Prueba intensiva del Polar V650

En plena invasión de aplicaciones móviles para el entrenamiento, este fabricante finlandés propone un dispositivo que sobresale por su precisión, sencillez de manejo y versatilidad de utilización.

Pablo Bueno

Prueba intensiva del Polar V650
Prueba intensiva del Polar V650

Hablar de ciclo computadores a estas alturas de la tecnología comporta cierto riesgo, a sabiendas que, debido a la convergencia digital, la mayoría de los teléfonos móviles y muchos dispositivos de navegación son capaces de ofrecernos los datos básicos, y muchos más, de los que obteníamos con un clásico ciclómetro de hace tan sólo una década. Instalar en nuestro smartphone un programa de geolocalización, con interface para ciclismo (Endomondo, Strava…) está casi al alcance de cualquiera, por lo que hay que estar muy seguro de la funcionalidad que vamos a ofrecer si pretendemos llamar la atención de los usuarios –cada vez más informados- con un nuevo gadget tecnológico.

Desde luego en Polar no son sospechosos de dar palos de ciego y si, desde hace un lustro, no nos han presentado un chisme para controlar nuestras sesiones de ciclismo, ha sido porque querían ofrecer algo contundente y de plena actualidad, entre otros porque la competencia es cada vez más feroz y no se puede pretender mantener una posición de privilegio en el mercado sin estar apoyados por un producto de lo más competitivo.

Cifras y letras

Vamos a dar un repaso, muy superficial, a las funcionalidades del nuevo Polar V650. En el modo de monitor de ritmo cardiaco disponemos de medición de frecuencia cardíaca en pulsaciones por minuto o porcentaje, 5 zonas de FC, Training Benefit (valoración muy sugerente sobre nuestras sesiones de entrenamiento) y Smart Calories (con porcentaje de consumo de grasa corporal).

Al monitorizar una sesión de entrenamiento podemos configurar diferentes perfiles de ciclismo (carretera, montaña, pista, urbano…), con un diario de sesiones y resumen semanal.

La antena GPS integrada (de gran calidad de recepción, por cierto) permite, además de situar nuestra ruta en un mapa, medir la distancia, ofrecer la velocidad y el ritmo y, un apartado sumamente útil para el ciclismo de orientación: “Back to Start", función mediante la que disponemos de una brújula digital que nos indica la dirección del punto de salida de la ruta si necesitamos regresar hasta allí.

También tiene la posibilidad de usarse como guía de rutas, haciendo el seguimiento de tracks en pantalla. No tienes más que importar en Polar Flow el track que quieres seguir, guardarlo como Favorito y ya lo tendrás disponible para seguirlo, sobre potentes y detallados mapas OpenStreetMap que se actualizan gratuitamente.

Al utilizar tecnología Bluetooth®Smart, el nuevo V650 es compatible con sensores Polar de cadencia, velocidad y, como no, con la cinta pectoral que transmite mediante esta tecnología.

La medición de altura y la inclinación se confían a una cápsula barométrica de gran precisión, midiendo también la pendiente (en grados o porcentaje) de las rampas que estamos recorriendo. También dispone de medidor en tiempo real de la velocidad vertical que estamos consiguiendo (VAM: metros por hora).

Todas estas funciones en un dispositivo que ofrece una pantalla táctil Asahi Dragon Trail Glass (resolución 320x240) en color, que pesa 120 gramos, es impermeable (homologación de sumergibilidad IPX7), y que lleva incorporado un LED que actúa a modo de luz de seguridad, para circular por túneles o por si algún día nos sorprende la noche.

El software es actualizable, dispone de interface en 13 idiomas, tiene una capacidad de memoria para más de 10.000 horas y la batería (verificado por nosotros) permite, en condiciones de temperatura no extremas, una autonomía de más de 10 horas.

En poco más de 2 minutos…

Aunque la primera impresión que nos puede dar es la de un aparato algo grande, una vez instalado en el manillar, ofrece un tamaño muy equilibrado, frente a la realidad de que su display ofrece dígitos de dimensiones muy legibles (fantástica opción para bici de montaña, cuando rodamos por firmes muy irregulares). La capilla donde se inserta el V650, mediante un giro de 90 grados, se monta tanto en el tubo del manillar como en la potencia, utilizando un simple anillo de goma. El siguiente paso es configurarlo con nuestros datos y los de la bicicleta: cualquier explicación que os queramos dar es más complicada de lo que supone esta maniobra. Podríamos afirmar que la operación más complicada es asociar el sensor de la banda pectoral de ritmo cardiaco que, al ser Bluetooth, se hace de la misma manera que se conecta un teléfono móvil a la radio de nuestro automóvil.

Podemos configurar varias bicicletas (carretera y montaña, por ejemplo) y construir a medida la visualización que más nos guste, pudiendo poner y quitar elementos (hasta 6 por pantalla, jugando con 7 presentaciones consecutivas), de manera que veamos en cada pantalla los datos que más nos gusten: velocidad actual, ritmo cardiaco, cadencia (en caso de tener instalado el sensor correspondiente), desnivel, velocidad de ascensión vertical…

A pedalear

Desde que se pulsa el botón de encendido hasta que el V650 está operativo pasan 15 segundos y en 1 minuto más se actualiza la medición de la altitud. En el mismo momento que nos ponemos en movimiento, por muy baja que sea la velocidad que desarrollemos, el Polar V650 empieza a acumular datos. Si lo has configurado para que detecte las paradas, cada vez que detenemos la bici los contadores dejan de marcar, salvo el del pulso cardiaco. Empezamos a disfrutar de la aparición de datos consecutivos y vamos jugando entre las diferentes pantallas, pudiendo introducir marcadores aleatorios cada vez que pulsamos el único botón que el Polar V650 tiene en su parte superior (LAP): a posteriori estás marcas aparecerán en la pantalla de volcado de datos de nuestro PC.

La precisión del altímetro, responsabilidad de una cápsula barométrica insertada en este Polar, es muy buena, verificando lecturas fidedignas en todo momento. La potencia de la antena GPS es formidable, aportando mediciones incluso en zonas lóbregas donde la señal de los satélites no es demasiado fiable (incluso nos medía dentro de un garaje).

Otra de las funciones más interesantes, bajo nuestro punto de vista, es la posibilidad de realizar un control de potencia muy meticuloso al emplear los pedales Look Keo con el sensor de medición incorporado ya que, según podéis apreciar en el gráfico adjunto, podemos visualizar la homogeneidad en la aplicación de fuerza de transmisión en ambos pies.

Reviviendo el entrenamiento

Aparcas la bicicleta, enciendes el ordenador  y conectas el V650 (mediante un cable estándar micro-USB), una vez que te hayas descargado e instalado Polar Flow en tu ordenador verás cómo en pocos segundos se sincroniza tu agenda de entrenamiento, apareciendo un mapa con el itinerario que has realizado, resaltado con una línea roja, y los gráficos con las curvas de velocidad, altitud y ritmo cardiaco (si tuvieras instalado el sensor de cadencia aparecería otra curva más). Para analizar cada sesión de entrenamiento o competición podemos limpiar los gráficos, eliminando curvas, utilizando una línea de tiempo o de kilómetros recorridos y ampliando el mapa del itinerario, pudiendo exportarlo a los formatos más habituales utilizados entre los navegadores y GPS del mercado.

Pero, todavía hay más: puedes instalar la aplicación Polar Flow en tu teléfono (iOS o Android) y ver todas tus sesiones de entrenamiento, con todo lujo de detalles, tras descargarlas vía Bluetooth o conectándolo con el cable USB al ordenador.

 

  • OK
  • Sencillez de manejo, configuración de pantallas a medida, calidad de antena GPS, autonomía, presentación de datos en Polar Flow, visualización en smartphones, instalación en la bici muy rápida.
  • KO
  • Sensores de velocidad y cadencia por separado.

 

  • Precio: 220 € (sólo computador) y 270 € (con sensor cardiaco).
  • Sitio web: www.polar.com/es