Chris Froome mantuvo una jornada más el maillot rojo aunque por momentos durante la etapa, con la presencia en cabeza de Jetse Bol (Manzana Postobón), el mejor clasificado de la fuga parecía peligrar. “El rojo nunca estuvo en peligro”, dijo en la comparecencia ante la prensa. “Pero me he sorprendido de que ningún otro equipo se haya interesado en tirar” para reducir la ventaja de la fuga.
Froome confirmó que “me siento realmente bien. Es difícil saber si estoy mejor o peor que en el Tour pero estoy bien”. Lo apuntó ante el comentario de Nicolas Portal, que afirmó verle en mejor condición que en el mes de julio. En el final de la Ermita de Santa Lucía, a Froome solo le siguieron Woods, Chaves y Contador, que recuperó sensaciones. “Lo pasó muy mal en Andorra pero hoy lo he visto fuerte, eso dice mucho de su carácter y tenacidad. Es un ciclista que nunca baja los brazos y estoy seguro de que luchará hasta el final de la Vuelta”.
Froome consiguió abrir pequeñas diferencias con Nibali, 26’’; Aru, 11; De la Cruz, que era segundo a dos segundos, se dejó 22 en la meta; mientras que Bardet, con 50” de pérdida, fue el más perjudicado. En la general, el británico del Sky sigue mandando con 10’’ sobre Van Garderen y 11’’ sobre Chaves. “Ha demostrado ser muy fuerte”, dice sobre el colombiano. “Va por el buen camino para repetir lo que ha hecho otros años en la Vuelta, pero los 40 kilómetros de crono no juegan a su favor. Yo voy día a día”.
También tuvo palabras, como acostumbra, de agradecimiento al trabajo de su equipo, en esta ocasión para Gianni Moscon. “Está siendo impresionante. Ya lo vemos en los últimos dos años en las carreras de un día. Esta es su primera gran vuelta y está haciendo un trabajo increíble. Hoy ha vuelto a explotar al pelotón, me está costando incluso a mi mantener su rueda”.