Con el subidón mental del último sprint, el de Castelo Branco donde fue tercero tras Van Aert y Kaden Groves, Jon Aberasturi se lanzó a la disputa de la 5º etapa de la Vuelta con meta en Sevilla pero se vio encerrado y nada pudo hacer.
Decimocuarto el vitoriano, nada más pudo hacer en un sprint masivo, ancho, sin peligro alguno en el que contó con demasiados rivales, y no todos ellos hombres veloces. “Se mete gente que no debería”, se lamentaba el ciclista del Euskaltel-Euskadi, “a falta de dos kilómetros he visto a McNulty por ahí”.
Narraba el alavés que “ha sido un sprint muy rápido”, de esos en lo que “si te pasa alguien pierdes muchas posiciones y en lugar de pasar yo, ha sido al revés”. Se lamentaba del último movimiento, “a falta de un kilómetro cuando me iba a pasar Berasategi y han aparecido dos corredores del Wanty y tampoco hemos podido pasar”.
Entonces ha lanzado la última intentona: “Me he ido por la derecha y ha habido un momento que he querido lanzar de lejos, pero he dudado un segundo y ya ha aparecido gente y ha sido imposible”.
Para Aberasturi “ésta era mi última oportunidad”, ya que etapas como la de Córdoba o Santander “son demasiado complicadas para mí. Esas son para fugas o gente como Van Aert”, se lamentaba.