Jornada de jóvenes talentos en el Campeonato de Europa. Hoy le llegaba el turno a los corredores sub-23 y su carrera no dejó indiferente a ningún espectador. Intensidad, valentía y potencia. La ley del más fuerte. Y ese fue, Jarno Wildar. El joven corredor belga y, promesa de su país, hizo gala de su papel de favorito y cruzó la meta con solvencia a más de 10 segundos de su perseguidor y segundo clasificado, Maxime Decomble (Francia). Para completat el pódium, surgió la figura del talentoso integrante de la delegación española, Héctor Álvarez, para sumar la cuarta medalla para el equipo en lo que va de competición.
La misión para alcanzar una de las codiciadas preseas era de armas tomar. El pelotón tuvo que hacer frente a un recorrido de 121,1 kilómetros con más de 2.500 metros de desnivel acumulado sobre las localidades de Guihernad y Granges. Ninguno se achicó, todo lo contrario, comenzaron la prueba con un ritmo elevado y contínuos ataques para resquebrajar la carrera desde los primeros compases. Por delante. el duro encadenado de subidas a Saint - Romain - de - Lerps y el mítico y icónico muro de Val d' Enfer.
Ante la exigencia, la promesa belga, que compite en el equipo de desarrollo de Lotto, se quiso hacer grande y arriesgarse al todo o nada. Arrancó, aceleró y atacó con dureza para escaparse del grupo y logró distanciarse con una ventaja ínfima, pero que supo gestionar hasta cruzar la línea de meta con autoridad y en solitario, levantando los brazos como nuevo campeón de Europa sub-23. Un instante más tarde, llegó Maxime Decomble, con 14 segundos de diferencia, logrando asegurarse la plata. En cambio, el bronce estaría más disputado, ya que venía un grupo de varias unidades. Héctor Álvarez, ante la oportunidad que tenia ante sus ojos, se exigió hasta su máximo y se impuso al resto de corredores para sumar un bronce muy meritorio y que aupa aún más a la delegación española.
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