La Clásica Jaén Paraíso Interior se ha estrenado en el calendario UCI a lo grande, con una primera edición que ha visto una enorme exhibición de Alexey Lutsenko (Astana Qazaqstan Team), dominador sobre la tierra de una prueba tan dura como espectacular que ha llegado para quedarse.
Diseñada por el seleccionador nacional Pascual Momparler, la carrera presentaba un exigente trazado de 196 km entre Baeza y Úbeda, con 40 km de sterrato en siete tramos -al más puro estilo Strade Bianche entre olivos- y 3.100 metros de desnivel acumulado. Un coctel explosivo que ha destrozado una carrera en la que ha brillado un Lutsenko superior, que se ha hecho con el original trofeo de la aceituna de oro.
El kazajo se maneja de maravilla a sobre la tierra, como demuestra su victoria el pasado mes de octubre en la primera edición de la Serenissima Gravel. Hoy lo ha vuelto a demostrar marcando diferencias en los tramos más exigentes de la Clásica Jaén Paraíso Interior. Tras formar parte de la selección definitiva y dejar a todos sus acompañantes con un ritmo demoledor, a 43 km de meta, Lutsenko incrementó su ventaja para plantarse en la meta de Úbeda en solitario con 53" de adelanto sobre Tim Wellens (Lotto Soudal) y 57" sobre el también belga Loic Vliegen (Intermarché-Wanty-Gobert), que le acompañaron en el podio. Primer día de competición en 2022 y primera victoria para el del Astana Qazaqstan Team.
Entre caminos de tierra y olivos
Una fuga de cinco, con doble representación del Equipo Kern Pharma, animó la parte inicial de la clásica: Igor Arrieta y Raúl García Pierna se marcharon en compañía de Jenno Berckmoes (Sport Vlaanderen), Juan Diego Alba (Drone Hopper) y Chad Haga (Human Powered) para atravesar destacados los tres primeros tramos de tierra. Llegaron a tener más de dos minutos de ventaja sobre un pelotón del que tiraba Lotto Soudal.
En el primer paso por Bayyasa -el tramo de sterrato más duro de la carrera, de 6 km, por el que se transitaba en tres ocasiones- se rompía totalmente el pelotón, que perdía muchas unidades, quedando solo en cabeza Igor Arrieta, pero ya con escasos segundos. Sería absorbido poco después.
A 50 km del final, en el paso por el quinto tramo de tierra (Ubbadar, de 5,3 km), se destacaban una doce de ciclistas, con favoritos como Alexey Lutsenko, Tim Wellens, Lennard Kämna, Emanuel Buchmann, Supermán López… También aguantaban ahí los españoles Roger Adriá y Joel Nicolau. La carrera marchaba rota y los grandes nombres empezaban a mostrarse.
Lutsenko aceleró con furia a 43 km del final y aunque Wellens intentó seguirle no pudo con el impresionante ritmo del kazajo del Astana. El belga del Lotto pasaría a conformar un quinteto perseguidor junto a Lennard Kämna (BORA-hansgrohe), Connor Swift (Atkea Samsic) Thibault Ferasse (B&B Hotels) y Loic Vliegen (Intermarché-Wanty Gobert). Llegarían a tenerle practicamente cazado pero el kazajo iba con mucho gas y en el segundo paso por Bayyasa, entre olivos, volvía a abrir hueco. Hizo el penúltimo paso por meta con 45” de ventaja sobre Wellens, Kämna, Swift y un Vliegen que sufrió una avería mecánica pero volvería a enlazar con este grupo.
La última vuelta fue la confirmación de la enorme exhibición de Alexey Lutsenko, quien aumentó su ventaja hasta 1´30” antes de que el cansancio y un pequeño problema al derrapar en una zona de tránsito de tierra a asfalto, en la que tuvo que echar pie a tierra, menguaran algo la misma. Pero ya nadie amenaba su victoria, inapelable. En el durísimo tramo final Wellens y Vliegen dejarían la compañía de Kämna y Swift para jugarse entre ellos la segunda plaza, que conquistaría el del Lotto Soudal en el empedrado final.