El invencible, el Canibal, extraterrestre... Se agotan los calificativos para definir al joven fenómeno belga que tiene revolucionado al mundo del ciclismo. Con solo 18 años, "apesta" a supercampeón para los próximos años. La exhibición que hoy ha dado en el Campeonato del mundo Junior de Innsbruck ha sido portentosa. Tras quedar más de dos minutos rezagado al verse afectado (y su bici dañada) por una enorme montonera en el pelotón, a 71 km de meta, ha protagonizado una espectacular remontada para cazar a sus rivales, y posteriormente poner un ritmo infernal que les ha ido reventando uno a uno, para llegar vencedor a meta con casi 1´30" de ventaja. La ascensión que ha hecho al explosivo Gnadenwald (cerca de 3 km al 10%), en la que ha ido pasando rivales, por decenas, con una facilidad pasmosa, nos ha recordado la legendaria remontada de Marco Pantani en Oropa en el Giro de Italia de 1999.
Aquella montonera, provocada por el despiste de un ciclista checo, enloqueció la carrera, con un grupo de unas 30 unidades por delante y el gran favorito iniciando su remontada. Coronaría Gnadenwald con "sólo" 1´20" de desventaja. Por delante, se marchaban y abrían hueco el italiano Piccolo y el alemán Marius Maryhofer, mientras Evenepoel contactaba con el grupo perseguidor de este dúo cabecero, que llegó a tener cerca de un minuto de ventaja.
Con la ayuda de dos compañeros de selección, que le hicieron un gran trabajo en el tramo llano, el grupo del fenómeno belga (de 35 unidades y en el que marchaba el español Pelayo Sánchez) reduce las diferencias a 40" respecto a Piccolo y Maryhofer, poco antes de afrontar la primera de las dos subidas al Igls, puerto de 7,9 km al 5,7%. En ella Remco Evenepoel ataca y se lleva a su rueda al checo Vacek -otro de los favoritos- alcanzando al duo de cabeza. Piccolo se descuelga y coronan destacados Evenepoel, Vacek y Maryhofer, con 25" de ventaja respecto a los italianos Benedetti y Tiberi.
El checo se queda, aquejado de calambres, y ya nadie dudaba de que Evenepoel soltaría en la subida final al alemán. Pocas veces hemos visto una carrera en la que un ciclista fuera tan superior al resto. Lo hizo a 19 km de meta (a 5 km de coronar el Igls) con una suficiencia insultante, con un ritmo infernal que no decrecía, para marchar imparable a agrandar su leyenda. En meta ha aventajado en 1´25" a Marius Mayrhofer (plata) y en 1´38" al italiano Alessandro Fancellu, quien se hacía con el bronce tras derrotar al esprint al suizo Alexandre Balmer.
El palmarés en juveniles de Remco Evenepoel impresiona (con victorias en más de la mitad de las carreras disputadas, muchas de ellas con una superioridad aplastante) y el doble maillot arco iris con el que se irá de Innsbruck, y sobre todo la forma en que los ha conseguido, nos confirma que este chaval de 18 años, que en 2019 correrá en World Tour con Quick-Step, es un superclase. En julio, en Brno (República Checa), había firmado otro doblete contrarreloj-ruta en el Campeonato de Europa.
Antes de la salida, el seleccionador austriaco, Jure Pavlic, reconocía que jamás había visto a un ciclista junior con el poderío y el dominio de Evenepoel. Y esa es la sensación que comparten casi todos en el pelotón; que es (casi) invencible en esta categoría. Veremos su evolución en la categoría absoluta, pero clase tiene para dar y tomar. Exhibiciones como las de hoy son de las que ya no se ven.
En cuanto a los españoles, el mejor clasificado ha sido Jon Barrenetxea, 36°, a 13'37" del fenómeno Evenepoel. Pelayo Sánchez ha sido 48º, a 17´18" y Carlos Rodriguez (a priori, la mejor baza del equipo nacional), 74º, a 22´34". Iván Cobo y Josu Echeverría abandonaron.