El francés Romain Bardet (DSM) se ha impuesto en la decimocuarta etapa de la Vuelta, disputada entre Don Benito y el Pico Villuercas, de 165,7 km de recorrido, en la que salvó el maillot rojo de líder el noruego Odd Christian Eiking (Intermarché-Wanty), en una jornada sin apenas movimientos entre los hombres de la general, a pesar de que el escenario era propicio para ello.
Bardet atacó a 6 kilómetros de meta, en la zona más dura de la inédita ascensión al Pico Villuercas, entre los corredores que protagonizaron la escapada del día e hizo el resto de la subida en solitario. A 44 segundos cruzaron el español Jesús Herrada (Cofidis) y el australiano Jay Vine (Alpecin Fenix), que sufrió una aparatosa caída durante el transcurso de la etapa y de la que supo recuperarse para disputar la victoria.
El pelotón de favoritos entró nada menos que a 10'25'' con el colombiano Miguel Ángel López (Movistar) al frente, quien arañó 4 segundos a sus rivales directos de la general, Primoz Roglic, Enric Mas, Egan Bernal y Jack Haig, en el único movimiento que se produjo entre ellos, a falta de 3 km para la meta.
Odd Christian Eiking entró a 20 segundos del grupo de Roglic y, por lo tanto, retuvo el maillot rojo, al menos un día más, hasta la jornada de mañana en la complicada sierra de Ávila.
La Vuelta llegaba a tierras cacereñas con un final en alto muy especial, el Pico Villuercas, inédito hasta la fecha en la ronda española, y que reunía todos los condicionantes para brindar un buen espectáculo, además de provocar diferencias entre los hombres de la general: 14,5 km al 6,2% de media, con máximas del 15%, previo paso por el alto de Berzocana (3ª) y el collado Ballesteros (2,8 km al 14% de media, con máximas del 20%), otra vertiente del Villuercas, más corta y agresiva, sobre piso hormigonado.
Arrancaba la etapa todavía en la provincia de Badajoz, desde Don Benito, con temperaturas algo más suaves que en días precedentes, y sobre un terreno eminentemente llano hasta el kilómetro 50. Escenario idóneo para la formación de una escapada de calidad, primero de nueve corredores, y ampliada posteriormente hasta los 18, entre los que destacaban Jan Tratnik (Bahrain Victorious), Dani Navarro (Burgos-BH), Aritz Bagües (Caja Rural-Seguros RGA), Jesus Herrada (Cofidis), Jens Keukeleire (EF Education Nippo), Xabier Mikel Azparren (Euskaltel-Euskadi), Arnaud Démare (Groupama-FDJ), Tom Pidcock (Ineos Grenadiers), Sep Vanmarcke (Israel Start-Up Nation) y Romain Bardet (Team DSM), entre otros.
Apenas transcurridos 20 km de etapa, el pelotón dejaba hacer a la fuga, y ésta lograba alcanzar los tres minutos de ventaja. Y ya en la provincia de Cáceres, territorio comanche, recorridos 50 km -en una hora de carrera, ojo- la diferencia superaba los ocho minutos. La aproximación hacia las principales dificultades del día era trepidante.
En las primeras rampas de Berzocana (7,7 km al 5,2%), el pelotón, dirigido por los hombres del líder O.C. Eiking, Intermarché-Wanty, acumulaba un retraso superior a los 10 minutos respecto a unos escapados que continuaban trabajando en armonía.
Superado el trámite montañoso inicial, llegaba el primer escollo de entidad, el Collado de Ballesteros, a menos de 70 km ya para el final. Los escapados lo superaban a ritmo, perdiendo ya algunas unidades, mientras por detrás, en el pelotón, la pelea por entrar bien colocados al inicio del muro era feroz, con Jumbo-Visma como principales dominadores.
Bardet coronaba en cabeza, con algunos segundos de ventaja sobre los supervivientes de un grupo bastante roto, pero que se volvería a reunificar en gran medida en el descenso, camino de Guadalupe. En el pelotón, parecían reservarse para la batalla de la ascensión final, y nadie se movía, salvo para afrontar en posiciones de privilegio la bajada. Por todo ello, la ventaja entre unos y otros se mantenía en torno a los nueve minutos.
Eso sí, hasta el inicio del ascenso final al Pico Villuercas, restaban unos 40 km de terreno rompepiernas, muy exigente, que podría pasar factura a más de uno. Un terreno que utilizaban Navarro, Prodhomme y Holmes para tomar unos segundos de ventaja respecto a sus compañeros de fuga. El británico de Lotto Soudal, por desgracía, sufría un pinchazo, dejando solos al francés y al español en cabeza de carrera, siendo neutralizado por sus anteriores compañeros de fuga.
En el pelotón, Jumbo-Visma marcaba el ritmo, sin intención de imponer demasiada dureza o cazar a la fuga. Los kilómetros pasaban, y las oportunidades para mover la carrera desde lejos, a cargo de Ineos o Movistar, también. Ni siquiera en una carretera revirada y juguetona como la de La Calera a Guadalupe, se producía movimiento alguno. Bueno, uno sí: Holmes volvía a saltar y enlazaba con Navarro y Prodhomme, en un alarde de fuerza y habilidad brutal, para volver a configurar el trío de cabeza.
El trío se convertía en cuarteto poco después, con la incorporación de Vanmarcke, mientras la ventaja sobre un pelotón realmente pasivo se ampliaba hasta los casi 12 minutos. Navarro se llevaba por delante a Vanmarcke en una peligrosa curva en bajada, dejando solo en cabeza al francés Prodhomme, con una treintena de segundos de ventaja sobre sus perseguidores, al que se sumaban también Bardet, Tratnik, Zeits, Keukeleire, Vine (que también se había ido al suelo kilómetros antes) y el propio Navarro, entre otros.
Prodhomme afrontaba las primeras rampas de Villuercas con algo más de un minuto sobre Zeits, Navarro y Gibbons. El francés, sin embargo, comenzaba a pagar el esfuerzo. Zeits se quedaba solo en su búsqueda y el grupo de Bardet, Herrada, Vine, Pidcock, Gibbons, Holmes, Geniets y Champoussin tampoco tiraba la toalla. Lo que estaba claro es que la victoria parcial estaba entre estos hombres; la diferencia con el pelotón, donde seguía mandando Jumbo-Visma, alcanzaba los 14 minutos.
Zeits daba caza a Prodhomme a falta de 6 km para meta, en lo más duro de la subida. Pero inmediatamente ambos eran superados por un Romain Bardet que buscaba como una exhalación su primer triunfo en la Vuelta y asaltar el liderato de la montaña. Por detrás, Movistar ponía, por fin, un poquito más de ritmo en el pelotón, al inicio del puerto.
Bardet rozaba el medio minuto de renta, a cuatro del final, sobre Champoussin, Prodhomme, Vine, Herrada y Zeits. En el pelotón, Trek-Segafredo tomaba el relevo de Movistar al frente del mismo, sin que se registraran movimientos. El francés del DSM tenía ya la victoria en la mano
A todo esto, el líder O.C. Eiking, comenzaba a pasar apuros en el pelotón, por lo que Cofidis tensaba el ritmo en favor de un hipotético liderato de Guillaume Martin, que se marchaba por delante con otros cuatro corredores. Del resto de hombres de la general, sin noticias.
Romain Bardet alzaba por fín los brazos en el Pico Villuercas, tras meterse en una fuga lejana de mucho nivel, con 43'' de ventaja sobre Jesús Herrada y Jay Vine. Por detrás, el grupo de Martin era neutralizado, se movía Ciccone y Jumbo-Visma volvía a asumir el control de un grupo donde resistía Eiking, a falta de 3 km para la línea de meta.
Ese era el momento elegido por Movistar para lanzar a Miguel Ángel López, que se marchaba en solitario, lo que provocaba un fuerte estirón en el pelotón. El colombiano subía con fuerza... y por detrás Roglic contemporizaba antes de soltar su característico arreón final. Un arreón que llegaría a dentro ya del último kilómetro y que reduciría el esfuerzo de López a unos escasos 4 segundos de renta en la meta. Escaso resultado para un magnífico escenario que se merecía algo más.
El líder O.C. Eiking, por cierto, entraba poco después, conservando con valentía un maillot rojo que tendrá que defender mañana en los puertos de la sierra de Ávila.
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