Nacido el 13 de enero de 1970 en Cesena, Marco Pantani -uno de los más geniales escaladores de la historia del ciclismo- hubiera cumplido ayer 50 años. "El Pirata", como así se le conocía, sigue siendo añorado por todos los amantes de este deporte, que aún recuerdan su ciclismo valiente y ofensivo, sus espectaculares demarrajes cuando la carretera se empinaba.
Se dio a conocer al gran público en el Giro de Italia de 1994, en el que quedó 2º -por detrás de Eugeni Berzin y superando a Miguel Induráin- tras ganar dos de las etapas reinas, con finales en Merano y Aprica. Un mes y medio después subía también al podio del Tour de Francia -acompañando a Induráin y Ugrumov- tras mostrarse poderoso en la montaña.
Tras superar una grave lesión que amenazó con acabar con su carrera (una doble fractura de tibia y fémur tras colisionar con un todoterreno en el transcurso de la Milán-Turín de 1995), Pantani ganó en 1998 el Giro de Italia y el Tour de Francia, una gesta que desde entonces nadie ha sido capaz de repetir.
En la Grande Boucle de ese año firmó una de las mayores exhibiciones de su carrera, tras aventajar en casi 9 minutos al hasta entonces líder, Jan Ullrich, en la inolvidable etapa Grenoble-Les Deux Alpes. Con un lejano y demoledor ataque en el Galibier, bajo una tormenta, dinamitó la etapa y aquel Tour. «El día que Pantani rescató el Tour»; «Pantani alcanza el más allá», fueron algunos titulares de prensa al día siguiente. Ciclismo con sabor antiguo; al ataque. Anteriormente, "El Pirata" había logrado la medalla de bronce en el Mundial de ruta de 1995 (acompañando en el podio a Olano e Induráin en el inolvidable "doblete" español en Duitama), y fue 3º en el Tour de 1997, tras Ullrich y Virenque.