No ha sido un buen día. Hoy 26 de noviembre ha tenido lugar el Pleno del Consejo Superior de Seguridad Vial que no se celebraba desde 2011 con el anterior Gobierno. El Pleno ha comenzado pasados unos minutos de las 12, y lo ha abierto el Ministro de Interior, quien era "cubierto" por la Directora General en algunos datos que ignoraba, en una anodina intervención. El pleno se ha limitado a autobombo de lo bien que lo hace la DGT, bombardeo de información en Power Point, mínimas intervenciones de algún que otro despistado que preguntaba detallitos, etc. Cuando tocó el punto del orden del día sobre la ley de seguridad vial que está en fase de tramitación parlamentaria, el ministro intervino de nuevo, siendo curioso que aguantó hora y tres cuartos al lado de la Directora con el objetivo de asimilar lo que tendrá que soltar en el Congreso dentro de tres días por tener que defender su ley en el debate parlamentario sobre la enmienda a la totalidad que un Grupo Prlamentario (sólo uno) ha tenido a bien introducir. Manifestó el Ministro que el Gobierno no pretende aumentar el límite de velocidad sino muy puntualmente en algunos tramos y con determinadas condiciones favorables, y no con carácter fijo sino temporal, pero eso sí, permitiendo en la Ley establecer el límite hasta 130 para que el reglamento futuro lo desarrolle. Vaya trampa, pues. Y sobre el casco, que es la intención establecer su obligatoriedad para menores de edad. Eso no es verdad, es engañar, porque el texto que nos han facilitado de la Ley a los asistentes, no se separa ni un punto ni una coma que el remitido a las Cortes.
Cuando ya pasaban al punto siguiente sin haber dejado turno de intervención sobre la Ley, he levantado la mano con el fin de que se me permitiera leer una nota preparada por ConBici y que iba a leer en su nombre. La nota manifestaba el mal proceder de la DGT al no permitirse la presencia de este colectivo en el Pleno, y que me pidieron que leyera, y exponía más actuaciones desleales de la DGT.
El caso es que comencé la intervención señalando que ahí debía estar ConBici, máxime cuando el ministro habló precisamente del casco y la velocidad como las medidas más polémicas de la ley, y quería dejar claro que el colectivo de urbanos tenía que hacer valer su voz. Pedí permiso para leer la nota, cuando fui interrumpido por Mónica Colás, la Subdirectora de la DGT, quien explicó que no se invitaba a más colectivos porque la composición del Consejo es el que el Real Decreto establece, que no hay espacio físico en la sala, que antes se permitía en el Pleno más invitados, pero que eso no ha de ser establecido como una obligación, que si los grupos de trabajo son participativos, y que “yo", como representante, tengo el deber de trasladar a los colectivos ciclistas lo que se exponga en el pleno; que soy yo quien debe de formular las intervenciones en nombre de los colectivos, y que ya se ha contestado por escrito a ConBici, no teniendo que dar más explicaciones en ese acto. Yo insistí en que quería que sus motivos constaran en acta. Visto el panorama indiqué -sin leer la nota dejando claro que no se me permitía hacerlo tras una consulta visual de la Subdirectora con el Subsecretario de Interior que sustituyó al Ministro- los motivos por los cuales estábamos como colectivo muy disconformes con el modo de actuar de la DGT tanto por no aceptar en el proyecto de Reglamento los consensos y propuestas que estaban sobre la mesa, todo actuando sin previo aviso, como posteriormente por el hecho de ser convocados a presentar informe sobre la Ley sin tener ni siquiera la ocasión de haber podido conocer o proponer algo en la fase de elaboración de la misma, siendo que hay en el Proyecto dos normas muy desfavorables para el colectivo, como es el aumento de velocidad máxima y la obligatoriedad del casco, dejando claro que el texto lo trata de imponer por vía reglamentaria a todos en todas las vías. En ese momento se me volvió a interrumpir señalando que ya conocen nuestra postura sobre la Ley porque para eso hicimos el informe por escrito en su día y no es ese Pleno el lugar para tratar ese asunto.
Por lo que, ante la imposibilidad de poder decir más sobre cuestión tan primordial, y viendo que la capacidad de diálogo y de saber escuchar es nula, decidí sin más levantarme discretamente e irme.
Eso es todo.
Pleno del Consejo Superior de Seguridad Vial
No ha sido un buen día. Hoy 26 de noviembre ha tenido lugar el Pleno del Consejo Superior de Seguridad Vial que no se celebraba desde 2011 con el anterior Gobierno. El Pleno ha comenzado pasados unos minutos de las 12, y lo ha abierto el Ministro de Interior, quien era "cubierto" por la Directora General en algunos datos que ignoraba, en una anodina intervención. El pleno se ha limitado a autobombo de lo bien que lo hace la DGT, bombardeo de información en Power Point, mínimas intervenciones de algún que otro despistado que preguntaba detallitos, etc. Cuando tocó el punto del orden del día sobre la ley de seguridad vial que está en fase de tramitación parlamentaria, el ministro intervino de nuevo, siendo curioso que aguantó hora y tres cuartos al lado de la Directora con el objetivo de asimilar lo que tendrá que soltar en el Congreso dentro de tres días por tener que defender su ley en el debate parlamentario sobre la enmienda a la totalidad que un Grupo Prlamentario (sólo uno) ha tenido a bien introducir. Manifestó el Ministro que el Gobierno no pretende aumentar el límite de velocidad sino muy puntualmente en algunos tramos y con determinadas condiciones favorables, y no con carácter fijo sino temporal, pero eso sí, permitiendo en la Ley establecer el límite hasta 130 para que el reglamento futuro lo desarrolle. Vaya trampa, pues. Y sobre el casco, que es la intención establecer su obligatoriedad para menores de edad. Eso no es verdad, es engañar, porque el texto que nos han facilitado de la Ley a los asistentes, no se separa ni un punto ni una coma que el remitido a las Cortes.