Tras conocer la muerte en la madrugada de ayer de su buen amigo y rival Raymond Poulidor, Eddy Merckx habló con el medio belga Sporza sobre su figura: "Poulidor era mucho más que el eterno segundo. Ganó muy buenas carreras: la París-Niza, la Flecha Valona, una Vuelta...", dijo el cinco veces ganador del Tour recordándo con afecto al francés.
Pero en esa charla Eddy Merckx reconoció además que el accidente que había sufrido a mediados de octubre -cuando se cayó y golpeó la cabeza mientras montaba en bicicleta junto a unos amigos- había sido más serio de lo que se dijo en un primer momento. A consecuencia del mismo permaneció cinco días ingresado en un hospital de Dendermonde, cerca de Gent, donde se le diagnosticaron diversas lesiones en la cabeza.
Un més después, el campeonísimo belga reconoce la gravedad de aquel accidente, que pudo tener fatales consecuencias: "Las cosas ya van mejor, pero aún no son como deberían ser -reconocía a Sporza.be-. Aún tengo que pasar algunas pruebas con escáner, y tengo absolutamente prohibido montar en bicicleta. Si hubieras visto lo que pasé, entonces sabrías que tuve mucha suerte. De no ser por la coincidencia de que en ese momento pasaba una enfermera, podría haber sido el final para mí".
Eddy Merckx también admitió que la muerte de Raymond Poulidor le había golpeado muy fuerte: "El mundo del ciclismo ha perdido un monumento, un icono -dijo al periódico flamenco Het Nieuwsblad-. Era un gran hombre, un gran campeón, muy querido por los franceses. Su simplicidad, la calidez de su contacto con el público no eran cualidades fabricadas, simplemente era Raymond, estaba en la vida como en la carrera: leal, limpio, cálido".