“Me notaba que me gustaba más entrenar que correr”, cuenta para darse cuenta de una decisión que tomó “de manera individual, yo solo”, cuando aparecieron los miedos “a mantener la posición, a las curvas”. Luego aparecieron los otros, los del día después. “Me daba respeto, porque llevo desde los cinco años montando en una bici. Ella me lo ha dado todo"
- ¿Cómo ha sido la experiencia de la Titan Desert?
- Ahora lo que quiero es disfrutar y pasármelo bien y lo he conseguido toda esta semana. Estoy cerca de gente que no he podido hasta ahora, que es el aficionado medio del ciclismo y en la Titan lo he conseguido. Convivir. Cada uno tiene su historia encima de una bicicleta. Aunque sea la misma etapa, cada uno cuenta su historia como quiere y como la ha vivido. Aquí lo que nos ha unido es la bicicleta, cada uno a su velocidad. Al final tiene que haber un ganador y por circunstancias he tenido que ser yo. Pero mi prioridad era disfrutar, estar cerca de Miguel, de Pereiro…convivir con ellos.
- Tenerles de gregarios ha sido bonito
- Eso no me lo va a quitar nadie. Seis Tours de Francia han dado la cara por mí. Eso lo puede decir poca gente. Ves tirar de ti a Miguel Induráin, que le he tenido de ídolo, le he visto ganar sus Tours sentado en un sofá en verano y es como un sueño que había tenido desde niño. Primero el conocerle y luego estar con él y ver que es una persona totalmente normal. Muy cercano, muy campechano. A Óscar ya tuve la suerte de tenerle de compañero y a Pruden también le he conocido aquí. Me han hecho sentirme muy cómodo.
- ¿Quién te ha hecho reírte más estos días?
- Pereiro. Tiene un temperamento de felicidad. En cualquier momento soltaba cualquier tontería de las suyas. Ya había compartido muchos días de habitación con él y aquí lo he vuelto a recuperar. He pasado una semana muy agradable sabiendo que estábamos en el desierto, sin las comodidades a las que estamos acostumbrados en el mundo de la carretera. Ha sido un acierto venir aquí.
- Has demostrado también que la MTB no se te da nada mal
- Pero esto no es BTT como tal, los de carretera en los terrenos llanos podíamos mantener una velocidad más alta que los verdaderos profesionales del MTB, que son mucho más técnicos que nosotros. Estamos a años luz de ellos. El tema de navegación ya hemos visto que yo…cero. Y el tema de las dunas cero, cero (ríe), como la cerveza. puedo pasar veinte años por ahí y lo haré siempre andando como el otro día. Pero es lo que tiene venir totalmente de la carretera. Mira que fui cabezón que quise subirme en la bici una y otra vez, pero no logré ni dar dos pedaladas encima de la bicicleta. Al final me di por vencido y andando, que sea lo que Dios quiera. Cuanto antes salga de aquí, mejor, pensé. Era mucho terreno de rodar y andar sentado y yo vengo de la carretera y no hace muchos meses que era profesional. Teniendo un poco de continuidad entrenando en casa, las piernas están. Aunque sé que dentro de unos meses no será así porque las obligaciones del ciclista profesional no las tengo ahora.
- ¿Cuál es tu futuro a medio plazo, qué planes tienes?
- Tengo alguna que otra Gran Fondo representando a las marcas que llevo, como Etxeondo, Giant, Rudy Project…iré a la Titan Desert de Almería y Arabia Saudí pero ya más a mi aire y tranquilo. A Almería me llevaré a la familia para disfrutar, que estén cerca de mí. También quiero empezar a involucrar a mi hermano Pedro. Mi hermano pequeño ya monta en bici casi habitualmente y vamos a intentar hacer las 24h de Montmeló los tres hermanos. A ver cuántas horas hago yo y cuántas los demás…Ya te digo que me tocará a mi hacer 18 y los otros dos hora y media cada uno (ríe); tendré que llamar al portero del parking a que me eche una mano (ríe). Pero lo que importa es pasárselo bien, disfrutar encima de la bicicleta, que es lo que siempre ha unido a toda nuestra familia, incluso a Pedro, que empezó siendo ciclista aunque se le dio mejor jugar a fútbol. Ya tiene su bici y lleva un año practicando cuando está de vacaciones. Vamos a aprovechar esta oportunidad.
- ¿Sigues el ciclismo desde casa?
- Sí, mucho. Incluso cuando voy a llevar a mi hijo a entrenar desconecto del móvil para no saber quién ha ganado las carreras y poder verlo.
- ¿Te gusta estos ataques de lejos, que haya uno o dos corredores que dominen tanto?
- Me gusta cuando se enfrentan todos porque sabes que va a haber un espectáculo. Es cierto que cuando corre un Van der Poel solo y no está Van Aert o Pogacar que le pueden plantar cara, se sabe que cuando arranca ya se va hasta la meta. Hay seis ciclistas que están por encima de los demás. Son números increíbles. Cuando yo pasé a profesionales se hablaba de 6 vatios/kilo como algo inalcanzable, que solo lo podían hacer los que disputaban las grandes. Y ya se empieza a hablar de 6’5, 6’6…las velocidades también han subido muchísimo. Es un conjunto de cosas que han evolucionado. Ahora se arranca a 60-80 de meta. Y eso antes era impensable.
- ¿Te has retirado en un momento de transición?
- Si, y que me han empujado a hacerlo también. Porque al final se está viendo que en diciembre los equipos ya te exigen estar a un gran nivel. Cuando pasé a profesional, había gente que llegaba con 6-8 kilos de más y no les importaba, lo veían normal. ahora ya te exigen que estes cerca de 5.8-5.9 watios/kilo en los test de lactato para pasar la Navidad. Antes de empezar a correr. Pogacar ya viene de hacer una concentración en altura antes de afrontar su primera carrera. Antes solo ibas a altura para preparar una grande. Ahora es concentración tras concentración. Yo creo que la gente lo ha cogido de rutina casi todo el año. Ya lo hizo Wiggins en su momento y le fue bien, pero dijo que psicológicamente estaba destrozado. Es inviable estar todo el año corriendo o concentrado. Llega un momento que salta antes tu cabeza que el físico.
- ¿Eso machaca?
- Es el ciclismo de ahora. Antes parabas en octubre y hasta febrero o marzo no empezabas. Ahora paras el 1 de octubre y el día 2 estas ya con el siguiente equipo para medirte las tallas de bicicleta, de ropa…se tiran cinco o seis días concentrados pensando en el siguiente año. Y luego hay mucha gente que le ha dado por el ciclocross o MTB y encadenan una temporada con otra. Por eso tienes que poner en una balanza si quieres estar veinte años de profesional ganando un cierto número de carreras o menos años y ganar todavía muchísimo más. En el ciclismo de ahora es muy difícil que estés muchos años a un gran nivel porque psicológicamente no puedes más de diez años.
- ¿Eres partidario de este cambio?
- No es que lo sea o vaya en contra, es que está así montado. Ahora te aparece un Juan Ayuso con 19 años y qué vas a hacer, ¿pararlo? Siempre viene un corredor más joven que tú, y ya se te ha pasado la hora. aunque tenga 25. Antes con 27 aún eras joven para ganar una grande. El ciclismo de antes no vale para ahora. Pero es lo mismo con la educación que me dieron mis padres. No sirve para la que le puedo dar yo a mi hijo. Tampoco me deja el sistema. Es que, aunque me guste más el ciclismo de antes, ya no vale.
- ¿Te sigues cuidando mucho?
- Llevo sin pesarme desde que me caí en el Tour. La última parte del año ya no me pesaba. Nunca he sido de tener sobrepeso. Sé cuando estoy un poco por encima al ponerme los vaqueros. Porque me aprietan mucho… ¡ostras, se me ha ido un poco la mano! pienso. Pero a día de hoy no ha llegado ese momento. Por suerte para mí, y desgracia para el cultivo de Murcia, no está lloviendo nada este año. Hace más calor de lo normal y me da para salir por la bici. Dos días a la semana no salgo: uno cuando juega mi hijo a fútbol y voy a verlo y otro para pasar el día con mi mujer o me surge algo, pero de normal salgo 5 días. Hay días que me apetece hacer más y otros menos pero sí que me da por salir solo. Intento estar en casa para la una y estar tranquilo para cuando salga mi hija mayor del colegio y así comer los tres juntos, y por la tarde esperar a que salgan los dos pequeños.
- ¿Te cortas al comer?
- No. La gente me decía que ahora podía comer todo lo que quisiera. Pero no voy a ir a un chino todos los días. Nunca lo he hecho. Pasta y arroz y eso ya no. Salvo que haga mi mujer una lasaña, que le sale muy bien, no. Como lo que me apetece y si es cierto que el cuerpo ya no me pide tanto comer, el ansia esa. Quizá por no exigirle tanto. No me veo con sobrepeso y no he tenido que cambiar de talla de pantalón.
- ¿Cómo fue el día después? ¿el que sabes que ya no eres ciclista?
- La decisión la tomé de manera muy individual. Ni mi mujer sabía que estaba pensando en retirarme. Tenía apalabrado un año más en Astana, todo iba normal. No quería que influyera nadie en mi decisión. Si dejas que así sea, ya no es tu decisión, si no la que toman los demás. Y si no la tomaba yo, sabía que al año siguiente la iban a tomar otros por mí. No es que perdiera el encanto de correr, pero me notaba que me gustaba más entrenar que correr. Creo que es el mayor síntoma de que estaba pasando algo. La caída en el Tour acentuó también mis miedos dentro del pelotón. Cuando volví en la Vuelta a Burgos me costaba mucho mantener la posición delante, en las curvas ya frenaba muchísimo antes. La cabeza ya no funcionaba igual y a mí el ciclismo me ha dado mucho más de lo que yo iba a poder aportar en un año de subirme a una bicicleta y llevarla de una ciudad a otra. No lo veía bien, no era lo acertado retirarse de esa manera. Lo llevaba pensando y un jueves por la noche llamé a Laura y le dije: "Oye, que he pensado que me voy a retirar". Y su respuesta fue: "¿pero de la Vuelta?" y le dije que no, que creo que ya ha llegado el momento. Al principio le sorprendió, me preguntaba si me había pasado algo. Se lo dije también a mi hermano Pedro esa misma noche. Fue la decisión que tomé yo. El domingo se lo conté a mis padres y a mi hermano pequeño y esa noche sí que me dieron los vértigos, "lo mismo me estoy precipitando. ¿Qué voy a hacer cuando acabe la Vuelta en Madrid? Igual tengo que cambiar de vida". Te da miedo.
- ¿Ésa fue la clave, el miedo?
- Sí. Pero aparte de todo eso, también se me hacía duro ya salir de casa. Los críos me preguntaban hasta cuándo, por qué tanto tiempo fuera de casa. Por qué me tenía que caer tanto. Todo eran por qués. Llega un momento que ya me dije que el por qué se acaba. El miedo ese existe, pero son trámites que todo deportista tiene que pasar. Tenemos fecha de caducidad. Me da respeto porque llevo toda una vida, desde los cinco años, andando en bicicleta. Era muy drástico. Pero he tenido la suerte de que sigo en la burbuja porque muchas marcas me han llamado.
- ¿La cabeza avisa antes que el físico?
- Sí, porque ahora te cuidas más, los nutricionistas se han convertido en parte fundamental dentro de los equipos. Yo he sido en los últimos años de darme masaje casi dos veces por semana. Tienes que cuidarte mucho tu propio cuerpo. Ahora la longevidad de cualquier deportista se está alargando muchísimo más. Mi hermano va a cumplir 38 años y todavía está jugando a fútbol. Sergio Ramos más de lo mismo. Antes solo era montar en bici, ahí venían las lesiones porque no cuidabas la parte de arriba del cuerpo como ahora con el CORE, no fortalecías abdominales ni la espalda.
- ¿Ves en el pelotón algún leoncito? ¿alguien que se asemeje a tu forma de correr?
- Seguro que los habrá bastante mejores. Ahora se está viendo que los corredores que luchan por generales también lo hacen por las etapas. Es más difícil ganar en fugas porque no llegan tantas. Es un ciclismo totalmente diferente. Ojalá salgan ya no como yo, si no mucho mejores.
- ¿Te ha quedado alguna cuenta pendiente?
- Terminar el Tour hubiera sido bonito y no acabar como acabé. Me hubiese gustado ganar una etapa en La Vuelta y en el Giro. Pero ya se ha acabado. Ahora solo quedan números para la historia y el recuerdo. Me hubiese gustado también ganar una clásica, que solo he tenido la suerte de ganar dos, en San Sebastián. He intentado hacerlo lo mejor posible, algunas veces ha salido bien y otras miles, mal. Me quedaré con los recuerdos de haber vivido y de haber intentado aprovechar lo que me dejaban.
- ¿Qué ha sido la bici para ti?
- Parte de mi vida y a veces, mi vida. Pero la prioridad cambió cuando me casé y volvió a cambiar cuando tuve hijos. Eso ya pasó a un segundo nivel. Pero en fases de mi vida, la bicicleta lo ha sido todo. A día de hoy lo puedo decir, que es parte fundamental de mí. Todo lo que tengo se lo debo a la bicicleta. Laura siempre me lo ha dicho: tenemos lo que tenemos gracias a la bicicleta. Ahora vamos a intentar vivir de lo que se ha conseguido gracias a este deporte. Han sido épocas de la vida. Al principio no tienes miedo a nada, porque no tienes nada que perder. Es tu trabajo, intentas tener un contrato grande. Si te sale bien, te coronas. No miras si tienes familia o hijos, porque estás viviendo con tus padres. Todo es una fiesta. Pero ya cuando te casas y tienes hijos, cuando tu familia depende de ti, psicológicamente aparecen los miedos, el frenar antes de las curvas, que cuando vas en pelotón grande te vas detrás por si hay una montonera. Los miedos por las prioridades que tú tienes en la vida. Para mi hace ya unos años que no era la bici, pero vivía de ella. Y me encantaba lo que hacía.