El Cofidis está viviendo una Arctic Race of Norway de ensueño, y es que tras las dos primeras jornadas de liderato para Axel Zingle, el galo cedió el primer puesto de la clasificación general a su compañero, y también francés, Victor Lafay. Éste aprovechó la subida final a Skallstuggu (5.4km al 5%) para atacar en los últimos 2.000 metros y garantizarse la victoria en solitario.
Antes de la cuarta y última etapa de mañana, Lafay cuenta con siete segundos de ventaja sobre Kévin Vauquelin (Arkéa) y nueve respecto a Hugo Houle (Israel), curiosamente los dos corredores que coronaron en segundo y tercer lugar el puerto final de hoy. Entraron a 3 segundos de Lafay pero las bonificaciones son las que abren esas (mínimas) diferencias.
Como es habitual, la escapada del día fue de lo más peleada. En primer lugar atacaron Ángel Fuentes (Burgos) y Louis Bendixen (Coop) y junto a éstos se marchó un grupo numeroso de más de 20 ciclistas. Precisamente de ese conato se formaría la punta definitiva, con Maurice Ballerstedt (Alpecin), Hakon Aalrust (Coop), Tom Wirtgen (Bingoal) y Taco van der Hoorn (Intermarché) rodando por delante.
Al contar con más de cinco minutos durante gran parte de su trayecto, apenas tuvieron dificultades para coronar los principales escollos de la jornada. Así las cosas, Aalrust conquistó Strugstad (1.7km al 5.4%), Wirtgen, Stene (1.8km al 7.9%) y Aalrust repetiría en Reinslia (1.8km al 6.7%). Entre medias, el Cofidis ya se había encargado de reducir el margen con la fuga.
Previo ascenso al Skallstuggu (5.4km al 5%), Ballerstedt sería el más rápido en las metas volantes de Namdalseid y de Lavanger, en este segundo caso ya durante la persecución despiadada del lote. Distinta fue la situación en el sprint intermedio de Hojem, porque Van der Hoorn aceleró y aunque Ballerstedt pudo seguirló no tuvo piernas para batirle en la volata.
Ambos punteros llegaron a las primeras rampas del Skallstuggu y allí mismo serían absorbidos por el paquete. Nada más producirse, Andreas Leknessund (DSM) probó a moverse y cortó a la mitad del pelotón, que sería rematado por el demarraje final de Victor Lafay (Cofidis) donde más pupa hacía la fuerza de la gravedad en las piernas de los corredores.