Son cada vez más las voces del mundo del ciclismo que reconocen la enorme importancia que para este deporte tiene la disputa del Tour de Francia, la prueba ciclista más importante y seguida del mundo; el gran escaparate para los patrocinadores. La supervivencia de muchos equipos puede depender de que se corra este año la Grande Boucle, que de momento ha sido retrasada al mes de septiembre (del 29 de agosto al 20 de septiembre), pero con su futuro aún muy en el aire
El manager general del Team Ineos, Dave Brailsford, reconocía ayer que "si un evento tiene que salir adelante este año, todos elegiríamos el Tour"); Nairo Quintana (Arkéa-Samsic) también recordaba las fatales consecuencias que tendría la cancelación definitiva del Tour, "sería un gran riesgo porque podrían perderse los 'sponsors'". "Aunque sea tarde o sin público, tienen que hacerse algunas carreras para garantizar la continuidad del ciclismo mundial", añadió. En la misma línea, el alemán Tony Martin (Jumbo-Visma) declaraba que sin la Grande Boucle habrá "sentencia de muerte" para muchos equipos.
Con este panorama, las declaraciones que hice en la tarde de ayer a Eurosport Francia la ministra francesa de Deportes, la ex nadadora Roxana Maracineanu, añade aún más incertidumbre y preocupación a este deporte. Fue un aviso que, a buen seguro, ha provocado escalofríos en la sede de más de un equipo: "Si no es posible que se celebre el Tour, no sería el fin del mundo", dijo. "Seguramente -añadió- será el fin de muchas cosas respaldadas por sus ingresos, pero tendremos que reinventarnos de otra manera".