Y se acabó el Giro de Italia 2023. Una de las ediciones más extrañas, polémicas y aburridas que se recuerdan llego a su fin tras, curiosamente, uno de los días con más emoción del ciclismo en los últimos años. El final de la cronoescalada del sábado sólo fue apto para corazones fuertes. La mejor resolución para un contenido que había quedado muy cojo. Ya sea por las bajas o por el carácter defensivo de los que quedaron en liza, la Corsa Rosa aburrió al personal durante tres semanas que no se colarán en las mejores páginas de la historia de este deporte.
Pero también es cierto que la remontada final de Primoz Roglic (Jumbo-Visma) sirvió para que muchos se reconciliaran con el ciclismo y para que éste le devolviera al esloveno lo que un día le quitó en Francia. Y así llegamos a Roma, con Roglic de rosa, con Thomas derrotado y con Joao Almeida completando el podio de una carrera que vibró el último día con el triunfo de un viejo rockero.
Mark Cavendish (Astana Qazaqstan Team) apareció cuando ya casi nadie le esperaba en la ronda italiana, llevándose un triunfo al sprint días después de anunciar que 2023 será el último año de una carrera deportiva de leyenda. El de Man destrozó a Fernando Gaviria (Movistar Team) en los últimos metros de la última etapa del Giro, en los que una caída congeló las pulsaciones de todos.
Gaviria fue precisamente quien lanzó la llegada y el que desarboló el sprint. Cavendish pronto le cazó, le cogió la rueda y le soltó. Le soltó tanto que el colombiano acabó hundido, teniéndose que conformar con la séptima plaza. Unos segundos antes ya había cruzado la meta Mark. O mejor dicho, la mejor versión de Mark, la que apareció cuando ya nadie la esperaba en Italia.
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