Era el gran favorito a hacerse con la victoria en un final que le iba como anillo al dedo, y ha cumplido los pronósticos. El canadiende Michael Woods (Israel-Premier Tech), todo un especialista en escalar paredes, se ha impuesto con autoridad en la durísima subida al Mirador de Ézaro (1,8 km al 14,7% de pendiente media, con rampas imposibles de hasta el 28%) para adjudicarse la 2ª etapa y pasar a liderar O Gran Camiño.
La mayor resistencia le llegó de un Alejandro Valverde que sigue deslumbrando a sus 41 años y en su última temporada como profesional. Cruzó la meta a 15" del canadiense, queda a 17" en la general y se erige como su principal rival en la lucha por el triunfo en la ronda gallega, a la que le resta mañana una dura etapa en línea, considerada la jornada reina, y el domingo una contrarreloj de 15,8 km (especialidad en la que Woods flojea).
A 37" llegaron Rubén Fernández e Iván Ramiro Sosa, y a 39" Jakob Fuglsang y Jefferson Cepeda. Pese al golpe de autoridad de Woods en un final que le favorecía, la carrera sigue abierta.
A sus 35 años, el canadiense firma su novena victoria como profesional, y la tercera en nuestro país, ya que tiene dos etapas de La Vuelta (en 2018 y 2020). Es, además, el primer triunfo del año para su equipo, el Israel - Premier Tech.
Sin descanso
La 2ª etapa de O Gran Camiño presentaba un recorrido rompepiernas de 177,6 km, con más de 3.200 metros de desnivel acumulado y final en el emblemático Mirador de Ézaro tras una subida de 1,8 km al 14,7%.
En una jornada ventosa, cerca del km 10 fructificaba una escapada con siete corredores: Antonio Angulo (Euskaltel-Euskadi), el líder de la montaña Jon Barrenetxea (Caja Rural-Seguros RGA), Óscar Cabedo (Burgos-BH), Giovanni Visconti (Bardiani-CSF-Faizanè), Stephen Bassett (Human Powered Health), Guillermo Garcia Janeiro (Radio Popular-Paredes-Boavista) y Joni Brandão (W52/FC Porto). Su ventaja máxima rondó los 3 minutos, siempre controlados por el pelotón.
En los 30 km finales García Janeiro se descolgó por una avería mecánica y poco después también cedía Joni Brandäo, dejando la escapada en un quinteto. Pero el pelotón ya les pisaba los talones, y los últimos supervivientes de la aventura (Barrenetxea y Bassett) fueron absorbidos en el Alto de Ameixenda, a 7 km de meta.
Israel-Premier Tech puso un ritmo fuerte para preparar la dura subida final. En la misma, fueron los hombres del Movistar Team quienes llevaron la iniciativa, primero con Gonzalo Serrano y luego con Iván Sosa. Pero Woods conocía bien el Mirador de Ézaro, porque ya lo ascendió en 2020 en la Vuelta a España, y a falta de 800 metros, en una curva terrorífica al 28% de pendiente, apretó y abrió un ligero hueco respecto a Valverde y Sosa.
El murciano medía la distancia y abandonaba la compañía de su compañero del Movistar, pero el canadiense, con grandes piernas, aguantó y amplió el hueco en últimos 500 metros, que se hicieron eternos, para anotarse una brillante victoria y vestirse de amarillo.