¿Existe alguna máquina más eficiente que la bicicleta? Ese sencillo conjunto de tubos y ruedas consigue que el ser humano, con un esfuerzo medianamente razonable, alcance velocidades de vértigo y consiga cubrir distancias inimaginables si intentásemos realizarlas caminando.
Desde que en 1839 el escocés Kirkpatrick Macmillan inventase el primer modelo de bicicleta que se movía a través de la impulsión de unos pedales, la evolución ha sido imparable y hemos visto cómo se han ido introduciendo sistemas de transmisión múltiple, frenos, materiales más ligeros, electrónica… pero la bicicleta, en esencia, sigue siendo lo mismo: un vehículo, tremendamente simple, que se desplaza gracias a la energía que el ciclista transmite a través de los pedales.
La disipación de la energía
Aunque los humanos somos bastante eficientes a la hora de producir potencia a través de nuestro sistema muscular, no podemos compararnos con un motor mecánico o eléctrico y cualquier pérdida biomecánica compromete nuestro rendimiento. Si nos centramos en el movimiento del pedaleo veremos cómo tenemos una gran dependencia de la rigidez del cuadro de la bicicleta y de sus componentes, debido a que, cualquier flexión de este conjunto mecánico, provoca la dispersión de la energía con la que pretendíamos generar un movimiento perfecto.
Zeroloss, un concepto racional
Hemos hablado de la bicicleta, pero no debemos ignorar que el único elemento que utilizamos para transferir nuestra energía a los pedales son las zapatillas. Si es importante disponer un cuadro y unos componentes muy rígidos, no lo es menos que nuestras zapatillas no sean el elemento de dispersión que perjudique la aplicación de toda nuestra potencia sobre los pedales.
En Scott, que son grandes conocedores de esta casuística, han dado un paso más en el diseño de su nueva gama de zapatillas, sacando a la luz las nuevas RC EVO en las que se ha trabajado muy a fondo teniendo la certeza que, unas zapatillas conceptualmente muy rígidas, pueden llegar a ser incómodas para el ciclista. Los capítulos en los que se ha trabajado con gran esmero han sido los siguientes:
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Suela exterior ultra rígida: elaborada a partir de fibras de carbono HMX, construida a través de varias capas de espuma Corecell. No permite la flexión de la suela, aportando un peso mínimo.
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Sistema de plantilla Ergologic: es un elemento auto ajustable que permite el mayor confort en la planta del pie.
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Horma de competición: Scott, grandes conocedores del mundo del ciclismo de altas prestaciones, ha empleado una horma muy estudiada para permitir la mejor adaptabilidad del calzado.
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Empeine de TPU y laminado son costuras: por muchas horas que permanezcas con las Scott RC EVO, disfrutarás de un elevadísimo grado de confort.
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Cierre BOA IP 1: además de haberse convertido en el sistema de cierre más eficiente permite, de una manera rápida (con un simple giro de ruedecilla), la mejor y más firme adaptabilidad de la zapatilla al pie.
Toda la tecnología a tu servicio
Si hablamos de la fibra de carbono HMX, nos estamos refiriendo a una configuración de este material que se utiliza para maximizar la transferencia de energía, pero disfrutando del mínimo peso. Para encontrar una similitud, utilizando el mismo peso de material, gracias a la mezcla de fibra HMX de Scott dispondremos de un 20 % más de rigidez que la HMF (fibra de alto módulo) convencional. Unas zapatillas Scott RC EVO pesan alrededor de 265 gramos.
Ya se pueden conseguir las nuevas RC Evo, disponibles en tallas desde la 40 a la 48 por un precio de 299,90 euros.