Ganador del Tour de Francia de 2006 Oscar Pereiro participa en la Skoda Titan Desert después de unos años en los que “he conseguido reciclar mi cabeza” para disfrutar de nuevo de la bici, y habla sin tapujos en una entrevista llena de titulares de la época que le tocó vivir, de su retirada y del estado de salud del ciclismo actual: “Carlos Rodríguez es Induráin y Ayuso, como Contador. A Enric Mas me hubiera gustado verle sin miedo a atacar”
- ¿Cómo es correr la Titan Desert?
- Esto es una tortura como si te fueran cortando los dedos de los pies centímetro a centímetro. Es una aventura, una experiencia diferente. Desde que llegas aquí y aterrizas en el campamento da igual quién eres, si tienes o no dinero. Estamos todos en las mismas condiciones, dormimos en las mismas haimas. Son condiciones a las que hay que acostumbrarse. Eso hace que esta carrera sea especial. Cuando dan el banderazo de salida ya sabes que vas a sufrir en bicicleta porque el terreno es muy duro. Y estás con la incertidumbre de si vas bien o te has equivocado de camino. Es un rollo diferente.
- Es tu tercera Titan, desde hace nueve años que viniste
- A todo el mundo que monta en MTB le aconsejo que vengan a vivir una experiencia así. He competido a nivel profesional muchos años pero esto te ayuda a saber dónde tienes el límite mental. En las etapas del Atlas puedes orientarte pero cuando bajas al desierto puro y duro no tienes referencias ni caminos, tú decides por dónde ir. Psicológicamente te hace muy fuerte.
- ¿Cuál es tu objetivo?
- Pasarlo bien. No llevo ni 3.000 km desde enero, intento combinar con correr a pie y no he montado mucho en bici. Tengo una condición para poder hacerla sin sufrir mucho. Creo que cada día iré un poco mejor.
- Los tatuajes, el de bike en los dedos de las manos.
- A mí la bici me lo ha dado todo en la vida y sigo viviendo de la bici. No la puedo odiar jamás. Mi padre me dice muchas veces que podría haber sido futbolista profesional pero yo no me arrepiento del momento que tuve que elegir fútbol o ciclismo. Además de por los años que he sido profesional, por la enseñanza que me ha dado este deporte. El conocer tus límites, el sacrificio que eres capaz de hacer sin que nadie te esté vigilando, el saber superarte, la fuerza mental que te da. Yo lo veo en el día a día, cuando hay un problema enseguida intento solucionarlo, creo que eso me lo ha dado la bicicleta.
- ¿Estas aventuras enganchan?
- Sí, yo necesito un objetivo para poder motivarme y salir cada día. Me gusta la bici pero a veces me falta la constancia de montar más a menudo si no tengo un objetivo. Estos retos me ayudan a tener motivación
- ¿Para los que recién se retiran, como Luisle o Valverde, también es algo bueno en su transición hacia la vida sin el ciclismo?
- Yo si me hubiera retirado ahora, hubiera hecho lo mismo que ellos. Cuando yo lo dejé, el ciclismo estaba hecho una mierda, yo me retiré aburrido de la bici, con la sensación de que era un yonki, y de que por mucho que me entrenara o me cuidase, para la gente no dejaba de serlo. Y que todo lo que hacía, era por doparme. Acabé cansado de la bici. Sentía que todo el mundo me miraba como que ser ciclista era algo malo. Recuerdo cuando en el instituto los profesores se enteraban que montaba en bici, me decían que era un deporte de héroes. Pasas de eso a ser un mierda. Yo no iba a la farmacia a comprarle medicamentos a mi hijo porque tenía miedo que alguien me viera comprando algo. Mira hasta el punto de locura que tienes. Luisle y Alejandro se han retirado en un momento que el ciclismo está bien, mucho más limpio y mejor visto. Yo dejé de montar en bici y me puse a jugar al fútbol. No quería montar en bici. A mí me surgió lo del fútbol y creo que cuando paras necesitas seguir haciendo algo, primero porque el corazón aún te late muy despacio por la condición que tienes y luego a nivel mental.
- ¿Qué ciclismo ves ahora?
- No estamos en el punto de aquellos años. Aparte del dopaje, yo también viví la época de la sospecha por los motores. Ahora el espectador disfruta de la bici sin pensar en lo que pueda o no haber detrás y eso es mucho mejor. Aún así hay sospecha, la sospecha por el dopaje en el ciclismo va a existir siempre. Tienes que ser mentalmente muy fuerte para que eso no te influya. A mí me afectaba mucho. Lo mío y lo de los demás. Como si el ciclismo en general lo tuviese en mi mochila. Me fatigaba. Me acuerdo un mes antes del Tour 2004 que nos fuimos a probar material para la cronoescalada que iba a haber en Alpe d’Huez. Estábamos a pie de puerto y hacía frío, llovía…íbamos a subirlo tres veces. Yo subí una vez, llegué arriba y me cambié y no más. Ese día vi a Armstrong subirlo cuatro veces. Me parece increíble la fortaleza que hay que tener. Yo he visto cosas en él, dopaje aparte, que solo por tomar un medicamento eso no se puede hacer. Y no estoy justificándole.
- ¿Crees que te pesó ser el primero en ganar un Tour después de Armstrong y el primero en el que descalifican al ganador, que fue Landis?
- A mí lo único que me perjudica es que Landis da positivo. Yo era tan feliz siendo segundo. Aquel Tour empezó empañado por la Operación Puerto y luego transcurrió de una manera que en diez días la gente se había olvidado de eso. Había pájaras, cambio de líder prácticamente cada día. A nivel deportivo, la gente se volvió a creer que el ciclismo era humano. Yo volví a Galicia y había conseguido algo que jamás en la vida podría imaginar que iba a conseguir. Sabía que podría luchar por estar entre los diez primeros. Y sabía que era la oportunidad de mi vida por cómo transcurrió la escapada. Hacer segundo en el Tour jamás lo hubiera imaginado. Cuando me dijeron que dio positivo Landis pensé que estábamos otra vez en la mierda. A mí no me visten de amarillo antes, por la sospecha. Lo sé. He reciclado mi cabeza. Podía haber alargado cuatro o cinco años más mi carrera sin estar al máximo nivel, porque vas bajando poco a poco. Pero levantarte cada mañana sin ganas de entrenar es muy complicado. He conseguido limpiar eso, el por qué no me retiré. Soy capaz de ver una carrera y no sufrir.
- ¿No te da envidia?
- Sí, claro. Envidia sana. Me hubiera gustado planificar mi despedida pero me hizo ‘clack’ la cabeza un invierno y se acabó. No podía seguir porque al final iba a acabar enfermando. Me hubiera encantado retirarme como Purito, por ejemplo, en los Juegos Olímpicos. La idea que tenía era irme al Trek con Contador y hacer los últimos años ahí. Pero sentía que ya era mi trabajo, no mi pasión. Y si es así, en el momento de sufrimiento que es cuando uno tiene que sacar la motivación, la había perdido. En el momento que tienes que pasar hambre, que yo sabía que para estar en el Tour bien tenía que estar por debajo de 67 kilos, tenía que pasar mucha hambre. Ya no conseguía llegar y no caminaba como debía caminar.
- ¿Y ahora cómo ves el futuro del ciclismo español?
- Carlos Rodríguez acaba de ganar en Romandía y Ayuso en País Vasco. Necesitábamos esto. La desgracia que hemos tenido en País Vasco con la caída abre las opciones de que un corredor como Carlos esté disputando el Tour. No lo descartaría. Ayuso está con Pogacar. Son muy buenos los dos. Para mí, Carlos es Miguel Indurain: planificación, sus cuatro palabras y concentración máxima, y Ayuso es más Contador. No estoy diciendo por el nivel todavía, pero sí que corre con el corazón. A Carlos lo veo más máquina.
- ¿Y Enric Mas?
- Creo que si consigue ganar una Vuelta grande de aquí en adelante nos sorprendería a todos. Todos considerábamos en su momento que iba a ser el español que la ganaría, pero estoy viendo que es un muy buen corredor pero para mí le falta algo para ganar. Ha perdido en crono, que es algo que tenía en Quick Step, y en montaña es bueno pero no es el mejor. Me hubiera gustado ver un Enric con menos miedo a atacar. Yo en el Tour de Francia hice cuatro veces entre los cinco primeros porque sabía que eran mejores que yo 15 tíos. Si son mejores que yo, yo no voy a esperar a rueda de ellos todos los días porque voy a llegar a meta el 15º. Tendré que hacer una táctica diferente. Enric en el mano a mano todos sabemos que es muy bueno, pero ganarle a Pogacar, no. Tienes que correr de una forma diferente para intentar ganar una carrera, y no le veo esa decisión de pensar en jugársela. La etapa de Mos de La Vuelta hace dos años la tenía que haber ganado él, pero no a falta de un kilómetro a meta. Tiene que ser antes, porque va a tener un margen al no estar tan vigilado. Me hubiera gustado ver un Enric Mas con el desparpajo que tiene Ayuso, sin miedo a reventar y al ataque. Creo que tiene un motor tremendo y anda muchísimo.
- ¿Ves a Vingegaard llegando al Tour?
- No. Y lo que no sé es si se va a atrever, si se recupera, a correrlo estando en inferioridad. Él no tira balas de fogueo. Creo que no va a llegar, y si no va a llegar para ganar no debería estar.
- ¿Y le ves de rojo en el podio de Madrid?
- ¿Por qué no? Si no hace el Tour, es el favorito número 1 de La Vuelta. Y vamos a ver si Pogacar, ganando el Giro y el Tour, puede tener en su mano la opción de ganar las tres grandes en un año. Veo un Tour que por ser tan superior lo gane sin exprimirse al cien por cien, y eso le haría llegar bien a La Vuelta si decide hacerla.