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Diez años sin Claude Criquelion

El desenlace del Campeonato del Mundo de 1988, celebrado en Ronse (Bélgica) ha marcado injustamente el recuerdo de la trayectoria del polivalente ciclista belga, de cuya muerte se cumplirá una década el 18 de febrero.

Lorenzo Ciprés (@LorenzoCipres). Fotos: Archivo Ciprés

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Diez años sin Claude Criquelion

El próximo 18 de febrero hará una década de la desaparición de Claude Criquielion, que falleció con 58 años por culpa de un accidente cerebrovascular del que no consiguió recuperarse. Nacido en Deux-Acren, al norte de la provincia valona de Henao justo en su límite con Flandes Oriental, fue una figura esencial del ciclismo belga a lo largo de la década de los ochenta que destacó tanto por su papel en pruebas de un día, donde alcanzó sus mayores éxitos, como en vueltas por etapas, en las que sin grandes altisonancias era habitual verle en los grupos cabeceros del Tour de Francia cuando llegaba la montaña.

Campeonato del Mundo, Tour de Flandes o Flecha Valona -en dos ocasiones- son algunos de los logros de su carrera al más alto nivel prolongada por trece temporadas, y que desgraciada e irremediablemente quedó marcada por su incidente en los últimos metros del Mundial de 1988, celebrado a escasos kilómetros de su domicilio en la localidad de Ronse.

Criquelion se proclamó campeón del Mundo en 1984. 

Steve Bauer, que luchaba con él y con Maurizio Fondriest por la medalla de oro, realizó una peligrosa maniobra en el embalaje final, cerrándole contra las vallas a la par que sacaba hacia afuera el codo de su brazo derecho. Criquielion, que intentaba pasar por el escaso hueco que quedaba, terminó tropezando con el pie de una valla y cayó a 75 metros del final, cuando parecía en disposición de remontar y abrirse camino hacia su segundo oro.

Con Fondriest como ganador, Bauer descalificado y Criquielion entrando a pie y fuera de las medallas, la polémica se adueñó de aquel Mundial, cuyo desenlace no se cerraría hasta cinco años después, cuando la justicia belga acabó desestimando la demanda presentada contra el canadiense por daños y perjuicios. Gran parte del recuerdo de la trayectoria del valón quedó desde entonces indisociablemente unido a lo sucedido aquella tarde de agosto, pese a lo mucho y bueno que logró como ciclista al margen de lo allí vivido.

Criquielion, entrando a pie y fuera de las medallas tras ser cerrado contra las vallas por Steve Bauer en el Mundial de 1988.

 

BARCELONA, HUY Y NINOVE

Nacido en 1957 en una familia de agricultores, Claude Criquielion llegó al ciclismo gracias al impulso de su padre, un apasionado de la figura de Eddy Merckx que en los meses de verano condicionaba su jornada para poder ver las retransmisiones del Tour. Como corredor de categorías inferiores, y gracias a los consejos entre otros de su paisano Pino Cerami, destacó pronto a nivel nacional con decenas de triunfos acumulados como juvenil y aficionado, además de numerosas convocatorias con su selección que le permitieron asistir tanto al Mundial como al Tour del Porvenir.

Dio el salto a profesionales con el Kas, justo el año en que la firma vitoriana cerraba su primer ciclo en el ciclismo e inscribía al equipo en Bélgica por espacio de una única temporada tras la que desapareció.  En sus inicios en la máxima categoría brilló como vueltómano. Su papel en las subidas, unido a un más que decente nivel en pruebas cronometradas, llamaron notablemente la atención de los suyos, quienes le vieron con cierto fundamento como relevo natural de la generación que había tomado el testigo de Merckx; los Van Impe, Pollentier o De Muynck.

Con ellos tres conviviría y compartiría equipo en algún momento, pero esos indicios apuntados en sus primeras presencias en el Tour, y sobre todo en La Vuelta, donde consiguió su único podio en una grande siendo tercero en 1980, se diluyeron. Pese a que continuó siendo habitual verle por delante en las montañas francesas, y a que concluyó cinco veces entre los diez primeros en París, su progresión no alcanzó las cotas esperadas y su mejor versión llegaría finalmente en las pruebas de un día.

El Campeonato del Mundo celebrado en 1984 en Barcelona fue decisivo en su devenir como corredor. En una jornada marcada por la dureza del recorrido y un fuerte calor, se impuso por delante de Corti y Bauer -medalla de bronce sin correr todavía en profesionales- y dio un nuevo brío a su carrera, que despegó
irremediablemente desde aquel momento.

La Flecha Valona, que conquistó en dos oportunidades -en la primera de ellas inaugurando la línea de meta en el Muro de Huy-, y el Tour de Flandes, donde hizo valer con maestría su sentido táctico y conocimiento del terreno para vencer a los principales clasicómanos de adoquines de la época, fueron sus otros grandes éxitos, a los que con un poco más de suerte y de punta de velocidad, seguramente su debilidad, pudieron haberse unido aquel frustrado Mundial de Ronse y, sobre todo, alguna edición de la Lieja-Bastoña-Lieja.

El belga celebrando su victoria en el Tour de Flandes 1987. 

En La Doyenne, la cita cumbre del ciclismo en su zona, concluyó dos veces segundo, una tercero y se clasificó otras tres más entre los diez primeros. Su falta de remate, complementada con el diseño del antiguo trazado que solía decidirse en llegadas de grupos seleccionados, penalizó sus características, a las que se hubiese ajustado mejor la meta de la Côte d’Ans, incorporada al año siguiente de su retirada. Tras vestir de campeón belga en su último año y competir al máximo nivel hasta el momento de irse, Criquielion cerró en otoño de 1991 una larga y notoria trayectoria profesional con más de una treintena de triunfos como botín.

Su reconversión laboral pasó primero por el propio mundo del ciclismo, donde ejerció de relaciones públicas en ASO y Mapei y después como director deportivo de Lotto y Landbouwkrediet, pero en 2006 decidió pasarse a la política local y ejercer cargos en su municipio, donde levantó un centro deportivo que ha terminado llevando su nombre como homenaje.  Además, en el Muro de Huy se erige una estatua -foto inferior- en recuerdo a su figura en el pasaje más duro de la ascensión, una doble curva a izquierda y derecha que han elegido muchos de los ganadores recientes para lanzar su ataque definitivo.

 

PALMARÉS ESCOGIDO DE CLAUDE CRIQUELION


CAMPEONATO DEL MUNDO

Medalla de oro en ruta 1984

CARRERAS DE UN DÍA

Flecha Valona 1985 y 1989
Tour de Flandes 1987
Escalada a Montjuic 1979 y 1984
Flecha Brabanzona 1982
Clásica de San Sebastián 1983
Gran Premio de Valonia 1988

GRANDES VUELTAS

3º Vuelta a España 1980
5º Tour de Francia 1986
7º Giro de Italia 1987

VUELTAS POR ETAPAS

Setmana Catalana 1979
Tour de Romandía 1986
Midi Libre 1986 y 1988

OTROS

3º Clasificación Mundial FICP 1987 y 1988
Deportista belga del año 1984