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Elite Turbo Muin versus Tacx i-Vortex

Comparativa entre dos rodillos que son referencia en el mercado.

Sergio Palomar - José Vicente Gisbert

21 de octubre de 2014 (15:57 CET)

Frío, lluvia, viento helado, nieve... ¡Ha llegado el invierno! Lo que menos apetece es salir a rodar y volver congelado o empapado. Pero con un cicloentrenador -o rodillo- seguiremos entrenando a resguardo del mal tiempo, aunque también se utilizan para entrenamientos específicos con series o calentar antes de una competición. Los que disponen de poco tiempo para entrenar también le sacarán partido al no tener que dejar de dar pedales en descensos, detenerse en las intersecciones, frenar en curvas... en un cicloentrenador vamos dando pedales continuamente.

Las dos unidades que hemos enfrentado se diferencian a primera vista por el sistema de unión a la bicicleta. En el Tacx la rueda trasera apoya sobre un rodillo que va unido a un volante de inercia con la retención regulada por electroimanes. El Elite lleva el volante de inercia y el freno unidos a un núcleo y casete, por lo que se debe anclar la bicicleta sin la rueda trasera, evitando así el rozamiento de la cubierta y disminuyendo el nivel sonoro -medimos cinco dB menos- y las vibraciones que genera; el sonido es más agudo y no retumba, por lo que molesta menos que el generado por el Tacx. Debemos tenerlo en cuenta si los utilizamos con personas en la planta inferior. Aunque podemos mitigar el ruido y las vibraciones con una alfombra gruesa o, mejor aún, las que comercializan ambas marcas.

Otra característica que los diferencia, en este caso a favor de Tacx, es su interactividad con el ciclista. El i-Vortex nos permite competir junto a ciclistas virtuales -o reales online- con la calidad de un videojuego 3D de última generación, entrenar en recorridos o competiciones grabadas en vídeo, hacer series generadas por el software o creadas por nosotros, utilizar rutas generadas por un GPS y recorrerlas con el interface de Google Earth... y otras funciones que harán el entrenamiento más ameno y eficaz. Imposible aburrirse. El PC se comunica con el cicloentrenador mediante un adapatador USB ANT para que la velocidad, cadencia y vatios -además de las pulsaciones si llevamos una banda compatible- se muestren en el monitor y a su vez el software modifique la resistencia según la orografía del terreno -virtual- para mayor realismo. También podemos utilizarlo sin un PC con una consola que instalaremos en el manillar. El Elite, en cambio, no tiene ningún tipo de regulación ni conexión, sólo podremos modificar la resistencia jugando con la cadencia y el desarrollo. Pero si buscas un cicloentrenador poco ruidoso, sencillo y que puedas utilizar en cualquier sitio, el Turbo Muin no te defraudará.