Descansa La Vuelta en Valladolid, a donde toda la caravana de la carreras fue llegando a cuentagotas en la noche del domingo. Los primeros fueron los equipos de los favoritos, en uno de los dos aviones fletados por la organización. El segundo no pudo hacerlo y eso que salió con apenas media hora de diferencia del primero, pero tuvo que aterrizar en Madrid tras dos intentos fallidos de tocar suelo vallisoletano por la tormenta y hacer el resto del camino por carretera, como la gran mayoría de la familia ciclista desde Murcia. En el primer grupo estuvo el Movistar Team y entre ellos su gran líder, Enric Mas que al filo de las once de la noche ya se acostaban para amanecer y disfrutar del primer día de descanso, previo a la crono de mañana por las calles de la capital pucelana.
El balear tiene plena confianza en sí mismo: “Espero estar entre los cinco o seis primeros. Creo que va a ser una crono muy rápida y personalmente espero que haya poco tiempo de diferencia con los favoritos”, comenta en rueda de prensa. El Movistar salió a rodar por la mañana pero no a inspeccionar la crono. “Es por la ciudad y hay alguna dirección prohibida, con tráfico abierto así que no la hemos hecho. Queríamos estar un poco tranquilos así que hemos salido a rodar y a tomar un café y ya está”.
Ha confesado también que “me gustaría estar un poco más adelante en la general, perdí esos 24 segundos en Javalambre y creo que es producto de la falta de competición. El último apretón lo di en la Vuelta al País Vasco porque estuve en Dauphine pero no me encontré bien”.
Sobre la superioridad del Jumbo-Visma, contó que “creo que vamos a tener Sepp Kuss para rato, aunque algún día tendrán que sacrificarle pero quiero pensar que tendrán que hacerlo para poder ganar la Vuelta”. En cuanto a Roglic y Vingegaard, “los dos están muy bien”.
De la contrarreloj de Valladolid espera “igualar la que hicimos en Barcelona, tanto de sensaciones como de resultado. A lo mejor me sale un desastre de crono pero tengo confianza. Tengo fe de que saldré bien parado”.
Preguntado por las polémicas con los recortes de las etapas y tomas de tiempo, ha dejado claro que “no me quiero meter en ese tema, es de la organización y de la seguridad del ciclista y ya tenemos unos responsables que hacen su trabajo. Y cuando hay peligro, hay peligro. Di unas declaraciones en Caravaca de la Cruz y algún medio les ha dado la vuelta y el aficionado no las ha entendido. No es que esté a favor o en contra, en ese momento la organización lo hizo así y ya está”, zanjó.
Sus intenciones en La Vuelta pasan por “ganar, intentarlo hasta el final. Me fastidiaría mucho no estar en el podio. Llevamos nueve días durísimos y quedan dos semanas muy exigentes. Hay que aprovechar la frescura que tengo de no haber corrido el Tour”, aunque tiene claro que “las bonificaciones a mi no me benefician porque no soy tan rápido pero espero que no se juegue La Vuelta por ese tiempo” y añadió que “no me gustaría que se convirtiese en un titular pero no veo esa superioridad en el Jumbo-Visma de la que se habla, la diferencia en la general no es tan grande con ellos”.
También respondió a cuestiones más a largo plazo, por ejemplo al ser preguntado por su futuro calendario y la posibilidad de correr algún año el Giro de Italia. “Nunca lo he hecho y a lo mejor voy y me enamoro del Giro y quiero hacerlo todos los años. Aunque tampoco me convence mucho hacer Giro y Vuelta, aunque doblándolo con el Tour seguramente el segundo se me haría largo”.
Lo que está claro es que su devenir sigue pasando por disputar las generales de las grandes vueltas y capitaneando al Movistar ahora que Carlos Rodríguez no vestirá los colores del cuadro telefónico. “En este equipo siempre ha habido dos o tres líderes y a mi me toca asumir ese rol, que me encanta. Hay corredores aquí que merecen muchas oportunidades para ganar etapas. Echando la vista atrás, hace mucho que no voy a una carrera sin pensar en no poder cortarme en un sprint o no poder meterme en una escapada. Hasta que vea que puedo seguir peleando generales, lo haré. Luego tocará cambiar de rol".
A sus 28 años, Mas es ya todo un veterano y no le es indiferente. “Veo los corredores de ahora, lo rápido que van en todo y mi generación hemos sido la última que con 18 años no nos dejaban ir a hacer concentraciones en altura. Ahora lo hacen todos. Parece que vienen enseñados, es impresionante. Pero en los próximos años nos va a costar ver gente como Daniel Oss o Gesink. El nivel de estrés les va a pesar”.