En Metido en carrera, Cyrille Guimard habla de su trayectoria como ciclista y como director deportivo. El francés no se anda con medias tintas en sus páginas, más de 300 con 50 años de historia del ciclismo vistos desde una atalaya privilegiada. Una historia fascinante, turbulenta y polémica. Guimard habla con franqueza y se cobra alguna víctima, como Lucien Van Impe o Eddy Merckx. También se muestra implacable con algunas innovaciones en el mundo del ciclismo, como los pinganillos, los puntos UCI y el dopaje científico. Sin embargo también hay elogios, dedicados, por ejemplo, a Raymond Poulidor o Jacques Anquetil, con quien coincidió como corredor, y a Laurent Fignon, su "amigo e hijo espiritual", según el propio Guimard. Éste no se muestra dolido en su libro por las ácidas críticas que Fignon le dirigió en su autobiografía, Éramos jóvenes e inconscientes, publicada también por Cultura Ciclista.