El guion parecía ya escrito. Clásica belga y victoria de Mathieu van der Poel (Alpecin-Deceuninck). El neerlandés era el gran candidato antes de comenzar y también el gran candidato cuando la pancarta final se acercaba, dada la situación de la carrera, pero el ciclismo a veces depara sorpresas. Aunque viendo el año que lleva Mads Pedersen (Lidl-Trek), tampoco era tan sorpresa.
La prueba se puso de cara para el neerlandés desde el primer paso por el Kemmelberg, con sus 700 metros al 9,3% de pendiente media. Ese fue el lugar elegido por el campeón del mundo para dinamitar la Gante-Wevelgem. Van der Poel aceleró y se llevó a Pedersen, sí, pero también a Jonathan Milan (Lidl-Trek) y a Laurence Pithie (Groupama-FDJ).
Milan se borraría de la pelea pronto, sacrificándose para su líder y Pithie tampoco sería rival. Todo quedó en un mano a mano entre Van der Poel y Pedersen. Dos campeones del mundo frente a frente para luchar por el trono de la cita belga.
Sabiendo que el principal favorito seguía siendo el del Alpecin-Deceuninck, Pedersen trató de soltarle antes de la parte final, pero fue incapaz de hacerlo. No consiguió su objetivo el líder del Lidl-Trek, pero tenía guardada la bala final. Se puso en cabeza para encarar el sprint y ahí se quedó.
Mads aguantó la embestida de Mathieu y no dejó de acelerar hasta que consiguió sentarle en una clase de cómo afrontar una llegada de este tipo. El danés se hacía así con su segunda Gante-Wevelgem tras la conquistada en 2020 –también logró en 2016 la corona en sub-23-.
Continúa así Pedersen su triunfal temporada, en la que ya ha ganado una etap y la general de la Estrella de Bessèges, tres etapas y la general del Tour de La Provence y la mencionada Gante-Wevelgem.
CLASIFICACIONES
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