Etapa tranquila, casi soporífera, culminada con un sprint vibrante, de foto finish, en el que Arnaud Démare superó por medio tubular a Caleb Ewan, con Mark Cavendish y Biniam Girmay metidos también en la pelea. Dado lo ajustado del final hubo que esperar un poco para confirmar la victoria del francés del Groupama-FDJ, que suma la segunda consecutiva en esta edición (y la séptima en el Giro de Itlaia) a la vez que se hace fuerte con la maglia ciclamino al aumentar la ventaja en la clasificación por puntos.
Sin cambios en la general (más allá del segundo de bonificación que ha cogido Lennard Kämna en un sprint intermedio), el sevillano Juanpe López sigue líder por tercera jornada consecutiva. Cada día se le ve más suelto con la maglia rosa, disfrutando de un sueño que espera se prolonge todavía algunos días más. Mañana tendrá una primera prueba de fuego en una etapa exigente de montaña que suma 4.400 metros de desnivel.
La etapa, como decimos, fue aburrida. Es lo que tienen la grandes vueltas, donde no es posible que los ciclistas se expriman al máximo una jornada tras otra durante 21 días. Con la excepción de algunos momentos brillantes, que los ha habido, no estamos viendo un gran ciclismo en esta edición de la corsa rosa. Hoy los corredores se lo han tomado con excesiva calma, y la mejor muestra de ello es decir que han llegado con 45 minutos de retraso sobre el horario intermedio previsto. A 38,1 km/h (y porque apretaron en la parte final), cuando la organización preveía una media de 44.
Poca historia tuvo la 6ª etapa –la primera en la península italiana, disputada entre Palmi y Scalea sobre 192 km- más allá de la larga cabalgada en solitario del italiano Diego Rosa, el único valiente que tenía ganas de batalla. Saltó pasado el km 20 y rodó en cabeza más de 140, pero controlado en todo momento por el pelotón, con una ventaja que nunca superó los 5 minutos. Rosa, de 33 años, vivió sus mejores años como profesional en el Astana y el Team Sky, y ahora aporta su veteranía a una escuadra plagada de juventud como es el EOLO-Kometa.
Viendo la situación, tres ciclistas del combativo Drone-Hopper Androni Giocattoli (Ravanelli, Tagliani y Sepúlveda) saltaron del pelotón en busca de enlazar con el fugado, pero desistieron poco después. En el gran grupo había harlas y un ambiente relajado. Circulando por la costa del Mar Tirreno, no hubo ni conato de abanicos (se llegó a alertar de que podría haber fuerte viento de costado). Solo calma.
Tras quedar cortados ayer, Mark Cavendish y Caleb Ewan estaban especialmente motivados para luchar por la victoria en Scalea. Por ello, Quick-Step y Lotto Soudal tomaron en el pelotón para evitar sorpresas. Una aceleración en el ritmo redujo la ventaja de un Diego Rosa que empezaba a acusar el paso de los kilómetros en solitario. En el segundo sprint intermedio, situado en Guardia Piemontese Marina, Lennard Kämna bonificó 1”.
El italiano del EOLO-Kometa fue cazado a 28 del final y, como estaba previsto, todo se resolvió en una volata en Scalea que, hoy sí, contaba con todos los grandes velocistas del pelotón de este Giro, con ganas y piernas frescas tras una etapa de poca exigencia. Fernando Gaviria se quedó atrapado tras dos DSM, con los que casi se tocó, y maldijo golpeando el manillar. Otra oportunidad perdida para el colombiano.
Groupama-FDJ fue el equipo que mejor montó su tren de lanzamiento, y Démare lanzó el sprint en dura pugna con Ewan, Cavendish y Girmay. Un precioso final a cuatro que puso el toque de calidad a una etapa para el olvido.
Mañana llega una etapa de notable exigencia a través de las montañas de Calabria-Lucanian, con un desnivel acumulado (más de 4.400 metros) digno de una etapa dolomítica. A partir de Maratea (km 35) la secuencia de subidas y bajadas es ininterrumpida. Los corredores subirán por el Passo della Colla antes de abordar el largo y tendido Monte Sirino, de más de 24 km. Después de cruzar Viggiano, el pelotón subirá el exigente Monte Grande di Viggiano (6,6 km al 9,1%) y La Sellata (7,8 km al 5,9%), antes de llegar a Potenza.
CLASIFICACIONES