Son bastantes los ciclistas que nos preguntan sobre la posición correcta de las manetas en el manillar. Fruto de la incorrecta colocación se generan problemas como sensación de cargazón en las manos y adormecimiento por falta de un incorrecto riego sanguíneo debido a la sobrepresión ejercida. Todo ello es fuente de inestabilidad en las bajadas y provocando la consiguiente inseguridad en el ciclista.
Estos problemas tiene su origen por la costumbre de colocar las manetas totalmente planas con respecto a la horizontal del suelo. En en esa posición las manos se escurren hacia delante por efecto del vector del peso del tronco sobre los brazos. Las manetas tienen que estar colocadas en una posición en la que “frenen" esa fuerza que ejerce nuestra propia masa. Para conseguirlo tendrán que estar situadas con entre 12° y 14° de inclinación respecto a la horizontal. Una posición en la que nuestros brazos adquieren una posición natural, como si fuésemos a “dar la mano" a la maneta. La inclinación en la que situemos las manetas también tiene que tener en cuenta el agarre en la curva del manillar. Si las colocamos demasiado inclinadas no llegaremos al freno cuando nos agarremos abajo, ni siquiera actuando sobre el ajuste de alcance que los fabricantes incluyen en los grupos actuales. Un detalle importante a tener en cuenta es que manetas y manillar son dos elementes independientes, es decir, no sirve girar el manillar junto a las manetas para lograr la inclinación deseada ya que si hacemos esto el correcto agarre en la parte baja se resentirá. El manillar debe ir colocado en su posición adecuada para posteriormente elegir la posición de las manetas.