Debut y victoria. Imposible mejorar el primer día en la oficina de Dylan Van Baarle, de 30 años, que se estrenaba con su nuevo equipo, el Jumbo-Visma, en la Omloop Het Niewsblad para abrir de la mejor manera su capítulo en el coNjunto neerlandés y para inaugurar de la forma más brillante la temporada de clásicas. Lo hizo moviéndose de una forma muy inteligente, asestando el golpe cuando tenía que asestarlo y manejándose como uno de los grandes.
Van Baarle, que este invierno dejó el INEOS Grenadiers después de cinco temporadas, no ha podido comenzar mejor su nueva vida con los de amarillo y negro, que suman una nueva estrella a un bloque que asusta. No es un hombre de cantidad, sino de calidad. Gana poco, pero cuando gana, sabe dónde hacerlo. En 2019 se hizo con una etapa de Dauphiné, en 2021 ganó A través de Flandes y se proclamó subcampeón del mundo en ruta y en 2022, la joya de su corona, una París-Roubaix que le hizo un hueco entre la élite de un deporte que ya no le pierde de vista.
Promesa eterna, por fin parece que Van Baarle comienza a sacar la cabeza con más asiduidad. Tapado siempre por los grandes del pelotón, Dylan ha demostrado en la Omloop Het Niewsblad que se puede contar con él para todo. Supo moverse a la perfección cuando demarró a unos 36 kilómetros de meta para deshacerse de los corredores que en ese momento marchaban en cabeza de carrera.
Nada pudieron hacer para seguir al neerlandés, que cruzaría bajo la pancarta final con 20 segundos de ventaja sobre el belga Arnaud De Lie (Lotto Dstny) y de su compañero Christophe Laporte (Jumbo-Visma), los dos que acompañaron en el podio a Dylan Van Baarle en el día de su estreno con el Jumbo-Visma. La 76ª edición, con 207,4 km entre Gante y Ninove, ya tiene su sitio en la estantería de su salón junto a la última París-Roubaix.
CLASIFICACIONES
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