Se preveía una jornada tranquila en el Tour, en espera de las decisivas etapas de alta montaña en los Pirineos de este fin de semana, y acabó siendo un día de locos. Empezando por los abandonos de dos de las principales figuras de la carrera, Primoz Roglic y Juan Ayuso, siguiendo por el frenético inicio de etapa, con una escapada de 22 corredores de nivel entre los que iba Adam Yates (8º de la general) que obligó a trabajar duro al pelotón, y finalizando por el sprint accidentado con el que se ha decidido la victoria en Pau, en el que Jasper Philipsen ha firmado su segundo triunfo en este Tour, por delante de Wout van Aert, Pascal Ackermann y Biniam Girmay, después de que una caída dejara fuera de juego a Arnaud De Lie, Cees Bol y Amaury Capiot, entre otros.
La caída, junto a las vallas y a 600 metros del final, fue durísima y cortó a gran parte del pelotón, de manera que apenas 20 ciclistas disputaron el sprint, caótico, en una recta interminable. Laporte hizo un buen trabajo de lanzamiento para un Van Aert que por segundo día consecutivo roza la victoria. Se la arrebató Jasper Philipsen que emergiendo por el centro se impuso con autoridad para lograr su octavo éxito en la Grande Boucle, el sexto de la temporada y el 48ª como profesional.
"Me quedé atrapado por el viento, pero pude recuperar. Estoy feliz con la victoria y con las sensaciones. No fue el mejor inicio de Tour, pero ya llevo dos victorias. Quiero alguna más, pero iremos al día", dijo el ganador en Pau.
En definitiva, un día que ni mucho menos ha sido de trasición y que puede pasar factura el sábado en la primera de las dos grandes batallas pirenaicas que esperan a los ciclistas, con la general en juego. Ya sin Roglic y Ayuso en carrera, mañana empieza la hora de la verdad en el Tour 2024 en una 14ª etapa (Pau - Saint-Lary-Soulan Pla d'Adet, de 151,9 km) en la que los ciclistas afrontarán el mítico Tourmalet por Luz-St. Sauveur -Barèges- (19 km al 7,4%), y la Hourquette d'Ancizan (8,2 al 5,1%) antes de la subida final a Saint-Lary-Soulan Pla d´Adet (10,6 km al 7,9%).
En cuanto a la clasificación general, los únicos cambios que hay en sus primeros puestos son los lógicos tras los abandonos de Roglic, que era 6º, y Ayuso (9º), de manera que Derek Gee y Matteo Jorgenson entran en el top-10. El maillot amarillo Tadej Pogacar afrontará la montaña pirenaica con 1´06" de adelanto sobre Remco Evenepoel y 1´14" respecto a Jonas Vingegaard, a priori su gran rival. Cuarto es Joao Almeida, pero ya a 4´20", con Carlos Rodríguez quinto a 4´40" y Mikel Landa sexto a 5´38". El podio estará en juego este fin de semana, con la incógnita de ver si Evenepoel aguamtará la sucesión de grandes colosos.
La etapa tenía la etiqueta de "transición", pero el comienzo no pudo ser más explosivo. No comparecieron en la salida Roglic, sexto de la general, ni Jesús Herrada, uno por caída, el español enfermo. Ya en carrera, y después de varios días de debilidad, se marchó a casa el debutante Juan Ayuso, otro top 10, noveno. La baja del ciclista de Jávea, representa un hándicap para Pogacar a las puertas de los Pirineos. El escudero de lujo del esloveno fue atrapado por el virus del COVID justo antes de las etapas con final en alto de Pla D'Adet y Plateau de Beille.
El pelotón explotó nada más abandonar la ciudad de Agen, antes gloriosa por su equipo de rugby, 8 veces campeón nacional, ahora en segunda división. En la ruta del Tour se formó una "mêlée" considerable entre vientos cruzados. Fueron 22 hombres los que quedaron al frente mientras el resto del pelotón se despedazaba. Delante mucha calidad, con Adam Yates, como hombre más peligroso de la general, a 6´59". Allí estaba el campeón mundial Van der Poel, Oier Lazkano, Magnus Cort, Powless, Mohoric, Sjukins... suficiente nivel como para obligar a perseguir al Visma de Vingegaard y al INEOS de Carlos Rodríguez, un desgaste de rivales que le venía de maravilla al UAE.
No iba a ser un día para mirar el paisaje. De la fuga salió un grupo rebelde con Kwiatkoweski, Bernard, Gregoire y Magnus Cort, otro buen grupo dispuesto a disputarse la etapa, pero la idea se vino abajo por el festival de abanicos que se produjeron en el grupo perseguidor. El Visma rompió el grupo principal, una carta para tratar de descolgar algún rival. Pogacar, Evenepoel, Vingegaard... los hombres del podio a la gresca en río revuelto. Los acelerones terminaron de echar abajo la fuga inicial. Una etapa rápida y revoltosa abría un nuevo capítulo camino de Pau, la tercera ciudad más visitada por el Tour.
Volvió la tranquilidad menos para Carapaz y Johannessen, destacados en la subida a la Cota de Blachon. Lograron medio minuto en la segunda y última dificultad, la tachuela de Simacourbe, pero el grupo perseguidor quería un esprint y el Visma trabajaba para Van Aert, hambriento de victorias. A 22 de meta el ecuatoriano y compañía levantaron el pie. La etapa llegó a su fase final con un nivel de fatiga elevado. Un día duro, con viento, nervios por el viento, sin afectados en la general, pero sin algunos velocistas que quedaron cortados en abanicos, casos de Cavendish, el hombre récord, y Groenewegen. El sprint estaba cantado, a pesar del intento de Stuyvens y Van Moer a 15 de meta.
En el Tour no hay llegadas organizadas. Ningùn equipo domina con su tren y muchos se buscan la vida. Y ante todo, nervios. El Visma tenia claro que quería poner en bandeja la victoria a Van Aert, pero el Intermarché tenía a 3 hombres para lanzar a Girmay. En medio de la vorágine hubo montonera a 600 metros de meta. Philipsen, sin la ayuda de Van der Poel, se soldó a la rueda de Girmay, lanzó el ataque de lejos y resistió e Van Aert. Doblete para Philipsen, también retando al eritreo para cuando pase la montaña.
CLASIFICACIONES
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