A pesar de estar construida en aluminio, Trek demuestra que este material bien trabajado puede ofrecer altas cotas de confort, sensaciones y rendimiento. La tecnología de la 2.3, puerta de entrada a la gama Domane, logra que su comodidad pueda compararse a la de un cuadro de carbono gran fondo. Sí, puede que el peso sea elevado, pero entendemos que romper el crono no es su objetivo y sí batir records de distancia o tiempo sobre el sillín. La Trek es una bici para pedalear largo y tendido, saboreando cada metro sin importar el estado del terreno que pisemos.
Hermana pequeña, que no inferior
Este confort de marcha se debe a la rótula y horquilla IsoSpeed que comparte con sus hermanas mayores. La rótula, situada en la unión de los tirantes y tubo horizontal, consigue que el tubo vertical rote de manera independiente sobre éstos, absorbiendo impactos y vibraciones. Por su parte, la horquilla cuenta con un mayor avance y punteras retrasadas para aumentar la estabilidad y la flexión vertical. Ambos elementos hacen que rodar por asfaltos rotos o pistas no suponga un problema, percibiéndose las irregularidades suavizadas, redondeadas; y los golpes mitigados, sin latigazos. Obviamente, sus neumáticos de 25 mm -pudiendo incluso albergar de 28- hacen su trabajo, pero cambiándolos por otros de 23 las sensaciones no varían. Comparte geometría con el resto de la familia Domane, lo que supone estabilidad por su distancia entre ejes, vainas largas, ángulos relajados y una posición cómoda y erguida gracias a su pipa alta, así como un tubo superior y potencia cortos. Todo esto, junto con su capacidad de absorción, hace que no cunda el pánico en bajadas complicadas y que los kilómetros no pasen factura en largas jornadas, rodemos por donde rodemos.
Aún así, no peca en rigidez. El hidroformado de sus tubos, una caja de pedalier BB86.5 y su horquilla y pipa la dotan de una gran rigidez con la que se puede cambiar de dirección fácilmente. Resulta ágil a pesar de sus cotas, se puede rodar a bloque en llano o mantener grandes desarrollos sin queja alguna. Su único pero: su peso, que hace que los cambios de ritmo pasen factura y que las subidas largas se puedan atragantar. Aquí sus robustas ruedas y sus componentes de aluminio Bontrager no ayudan, aunque aportan ese punto de fiabilidad necesario en bicis ruteras. Evidentemente es una bicicleta para rodar. Y es que sobre ella todo es suave, hasta cambiar y frenar gracias a su grupo Shimano 105 casi completo y a la ausencia de cableado interno. Así, el tacto de los frenos es delicioso y su potencia contundente, y el funcionamiento de los cambios y el accionamiento de las palancas impecable. Por último, su casete 12-30 y sus roscas para portabultos y guardabarros rematan un conjunto de gran factura y estética, ideal para aquellos que busquen recorrer muchos kilómetros, con o sin alforjas, primando la calidad y el confort de marcha.
Positivo:
- Comodidad y eficacia.
- Construcción impecable y con muy buenos detalles.
- Soluciones tecnológicas avanzadas para este precio.
Negativo:
- Peso.
FICHA TÉCNICA:
- Cuadro: Aluminio Alpha Serie 200 IsoSpeed / carbono IsoSpeed
- Grupo: Shimano 105; bielas Shimano R565, 50/34; casete Shimano Tiagra 12-30, 10V
- Ruedas: Bontrager; cubiertas Bontrager R1 Hard-Case Lite, 700x25C
- Componentes: Bontrager de aluminio.
- Peso: 9,3 kg (sin pedales)
- Precio: 1.399 €
- Accesorios: roscas para guardabarros y portabultos.
- Colores: blanco/rojo, verde/negro
- Importador: Trek Bicycle, 91 848 95 60
Geometría - Talla 58
- Tubo horizontal: 567
- Tubo vertical: 548
- Ángulo de dirección: 72º
- Ángulo del sillín: 73º
- Pipa de dirección: 195
- Vainas: 425
- Distancia entre ejes: 1.022
- Stack: 611
- Reach: 380
- Avance de la horquilla: 48