Mathieu van der Poel venció al 'invencible'. El holandés resistió una y otra vez todos los ataques y envites de Tadej Pogacar y se consagró como campeón de la Milán - San Remo 2025. Levantó los brazos y se frotó los ojos al cruzar la línea de meta por la impresionante victoria que había logrado. El corredor de Alpecin - Deceuninck se corona como doble ganador del título tras haberlo logrado también en 2023. En la otra cara de la moneda, el esloveno y campeón del mundo de ciclismo en ruta sigue sin poder vencer el monumento italiano. Sube al pódium como tercero por segunda vez en su carrera. Filippo Ganna se alza como número dos con una actuación magistral sin desisitir durante ningún momento.
La Milán - San Remo 2025 relucía emoción, tensión e incertidumbre. Todo se cumplió. La carrera disputada sobre un recorrido de 289 km entre Pavia y San Remo comenzó con nubes y lluvia. La epicidad y la dureza por las condiciones meteorológicas rondaban el ambiente. La fuga incial, aun así no tardó en conformarse. Un amplío grupo de ocho corredores se escapaba del pelotón a las primeras de cambio con más de cinco minutos de ventaja.
Pero en todo momento estuvieron controlados por el ritmo que imprimeron desde la cabeza del grupo perseguidor tanto Ineos Greandiers como Alpecin - Deceuninck. Todo acontecía relajado y tranquilo, seguía el guion previsto. Era la calma antes de la tormenta. Una vez los corredores alcanzaron los puntos calientes del recorrido, todo comenzó a tambalearse. Tadej Pogacar estaba esperando su oportunidad, y la encontró en la subida al Cipressa (5,6 km al 4%) a falta de 24,6 km de la línea de meta. Los únicos en poder seguir su velocidad en la ascensión fueron cuatro corredores: Filippo Ganna, Mathieu van der Poel y Romain Grégoire (Groupama - FDJ).
El resto del pelotón no tuvo capacidad para igualar las fuerzas que ponía el esloveno sobre el tablero de juego. Y eso mismo le pasó unos metros más hacia delante a Grégoire, que se quedó descolgado. En cabeza, con una diferencia que rondó en todo momento el minuto de ventaja, se encontraban Ganna, Pogacar y Van der Poel. El trío de corredores rodó en consonancia durante varios kilómetros. Mantenían una velocidad constante, dinámica y veloz. Parecía impensable, con más de 200 km a las espaldas.
Con el cansancio en un segundo plano, o inexistente, el esloveno atacó por segunda vez en la jornada. Conocía su estrategia y sus posibilidades para alzarse con la victoria. Y así lo intentó. En la subida a Poggio di San Remo (3,7 km al 3,7%), lanzó ataque tras ataque sin parar. Ganna terminó cediendo y descolgándose a diez segundos de diferencia. En cambio, el duelo Pogacar contra Van der Poel, y Van der Poel contra Pogacar estaba servido. El holandés apretó los dientes y se agarró a la rueda de su homónimo como si tuvieran una cuerda que no les pudiera separar.
Ante las tentativas de Pogacar, el neerlandés se hizo fuerte, ya que, tras superar el descenso, sólo quedaba un tramo llano de apenas 2 km para encarar a meta. Además, Ganna logró enlazar con ellos una vez más, dotado de una capacidad de resiliencia asombrosa. El recorrido llegaba a su final, y a 300 metros de la línea de meta, Van der Poel lanzó el sprint y con una potencia propia de otra galaxia resisitió la velocidad de sus dos rivales para alzarse como campeón de la ronda italiana y sumar su segunda Milán - San Remo.
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