El Canyon-SRAM, imperial en la crono por equipos comerciales femenina

La formación con licencia germana arrasa en el arranque de los Mundiales de Ciclismo de Innsbruck-Tirol; el Boels-Dolmans y el Sunweb, plata y bronce.

Texto: J. F. C. Foto: BettiniPhoto.

El Canyon-Sram, imperial en la crono por equipos comerciales femenina
El Canyon-Sram, imperial en la crono por equipos comerciales femenina

Una escena para definir una actuación. Y acaso en la mejor comparación posible: las seis integrantes del Canyon-SRAM rodando en formación, perfectamente agrupadas a una velocidad que frisaba los 60 km/h. Delante, a la vista, adelantamiento inminente, el Alé-Cipollini italiano. Por la izquierda, en un tramo donde la carretera comparte vecindad con las vías del ferrocarril, aparece a toda velocidad un convoy rebasando la escena ciclista. El Canyon-SRAM, ganador del oro en la crono por escuadras comerciales que daba el pistoletazo inicial a los Mundiales de Innsbruck, fue un tren de altísima velocidad. Y su victoria, rotunda.

La formación con licencia germana dinamitó las previsiones en las que las escuadras neerlandesas Team Sunweb, ganadora en la pasada edición, y el Boels-Dolmans emergían como las grandes aspirantes. El Canyon-Sram rebajó sus ambiciones de oro con una crono soberbia donde sus corredoras Alena Amialiusik, Alice Barnes, Hannah Barnes, Elena Cecchini, Lisa Klein y Trixi Worrack dieron una clase magistral de cómo afrontar una cronometrada por escuadras. Los 54,5 kilómetros de la crono, nada fáciles para la disciplina, fueron un coto privado del equipo teutón.

El Wiggle británico había marcado un muy interesante crono que rebajaba en más de un minuto el registro fijado por el Team Virtu danés. Pero su liderato resultó efímero ante la actuación contundente de un Canyon-Sram que marcó casi un minuto menos en la línea de meta. Ni el australiano Mitchelton-Scott, que en meta acabaría con el tercer tiempo provisional para caer a la quinta plaza final, acaso echando demasiado de menos la aportación de Annemiek Van Vleuten, ni los neerlandeses Boels y Sunweb lograrían mejorar un crono demoledor.