Material

¿Qué es el test WG11 de Kask? Visita y test del nuevo Sintesi

Descubrimos junto a la sede central de Kask en Chiuduno (Italia) cómo se fabrican sus cascos y también comprobamos en un laboratorio independiente en qué consiste el test WG11 frente a impactos con rotación.

Desde Chiuduno (Italia): José V. Gisbert. Fotos: KASK / JVG

5 minutos

Luca Viano, director de producto, muestra cómo está diseñado el modelo más ventilado de Kask, el Valegro

A pesar de la relativa juventud de la marca -fue fundada en 2004-, el éxito de ventas de Kask en ciclismo de ruta es un hecho, sobre todo gracias al fiel patrocinio de la escuadra Sky/Ineos y su enorme lista de triunfos. También dispone de líneas completas para ciclismo de montaña o urbano, así como otros deportes como el triatlón, esquí, alpinismo o hípica.

"Froomey". Es fácil adivinar a quién perteneció este Bambino Pro de contrarreloj, expuesto junto a otros cascos personalizados y firmados.

Pero, con diferencia, el principal porcentaje de ingresos del fabricante italiano procede de su línea de cascos de seguridad para trabajos de riesgo, un dato que desconocíamos. Durante la visita descubrimos dos de los secretos responsables de la calidad y el prestigio de Kask: la fabricación en empresas locales y el test WG11 frente a impactos con rotación.

Angelo Gotti, fundador y consejero delegado de la marca, acompañado de una parte de su equipo y los periodistas internacionales invitados.

¿Cómo se construye un Kask?

A diferencia de otras marcas, Kask fabrica sus cascos localmente en vez de en países asiáticos. Todo el proceso tiene lugar en empresas especializadas de Bérgamo, situadas muy cerca de la sede de Kask en Chiuduno, para así garantizar la máxima calidad, el control de la producción y la cadena de suministro.

De las tres fases de fabricación -carcasa, estructura y montaje-, sólo pudimos ver la primera. La empresa, llamada Forma, está especializada en plástico termoformado y se encuentra en Telgate, a sólo tres kilómetros de Chiuduno. El proceso comienza aplicando los colores mediante serigrafía a unas planchas transparentes de policarbonato de 0,5 o 0,7 mm de espesor (foto 1).

Foto 1

Nos comentaron que los colores fluorescentes son los más difíciles de aplicar porque necesitan varias capas de color. Con la plancha ya seca tras pasar por una máquina con aire caliente, se sitúa sobre un molde a 180 ºC de temperatura y por vacío (foto 2) se le da forma a la carcasa. El proceso dura un minuto.

Foto 2

Un operario corta el material que no se usa de la plancha y la coloca en el soporte de una cabina en la que un brazo robótico (foto 3) cortará los orificios de ventilación y los bordes de la carcasa. Se elimina el policarbonato sobrante y las virutas con aire a presión; los remates se hacen a mano para lograr un acabado perfecto.

Foto 3

El resultado (foto 4), en el caso del nuevo Sintesi, son dos piezas listas para montar en una estructura de EPS -poliestireno expandido- que se fabrica en unas instalaciones cercanas, antes de proceder al montaje de las almohadillas, cintas, sujeción trasera y adhesivos.

Foto 4

 

Test WG11: cascos aún más seguros

Desde 2020 todos los modelos Kask para ciclismo -excepto el Rapido y los de crono- llevan una etiqueta que confirma haber superado los test WG11 de impacto con rotación. Para comprobar cómo se realizan, fuimos invitados al laboratorio independiente Newton Lab -situado en las afueras de Milán-, expertos en pruebas y certificados de seguridad con más de dos décadas de experiencia en el sector. No son fabricantes, pero tienen una relación muy estrecha con un buen número de marcas de cascos utilizados en ciclismo, motos, equitación, Fórmula 1, militares... o incluso asientos fabricados en carbono para coches de competición o sistemas de protección para el cuerpo y las extremidades.

El WG11 surgió ante la necesidad de crear un test de seguridad exclusivo de Kask basado en fuentes científicas, superior al de las normas internacionales y que incluyese los impactos que conlleven rotación en la cabeza.

El test que presenciamos puso a prueba un casco 100% de serie. Los simuladores EN960 de cabezas humanas (foto 1) son metálicos, tienen un recubrimiento con un coeficiente de fricción similar al de la piel del cráneo, pesan 4,7 kg e incluyen acelerómetros triaxiales inalámbricos, ya que los cables afectarían al resultado de la prueba.

Foto 1

Tras colocar el casco en su posición, regular la retención trasera y abrocharlo, se señaló con la ayuda de un láser y un rotulador la zona del impacto (foto 2). Se elevó el casco tres metros para caer a una velocidad final de 6 m/s sobre un objeto metálico recubierto de papel de lija -para simular una superficie rugosa-, golpeándolo con un ángulo de 45º (foto 3).

Fotos 2 y 3

El sonido producido por el impacto fue bastante desagradable. En el ordenador se visualizan y analizan todos los datos obtenidos (foto 4), también se inspecciona el casco en busca de los daños producidos en el poliestireno, carcasa, correas, cierres, etc. También visitamos su túnel de viento, muy útil para optimizar la ventilación de los cascos.

Foto 4

 

Probamos el nuevo Sintesi

Durante la visita a Kask nos entregaron un Sintesi en talla M -el protagonista de este test-, justo un mes antes de su lanzamiento oficial. Orientado a diferentes usuarios y disciplinas del ciclismo, como el mountain bike, carretera, gravel o urbano, el Sintesi también cumple con los test WG11.

Utiliza el sistema MIT -In-Moulding Technology-, que mejora la seguridad protegiendo el poliestireno expandido o EPS de los impactos con dos carcasas de policarbonato, una situada en la parte superior -el sistema habitual- y otra en la inferior. La nueva sujeción trasera Ergo Fit es regulable en anchura con un dial giratorio de gran tamaño e incluye silicona en la parte exterior para mejorar el agarre; el ajuste en altura tiene un rango muy elevado gracias a las bisagras situadas junto al anclaje delantero de las correas. Las almohadillas utilizan tejido antiestático Blue Tech, que evita la acumulación de humedad y bacterias.

Las correas, al contrario de otros cascos, sí se pueden ajustar en las hebillas de unión situadas junto a las orejas; y debajo de la barbilla, la cinta, al igual que en los modelos superiores, está recubierta de cuero sintético con un tacto muy agradable. Por seguridad al pedalear en zonas escasamente iluminadas, incluye un reflectante en la parte trasera.

Para contener el precio sólo está disponible en talla M y L, y aunque la marca asegura que la más pequeña abarca contornos de 52 a 58 cm, en nuestro caso -tenemos una S- sobraba bastante espacio en los laterales, pero ajustaba a la perfección en la parte frontal y trasera. Quienes usen una talla M o L no tendrán ningún problema de ajuste lateral. Nos pareció muy cómodo y no se movió de su posición en zonas bacheadas; tampoco nos dio la sensación de resultar pesado, aunque los 230 g declarados por la marca -en talla M- aumentaron hasta 254 g según nuestras mediciones.

Dispone de 13 aberturas de ventilación, suficientes para todos los días excepto los más calurosos del año. No hemos podido llevar las gafas encajadas en el casco cuando no las utilizamos -por ejemplo, al subir un puerto-, pero el diseño de la sujeción trasera tiene a ambos lados un rebaje que impide que las patillas de las gafas interfieran con ella. Un buen detalle.

Muy seguro, cómodo, con buen ajuste y 100% fabricado en Italia con una calidad y acabados sólo vistos en modelos superiores de Kask, pero a un precio contenido.

FICHA TÉCNICA

Precio: 100 €
Peso: 254 g (talla M)
Tallas: M (52 a 58 cm) y L (59 a 62 cm)
Colores: Negro, blanco, gris, rojo, azul claro, Sea Ice, rojo vino, Tangerine, azul Oxford, Sahara, verde Aloe.
Distribuidor: Bikemotiv, info@bikemotiv.com
Web: www.kask.com