Jonas Vingegaard -dos veces ganador del Tour de Francia- sigue transmitiendo buenas sensaciones en este arranque de temporada, y tras conquistar la única prueba que ha disputado hasta el momento (la Volta al Algarve, donde además ganó la contrarreloj final) ahora se encuentra en disposición de luchar por su primera París-Niza, carrera en la que se ha situado segundo de la general tras su compañero Matteo Jorgenson. "Siento que mi forma es bastante buena y estoy más fuerte cada día", comentaba tras la contrarreloj por equipos de ayer.
Con su inicio de campaña el danés del Visma | Lease a Bike está demostrando haber superado físicamente las consecuencias de la terrible caída que sufrió el año pasado en la Itzulia, que le provocó diversas fracturas. Sin embargo, Vingegaard no se ha olvidado de una caída que podría haber acabado con su carrera deportiva... e incluso con su vida, como ha reconocido en una entrevista con el medio belga Het Nieuwsblad en la que habla sobre los problemas de seguridad del ciclismo actual.
"Podría haber muerto el año pasado", dice el danés a este medio belga. Vingegaard considera que "todos los que participan en el ciclismo tienen responsabilidad: los propios corredores, los organizadores y la UCI. Creo que no somos conscientes de la magnitud del problema".
En sus declaraciones a Het Nieuwsblad Vingegaard se muestra crítico con los organizadores de la Itzulia por el terreno por el que transitaban los ciclistas en aquella fatídica 4ª etapa de la ronda vasca 2024, cuando a 35 km del final, en pleno descenso del alto de Olaeta, una caída numerosa dejaba fuera fuera de carrera y con imptorantes lesiones a una docena de ciclistas. Pero también pone parte de culpa en la actitud de los ciclistas. "Los organizadores cometen un error al hacernos correr por una carretera abombada por raíces de árboles. Pero los corredores también luchamos en situaciones en las que no es necesario. Demasiados ciclistas corren como si no levaran frenos", comenta.
En este sentido, el líder del Visma recordaba un episodio sucedido recientemente en la Volta al Algarve: "A veces los ciclistas peleamos por posiciones en momentos que no hace falta. En el Algarve luchamos por colocarnos bien en una curva que no llevaba a ninguna parte. Se ha perdido el respeto".
La falta de seguridad en el pelotón profesional ha llevado a que Vingegaard no quiera que sus hijos sigan sus pasos. “Si alguna vez me preguntan si pueden competir en ciclismo, la respuesta es no”, afirma rotundo.
Hace unos días, en declaraciones al programa "Cycling Show" de Eurosport, Vingegaard reconocía que las lesiones sufridas en aquella caísa fueron "más graves de lo que la gente cree". "Me rompí siete costillas y el esternón, y la clavícula se quebró en tres o cuatro pedazos. Me rompí un dedo y se me perforaron los dos pulmones", recordaba el danés, que ya mira ilusionado a su objetivo de la temporada, un Tour de Francia quer buscará conqyuistar por tercera vez.