Repara una avería grave en ruta

Además de saber cómo arreglar un pinchazo o ajustar los frenos y cambios, debemos aprender a ser autosuficientes si tenemos una avería atípica durante nuestra ruta que nos impida continuar. Sigue leyendo, puedes ahorrarte un buen paseo empujando la bici.

José V. Gisbert - Fotos: Álvaro Palomar

Aprende a reparar una avería grave y sigue pedaleando
Aprende a reparar una avería grave y sigue pedaleando

HERRAMIENTAS NECESARIAS

 

1 Cubierta rajada o con un buen agujero

Para evitar que la cámara reviente en esa zona -o no lo vuelva a hacer con la de repuesto- la cubriremos con un trozo de cubierta recortada justo debajo del corte o agujero -también sirve un billete o cartulina doblados-. La cubierta no quedará perfectamente redonda, pero nos sacará del apuro. Debemos hincharla por debajo de la presión habitual o podría volver a fallar.

2 Pinchazo o corte en la cámara -no hay recambio ni parches-

Haremos dos nudos bien apretados tras dividir la cámara justo en el corte o pinchazo usando algún elemento afilado -como una piedra o metal-, tirando poco a poco desde el agujero... hay que tener imaginación cuando no disponemos de tijeras o navaja. No hay que hinchar mucho la cámara o se desharán los nudos, tampoco debemos circular deprisa, siempre será mejor que caminar.

3 Un radio o cabecilla rotos

Si se afloja un radio podemos abrir el puente de freno para que no roce con las zapatas, pero si se destensa totalmente por una rotura, entonces  además debemos aflojar con una llave de radios -en el sentido de las agujas del reloj- los dos radios contiguos para compensarlo. Hay que sujetar el radio roto para evitar que se mueva y enganche con otros elementos de la bici.

4 Cable del cambio trasero roto

Suele ocurrir cuando no cambiamos los cables cuando toca y acaban rompiéndose dejando la cadena en la corona más pequeña. Para poder pedalear con un desarrollo más llevadero hasta que podemos sustituir el cable, hay que apretar -en el sentido de las agujas del reloj- el tornillo del tope inferior del cambio todo lo posible para que la cadena suba a coronas más grandes.

5 Cable del desviador delantero roto

En este caso, menos grave que el anterior, podemos optar por dejar la cadena en el plato grande o en el pequeño, dependiendo del perfil de la ruta que nos reste tras el percance. Para seguir en plato grande, debemos apretar el tornillo del tope inferior hasta que ofrezca resistencia. Para el pequeño, lo apretaremos un poco para que no roce en las coronas pequeñas.

6 Patilla, pletinas de las roldanas o cambio doblados

Como consecuencia de una caída o al transportarla sin tomar precauciones, la patilla, las pletinas de las roldanas o el cuerpo del cambio se pueden doblar. Para enderezarlos, hay que sujetar con firmeza el cambio con la mano y tirar de él. Con seguridad necesitaremos ajustar la tensión del cable y no debemos usar las coronas grandes o el cambio se enganchará con los radios.

7 Cadena partida o doblada por varios sitios

Si la cadena se rompe por un eslabon, se quita y vuelve a cerrar sin problema, pero si es por varios sitios... En ese caso hay que quitar la zona dañada y dejar la longitud adecuada para que pase por el plato y corona elegidos, pero sin que quede muy tensada -podemos romperla otra vez o dañar los rodamientos- o suelta -se puede salir o intentar subir a la siguiente corona-.

8 Patilla o cambio rotos

Al igual que en el caso anterior, hay que cortar la cadena y dejar la combinación plato/corona que prefiramos, pero si se rompe la patilla  quitaremos el cambio con su cable y funda para que no quede colgando y se enganche con los radios. Si se rompe el cambio, entonces lo liberaremos aflojando el tornillo que lo une al cuadro. Hay que dejar la cadena con la tensión justa.

9 Se cae una roldana del cambio

Si no revisamos el apriete de los tornillos de las roldanas, pueden aflojarse y -si no nos damos cuenta- dejar caer a la carretera una roldana. En caso de no encontrar los elementos perdidos, podemos usar un tornillo que sujeta los portabidones -o una brida- como sustituto temporal. Si se pierde la roldana superior, hay que sustituirla por la inferior y poner el tornillo abajo.

10 Perdemos un tornillo de la potencia (I)

No debemos utilizar nunca una bicicleta sin alguno de los tornillos que fijan la potencia al tubo de la horquilla, también en el caso de los tornillos frontales si son sólo dos los que sujetan el manillar. Podemos utilizar un tornillo de los portabidones para reemplazar el perdido, pero sólo para salir del paso, debiendo cambiarlo por uno igual al original lo antes posible.

11 Perdemos un tornillo de la potencia (II)

Si los tornillos de los portabidones no sirven por ser cortos o la cabeza muy ancha, podemos usar -sólo temporalmente y para evitar volver andando- uno de los tornillos encargados de sujetar el manillar a la potencia, siempre que emplee cuatro tornillos para tal fin, nunca en el caso de usar sólo dos. Mucho cuidado al pasar por zonas bacheadas, podría moverse el manillar.

12 Se rompe o fisura la tija del sillín

Debido a un par de apriete excesivo del tornillo de la abrazadera de la tija o a una caída, una tija del sillín de carbono puede fisurarse. En ese caso y para evitar que acabe partiéndose, debemos aflojar el tornillo de apriete de la abrzadera y bajar la tija para que la fisura quede en el interior del cuadro. Cuidado al apretar el tornillo con no darle un exceso de par.

13 Varillas del sillín rotas

Un exceso de apriete, un golpe, caída o defecto de fabricación puede provocar la rotura de uno o ambos raíles del sillín, por lo general en los puntos donde termina el anclaje a la tija. Adelantando o atrasando el sillín, hasta que quede dentro del anclaje la zona de la rotura, podemos llegar a nuestro destino siempre y cuando evitemos sentarnos con fuerza en el sillín.

14 Fallan los trinquetes del núcleo

Si damos pedales y la cadena hace girar las coronas, pero no avanzamos, entonces con seguridad los trinquetes del núcleo no engranan correctamente. Para solventarlo temporalmente uniremos el casete con los radios con la ayuda de una correa de rastral o bridas -incluso con un alambre o un cordón-, evitando pedalear con fuerza hasta proceder a su reparción lo antes posible.