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Haute Route Alpe d´Huez: rodeando el mito

Descubrimos en Alpe d´Huez el formato de tres etapas de Haute Route, un evento cicloturista con un despliegue digno de una vuelta por etapas.

Texto: Joaquín Calderón. Fotos: Laurent Salino

4 minutos

Haute Route Alpe d´Huez: rodeando el mito

3, 2, 1… La salida de una contrarreloj individual es una de las imágenes más características del ciclismo, aunque generalmente ese momento está reservado para los ciclistas profesionales. Prepararse, subir a la rampa, templar los nervios y salir esprintando en una carrera en la que tú eres el único rival. Esas sensaciones, aunque lógicamente sin la presión por el resultado -por nuestra parte, porque el evento es competitivo y hay resultados comparabless a continentales-, las pudimos vivir en la última jornada de la Haute Route Alpe d´Huez, la cronoescalada al legendario puerto de las 21 curvas de herradura desde su vertiente de Bourg d'Oisans.

La lucha contra el reloj en los 13 km fue el broche final a un fin de semana en el que aquellos que pensaban que Alpe d’Huez se limita a la subida clásica se llevaron una agradable sorpresa y que comenzó, como es habitual en estos eventos, con una reunión de todos los participantes el jueves por la tarde en la que la organización explica los detalles de la carrera. Sí, carrera, porque es un evento competitivo con clasificaciones por etapa y general y con premios finales.

Todo en Haute Route está controlado y centralizado en el Village, la recogida de dorsales, los masajes -incluidos en la inscripción-, las comidas post etapa y las reuniones, ya que, además de la previa, cada día se hacen otras más breves después de la etapa para analizar el recorrido, advertir de puntos importantes, etc, y para entregar los maillots de líderes.

Patios traseros

La primera jornada comenzó con una bajada neutralizada -asegurada por el coche que abría carrera y la multitud de motos de enlace- por la vertiente de Villard-Reculas hasta la presa de Verney, donde comenzó el tramo cronometrado hasta la Croix de Fer, casi 30 km de ascenso en el que rápidamente se configuraron los grupos con los dos tipos de participantes del evento: los más competitivos y los de perfil cicloturista. Ambos tienen cabida y conviven en perfecta armonía, disfrutando cada uno de sus objetivos, ya sea medirse con otros o disfrutar recorriendo lugares nuevos.

El regreso por la misma ruta nos permitió descubrir, esta vez de subida, la vertiente de Alpe d´Huez por el pas de la Confession, tan desconocida como recomendable por sus vistas, que nos deja en el pueblo de Huez para terminar la subida por la vertiente clásica. La segunda jornada era, a priori, menos atractiva en su primera parte hasta La Sarenne, la vertiente que descubrió al gran público el Tour en 2013. Sin embargo, tanto la carretera de Auris como la de Bons, que nos evitó la aburrida primera parte de la ascensión clásica a Los Dos Alpes, nos regalaron unas espectaculares vistas del valle. Eso sí, no aptas para los que padezcan vértigo.

La subida a La Sarenne es una delicia. Salvaje, alejada de los edificios de la estación de esquí, y durísima en su parte final, se adentra en una carretera estrecha que, una vez conocida la vertiente de las 21 curvas, debería ser la opción prioritaria de los cicloturistas para ascender a Alpe d´Huez. Son 15 km de tranquilidad hasta la cima, desde donde aún nos restan 10 km de sube y baja hasta la estación con unas vistas espectaculares.

Esta vez, la organización nos regaló un ascenso extra de 3 km tras bajar desde la estación por la carretera que suelen utilizar los coches para regresar por la ruta del Tour. Un tramo final que puso la puntilla a muchos después de dos días intensos y que minó las fuerzas antes del gran día. 3, 2, 1… y en aproximadamente una hora de ascenso se acabó un fin de semana que nos ha demostrado que el mito alpino tiene mucho por descubrir.

Corona el Mont Ventoux (del 4 al 6 de Octubre)

Aunque está aislado de las grandes cordilleras de Alpes y Pirineos, en el gigante de la Provenza se han vivido algunos de los episodios más recordados del Tour de Francia, desde el fatídico fallecimiento de Tom Simpson en 1967 -en una etapa que ganó el español Julio Jiménez- hasta dos momentos recientes que han tenido a Chris Froome como protagonista: su ataque en 2013 poco antes del Chalet Reynard, donde el coloso cambia de paisaje y comienza su característico aspecto lunar, y el incidente con una moto que concluyó con el británico corriendo cuesta arriba tras romper su bici al ver que el coche del Sky no llegaba.

Un puerto mítico por su historia, pero que no tiene nada que envidiar por dureza y espectacularidad a los populares Tourmalet o Galibier, por citar dos ejemplos en Pirineos y Alpes, y con un aura especial por su situación geográfica y su característica silueta. Si quieres conocerlo, una buena opción es el evento de tres días que Haute Route organizará en Bedoin, su base, del 4 al 6 de octubre. Además, Kaihopara, la agencia oficial para nuestro país, ha preparado un viaje muy especial que contará con la presencia de Samuel Sánchez como acompañante y guía de excepción en una salida previa al evento.

En total, la prueba consiste en tres etapas con 268 km y 7.980 metros de desnivel acumulado en su formato original en las que se ascenderá el Mont Ventoux por sus tres vertientes. El primer día por Sault en una jornada de 114 km y 3.100 m; el segundo, por Malaucène después de pasar por Gorges de la Nesque; Col de l´Homme Mort; Col des Aires; y Col des Astauds; y el plato fuerte, el tercer día, en un formato contrarreloj por la vertiente clásica desde Bedoin, en la que la exigente parte central con 8 km con rampas sostenidas por encima del 9% son un intenso preludio a la zona descubierta del final, donde la antena de la cima marca un final de leyenda.

Si quieres descubrirlo, encontrarás toda la información con las diferentes opciones del viaje en: kaihopara.com/hauteroute