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El último baile de Tomekke

Con tres kilos menos respecto a su peso normal, Tom Boonen inicia en el Tour de San Juan sus últimos meses como ciclista profesional, que terminarán en el velódromo de Roubaix.

Ainara Hernando

2 minutos

El último baile de Tomekke

Dice Tom Boonen que “no siento nada en especial por pensar que esta es mi última temporada”. Es su última vez de todo. La última vez que debuta, la última vez que se cuelga un dorsal por primera vez. La última vez que prepara sus grandes objetivos. Y como es la última lo quiere hacer a lo grande. Entrar en el Velódromo de Roubaix solo, triunfante, el gentío rendido a él, al dios Tom. Besar esa maravillosa piedra por quinta vez. Ese es su sueño. Para ello trabaja por última vez. Como nunca. A San Juan ha llegado con tres kilos menos respecto a su peso normal a principio de temporada. Su última temporada como ciclista terminará pronto, el 9 de abril en el momento que cruce la meta del Velódromo de Roubaix. Tras salir por una última vez del Infierno del norte. Sea con el resultado que sea. Vencedor o no. 

Es por eso que Tom Boonen se ha preparado como nunca. Su pretemporada comenzó antes y mucho más fuerte que nadie. De hecho, cuando todos sus compañeros del Quick Step ponían fin a la primera concentración de la temporada en Calpe, el 21 de diciembre, el belga alargó su estancia en la localidad alicantina hasta la nochebuena. El mismo día 24 entrenó en España y tomó un vuelo para reunirse con los suyos y celebrar la navidad. “Pero el 26 de diciembre ya estaba de nuevo en Calpe entrenando”, dicen desde su equipo. Está como nunca. “Va con los mejores del equipo en las subidas. Lleva unos años cuidando mucho su dieta y estos últimos meses aún más”. Todo por un último baile sobre las piedras.

Pero de momento, ningún estrés. “No siento nada especial pensando que esta es mi última temporada”, dice. “Me siento igual que siempre, he preparado muy bien esta última temporada, sé que solo van a ser unos meses y por eso estoy así, estoy bien”, avisa. Pero lo demás, es todo tranquilidad. De hecho, ya se ha quitado toda la presión de encima en lo que a luchar por victorias de etapa en el Tour de San Juan se refiere. “Aquí el líder será Gaviria, estamos en Sudamérica”, recuerda. “Trabajaremos uno para el otro, esto no tiene secretos: quien esté mejor en el final será el jefe de filas. Y cuando sea Fernando, no habrá discusión entre nosotros”.

Frente al potente Quick Step estará Elia Viviani, oro en ómnium en los últimos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y que este 2017 se centrará más en la carretera que en la pista. “El año pasado empecé en Argentina y me fue bien, conseguí victorias importantes así que vuelvo aquí también este año, porque quiero que ésta sea una de las temporadas más importantes de toda mi carrera”.

Lo mismo persigue Boonen en su último baile. El cuarto Tour de Flandes o la quinta París-Roubaix. O los dos. Después pasará a formar parte del cuerpo técnico del Quick Step, al menos este año y el que viene, como relaciones públicas, así lo ha dicho el mánager del equipo belga, Patrick Lefevere. Qué mejor que hacerlo siendo leyenda.