etapa, y el mirador de Vixia de Herbeira en la cuarta. Amén del perfil de "serrucho" de la séptima jornada, con el Alto de Padornelo (3ª cat.) muy cerca de la meta.
Esta es la segunda ocasión en la que el pelotón de La Vuelta a España finaliza en La Camperona que, tras el éxito de Hesjedal en 2014, se ha consagrado como una de las cumbres a disputar en esta carrera. Si en 2014 había cumbres previas, como San Glorio, en esta ocasión la etapa es casi llana hasta los seis kilómetros finales, en el Valle de Sabero: una vez tomado el desvío hacia el repetidor de La Camperona nos esperan tres kilómetros de auténtico infarto, con rampas de hasta el 24% de inclinación.
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Etapa 10 - lunes 29 agosto - 188.7 km
Lagos de Covadonga es a La Vuelta algo así como el Tourmalet al Tour: siempre anuncia una jornada de emoción donde, en muchas ocasiones, ha habido sorpresas y ha ganado, contra pronóstico, el que más ha arriesgado en el planteamiento de la etapa.
En la jornada anterior, la novena, ya se habrán calentado motores durante el ascenso a San Isidro, por su vertiente más amable, y las tachuelas de Santo Emiliano, San Tirso, el Alto de la Manzaneda y como colofón, la meta en el Naranco, donde se han escrito gestas épicas de nuestro ciclismo. Sin duda ya se habrán puesto boca arriba las cartas más importantes en el pelotón, y si bien hasta la décima etapa difícilmente alguien habrá podido dejar sentenciada la Vuelta, cualquier despiste en las jornadas previas podría haber eliminado de la lucha por la general a más de uno.
Estamos en el ecuador de la carrera y ya no hay espacio para dudas: por muy clásico que resulte este trazado, con el encadenamiento entre el Mirador del Fito y la meta en la esplanada de los Lagos de Covadonga, es uno de los más peligrosos para cualquier equipo que no consiga controlar la carrera. Además, la dureza de las rampas finales de la Huesera, descartan a corredores que no tengan un verdadero ADN de escalador, como se ha ha demostrado en ocasiones precedentes, y tampoco los casi 190 kilómetros de recorrido van a perdonar cualquier despiste en el planteamiento de la estrategia de esta etapa.
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Etapa 11 -miércoles 31 agosto - 168.6 km
Por si en el Lago de la Ercina hubiese quedado alguna duda de quien va a disputar las etapas de montaña, continuando el periplo del pelotón por la Cordillera Cantábrica, disponemos de otra atractiva etapa que no pasará inadvertida para nadie.
Manteniendo la línea de etapas diseñadas en pro del espectáculo, nos encontramos con la undécima, en la que su excasa longitud, la ausencia de dificultades intermedias y un final apoteósico en un puerto que ya ha demostrado tener capacidad para desmadejar a cualquier pelotón, la sobremesa del 31 de agosto promete ser entretenida.
Desde el punto de vista técnico, Peña Cabarga es un puerto más adaptado a ciclistas con pedalada potente que a escaladores puros: sólo 6 kilómetros de longitud, tramos largos mantenidos con una inclinación superior al 10%, una zona intermedia de descanso y muros finales que se acercan peligrosamente al 20% de pendiente.
Y todavía hay que reservar energías para la jornada posterior ya que aún hay por delante varias jornadas donde la montaña vuelve a ser la máxima protagonista.
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Etapa 12 - jueves 1 septiembre -193.2 km
Lo que debería ser una jornada de transición entre Cantabria y el País Vasco , no va a permitir bajar la guardia a ningún corredor que pretenda mantenerse bien colocado en la general y, a la vista del perfil del trazado, una buena estrategia de equipo será imprescindible para quien necesite mantener controlada una jornada que ofrece un perfil esquizofrénico, con cuatro cotas puntuables: Alisas, la Escrita y una doble ascensión hasta el Alto del Vivero. Puede ser un día de escapados pero, con un puerto de primera categoría situado en el primer tercio de la etapa y la euforia que puede desatarse en los kilómetros finales con el siempre entregado público de Bilbao animando la carrera, se pesenta como un itinerario muy peligroso. En esta ocasión Alisas se asciende por su vertiente más exigente.
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Etapa 14 - sábado 3 septiembre – 196 km
Antes de analizar este recorrido, te invitamos a que estudies con detalle el perfil de la etapa anterior, con 10 cumbres de diferente dificultad, de las cuales 4 serán puntuables.
El pelotón comenzará a pedalear en tierras francesas, para regresar hasta población navarra de Lecumberry desde la "compostelana" localidad de Saint Jean Pied de Port; en este lugar comienza la ascensión a uno de esos puertos escondidos que, por fortuna, la organización de la Vuelta ha recuperado para el disfrute de todos los aficionados. El Col de Inharpu es tan duro como se prsenta en el gráfico adjunto y, además, discurre por una carretera estrecha y angosta.
Tras un descenso de cerca de 20 kilómetros se afronta la segunda dificultad del día: el Soudet, con 17 kilómetros de longitud, más de 1.200 metros de desnivel y kilómetros completos con más del 12% de inclinación.
La siguiente cima es muy conocida por la mayoría de los cicloturistas españoles: el Col de Marie Blanque, la bestia negra de la marcha cicloturista Quebrantaghuesos, puerto selectivo al máximo antes de afrontar las interminables rampas del Aubisque, con el que finalizará la jornada.
Del Aubisque poco podemos añadir que no se haya dicho ya, pero con una confesión de Pedro Delgado definimos su dureza: "es el puerto donde peor lo he pasado de los Pirineos".
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Etapa 15 - domingo 4 septiembre - 118.5 km
De vuelta en tierras españolas el pelotón se despide de los Pirineos con un trazado que más parece una cronoescalada que una etapa en sí, amén de la escasa longitud de la misma (118 kilómetros).
Saliendo de Sabiñánigo hacia Larrede, se vuelve hasta la villa para emprender el ascenso al nuevo túnel que comunica la localidad desde la que se inicia la Quebrantahuesos con la localidad de Fiscal. Desde aquí se asciende hasta el otro túnel, el de Cotefablo, para descender hasta la localidad natal de Fernando Escartín: Biescas.
Una vez que el pelotón desemboque en la carretera que lleva hasta la frontera francesa, la A-136, se emprende la ascensión hasta el plató superior de Sarrios, en la estación de esquí de Aramón Formigal.
No es una escalada que pueda sobresalir por su dureza, y el buen estado de la carretera, salvo en los 4 kilómetros finales, tampoco va a añadir dureza a esta ascensión, pero pedalear en un plano inclinado durante más de 30 kilómetros sin apenas descanso ya supone un reto de la mayor envergadura.
Para hacer más interesante el final de esta etapa, el pelotón ascenderá hasta Tramacastilla y atravesará las calles de Sallent de Gállego.
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Etapa 17 - miércoles 7 septiembre - 177.5 km
Persiguiendo el mayor espectáculo en los compases finales de la Vuelta, en busca de mitigar la ausencia de las etapas de la Sierra de Madrid, el recorrido de esta edición de la ronda española nos descubre cumbres inéditas, de gran interés, sólo conocidas por los ciclistas que entrenan por tierras levantinas.
A las cumbres del Alto del Desierto de las Palmas, de la Sarratella y Benasal, se le suma la impertinente escalada hasta el Alto de Mas de la Costa. El perfil asusta, y no es para menos: en 3,8 kilómetros de superan 475 metros de desnivel, con una pendiente media que nunca baja del 12% y muros interminables que superan de largo el 20% de inclinación. La sobremesa del 7 de septiembre no se presenta aburrida.
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Etapa 20 - sábado 10 septiembre - 193.2 km
Aunque hay un cierto empeño en tildar a esta penúltima etapa como la "reina" de la presente edición de la Vuelta, nos parece que queda un poco lejos de tener la entidad y la dureza de la decimo cuarta, con final en el Aubisque, aunque no podemos despreciar su enorme interés a la vista del trazado.
Acercándose peligrosamente a los 200 kilómetros de longitud, nos encontramos con cinco puertos puntuables de los cuales el Tudons se asciende por sus dos vertientes. Centrándonos en el Alto de Aitana, final de etapa y última ascensión de esta edición de La Vuelta, comentaremos que es un puerto que, como tal, sólo tiene 6,8 kilómetros, a los que hay que sumar otro 13 que corresponden a la subida a Aitana desde la localidad de Relleu.
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