Una vez más, Mathieu Van der Poel se proclamó campeón del mundo. Da igual el año o la disciplina. Esto ya es un clásico del ciclismo. El neerlandes, esta vez, conquistó el maillot más bonito del planeta en ciclocross. Lo hizo en Tábor, en la República Checa.
Con la facilidad de quien sale a comprar el pan, Van der Poel destrozó a sus rivales para hacer bueno el cartel de gran y único candidato a la corona mundial. Y es que ausentes Wout van Aert (Visma-Lease a Bike) y Tom Pidcock (INEOS Grenadiers), los dos que pueden hacerle cosquillas, la carrera tenía alfombra roja para el de Países Bajos.
Se trata, además, de su sexto Mundial en este terreno, pues ya probó a qué sabe el oro en las ediciones de 2015, 2019, 2020, 2021 y 2023, colocándose a uno solo del recordman, el belga Erik de Vlaeminck, con siete entorchados.
En esta ocasión, Mathieu van der Poel estuvo acompañado en el podio por su compatriota Joris Nieuwenhuis, que se dejó 37 segundos, y por el belga Michael Vanthourenhout, que llegó a 1 minuto y 6 segundos.
Y el que estuvo entre los mejores fue Felipe Orts, que cerró el top diez, cruzando la línea de meta a 2 minutos y 48 segundos del campeón del mundo.