Matteo Moschetti fue el más afectado en la montonera que se produjo entrando en el último kilómetro en la etapa de ayer, con final en Módena. Pascal Ackermann hizo el afilador con Jakub Mareczko y provocó la caída en cadena de muchos de los ciclistas que rodaban tras él. Uno de ellos era el italiano del Trek-Segafredo, que acabó impactando con fuerza contra las vallas. Quedó tendido en el suelo con evidentes gestos de dolor y dificultad para incorporarse. Entonces ya se vio que su futuro en el Giro estaba en el aire.
Matteo Moschetti fue trasladado a un centro hospitalario, donde le realizaron diversas pruebas y radiografías para comprobar los efectos de su dura caída. Poco después, el Trek-Segafredo informaba sobre el estado del joven velocista italiano: la buena noticia era que no sufre ninguna fractura ni conmoción cerebral; la mala, que tiene una dislocación del hombro izquierdo, además de mucho dolor muscular en las piernas por el fuerte impacto, y heridas superficiales en su cara y cuerpo.
Estas lesiones en su hombro y piernas descartan su continuidad en el Giro, y hoy ya no tomará la salida en la 11ª etapa.