Debo comenzar diciendo que en Bélgica tuvimos mucha suerte, ya que todavía se nos permitía entrenar fuera y el clima estaba de nuestro lado para poder rodar junto con algún amigo y recorrer algunos kilómetros, así como hacer algo de 'core' para mantener mi cuerpo en forma. Como saben, también participé en el Digital Swiss 5 en abril, que fue muy complicado; algo así como una contrarreloj individual de una hora de duración, el esfuerzo fue intenso y no tuve ni un momento de respiro.
Para relajarme un poco iba todos los días, en mi fatbike, junto con mi hijo Maxim, a la granja de mi padre y lo ayudaba un poco, conduciendo el tractor o alimentando a los animales con patatas y heno. Disfruté cada momento, especialmente porque todo este período fue un poco loco, viendo lo que estaba sucediendo en el mundo.
Fue agradable pasar tiempo con la familia, ya que normalmente viajamos por todo el mundo y no puedo quedarme tanto en casa, solo durante la temporada baja. Pero sentaba genial también andar en bicicleta todos los días, tratando de hacer algo diferente. Un día, visité a Patrick Lefevere y estuve charlando con él, otro día ayudé a nuestros patrocinadores en Deceuninck entregando máscaras a sus clientes, mientras que a principios de este mes realicé un viaje de 300 km que me llevó por cinco ciudades: Gante, Bruselas, Lovaina, Malinas y Amberes. Fue especial y un tanto surrealista, porque no había tráfico y realmente podía disfrutar de las largas horas que pasaba en la bicicleta.
Después de la disminución de las restricciones, recibí una visita de Yves (Lampaert) y Stijn (Steels) en la granja, e incluso fui a las Ardenas, donde Remco (Evenepoel) está entrenando estos días. Fue agradable ponerme al día con los chicos y me hizo darme cuenta de cuánto extraño a mi familia 'Wolfpack' y de estar en las carreras con ellos. No puedo esperar más a que se reinicie el calendario para poder verlos a todos nuevamente.