El colombiano del Movistar Team Nairo Quintana ha sufrido un sobresalto en la jornada de hoy al carse a 105 km de la meta y darse un fuerte golpe en la parte izquierda de su cuerpo, lo que le ha provocado heridas en este brazo -que llevaba ensangrentado-, tobillo, hombro y un dedo, heridas que han requerido de la asistencia en carrera del coche médico. Pese a ello, al llegar a la meta en Pau ha declarado que confía en hacer un buen papel en la etapa de montaña de mañana viernes.
"He sufrido golpes en el tobillo, en el hombro y un dedo que ya me lastimé ayer", destacó Quintana, quien sin embargo se mostró confiado en hacer "una buena etapa" en la última jornada de la trilogía de los Pirineos, con salida en Lourdes y llegada en Laruns, con la ascensión de puertos míticos como el Aspin (12 km al 6,5%), el durísimo Tourmalet (17,1 km al 7,3%), y el Aubisque, de 16,6 km al 4,9%. "Espero poder recuperarme junto a los fisios y hacer una buena etapa mañana", manifestó el colombiano.
Según explicó Nairo Quintana, "los médicos de carrera me colocaron gasas, pero hasta que no me limpie, me duche y vea qué dicen los médicos del equipo no sabré al cien por cien si es de poca importancia", explicó. "Es lamentable haber sufrido esta caída. De una manera o de otra, parece que siempre estoy un poco jodido", lamentó Quintana, que en la primera jornada de este Tour sufrió un pinchazo que le hizo perder 1:15 minutos respecto a los primeros de la etapa.
Tras examinar a Quintana, el equipo médico del Movistar Team ha confirmado que las heridas sufridas en la caída "no tienen alcance mayor. Golpes en cadera, tobillo, hombro y un dedo contusionado, sin que se aprecien lesiónes ósea".
Por su parte, el director del Movistar Team, Eusebio Unzué, manifestó sobre la caída que "desde luego, no ayuda" para la jornada de mañana viernes. "Si estando bien es muy difícil estar arriba, imagina cómo será después del golpe que se ha llevado, que ha sido fuerte porque se ha caído cuando la carrera iba muy rápida", explicó.
También ha recordado Unzué que la decimoctava etapa, a pesar de ser completamente llana, se ha disputado "con mucho calor y con una media entre 45 y 46 kilómetros por hora, por lo que los corredores están muy fatigados y encima con el porrazo que se ha llevado". "Esperamos que todo quede en esos rasguños y que mañana pueda estar en condiciones", añadió.