Tour de Francia

Jasper Philipsen firma un triplete e impide el récord de Cavendish

En una 7ª etapa muy tranquila la victoria se decidió al sprint en Burdeos, donde el belga del Alpecin-Deceuninck -lanzado un día más por Van der Poel- confirma que es el mejor velocistas del Tour. Sin cambios en la general.

Fernando Belda. Fotos: Sprint Cycling Agency

3 minutos

Jasper Philipsen firma un triplete e impide el récord de Cavendish

Después de la emoción de los Pirineos, llegó la tranquilidad al Tour de Francia. Ya se preveía que la 7ª etapa (Mont-de-Marsan - Burdeos, de 169.9 km llanos) no iba a ser la más vibrante de la carrera, y se confirmaron los presagios. Toda la emoción quedó concentrada en los últimos metros, en los que Mark Cavendish rozó su 35ª victoria en la ronda francesa con la que hubiera batido el récord que ahora comparte con Eddy Merckx.  

Saltó con mucha fuerza el británico del Astana y tomó ventaja, pero se había precipitado y se quedó sin gas, siendo rebasado por el cohete Jasper Philipsen, el mejor velocista de largo de este Tour, de nuevo lanzado magistralmente por Mathieu van der Poel. Tercero fue el eritreo Biniam Girmay, seguido de Luca Mozzato y Dylan Groenewegen. 

Tres de tres para el belga del Alpecin-Deceuninck en las llegadas masivas, donde él y su equipo parecen no tener rival. Tras imponerse en Bayona y Nogaro, Philipsen se anota en Burdeos su novena victoria de la temporada, y la 32ª como profesional. 

La etapa, demasiado tranquila, no deja cambio alguno en los primeros puestos de una clasificación general que sigue comandada por el danés Jonas Vingegaard, seguido a 25" por Tadej Pogacar y con el español Carlos Rodríguez quinto, a 3´30". Mañana habrá otra teórica etapa de transición -aunque algo más quebrada que la de hoy- y el domingo el esperado final en el Puy de Dóme (13,3 km al 7,7%), en el que volverán a ser protagonistas los favoritos de la general. Así son las rondas de tres semanas, una alternancia de jornadas vibrantes y tranquilas. 

 

Recuerdo y homenaje a Luis Ocaña

La 7ª etapa arrancaba desde Mont-de-Marsan con el recuerdo y homenaje a Luis Ocaña, el campeón español -ganador del Tour de 1973- que residió durante años en esta localidad de la región de Nueva Aquitania. Antes de la salida camino de Burdeos, se inauguró el "Velódromo Luis Ocaña" con la presencia del alcalde de Mont-de-Marsan, de Christian Prudhomme, director del Tour de Francia, y de Bernard Thevenet, ganador en dos ocasiones de la Grande Boucle y rival de Ocaña a principios de los años 70. 

Nada más darse la salida lanzada se vivió una situación tan inusual como sonrojante. Cuatro ciclistas cogieron unos metros de ventaja, sin oposición del pelotón, pero al verse en cabeza tres de ellos (Jonas Abrahamsen, Mathieu Burgaudeau, y el Movistar Nelson Oliveira) renunciaron a la aventura para esperar al gran grupo, dejando solo al francés Simon Gugliemi (Arkéa-Samsic), quien sí tiró para adelante para dar visibilidad a los patrocinadores de su equipo y buscar lo imposible. Chapeau para el único valiente. 

Con el pelotón muy tranquilo, Gugliemi cogió una importante renta que llegó a ser de más de siete minutos a falta de 145 km. Hasta que entraron a trabajar ciclistas del Lotto Dstny y Alpecin-Deceuninck para que no se disparara mucho más. 

Tras el sprint intermedio de Grignols –en el que los velocistas pelearon por puntos para el maillot verde, uno de los pocos alicientes del día- saltaron del pelotón a falta de 78 km Nans Peters (AG2R Citröen) y Pierre Latour (TotalEnergies), que poco después daban alcance a su compatriota Gugliemi, quien ya contaba con menos de un minuto de ventaja. Su llegada dio nuevos bríos a la fuga, que aumentó la brecha ligeramente. Pero los equipos de los velocistas ya habían activado el modo caza. 

En la Cote de Béguy (1,2 km al 4,3%) Gugliemi acusó el esfuerzo de 130 km en fuga y dijo basta. Peters y Latour resistían en su desafío, y el pelotón tuvo que emplearse a fondo: el del AG2R cedió a falta de 6 km y el del TotalEnergies perseveró hasta que restaban 3,5. El sprint estaba servido y en el mismo Van der Poel volvió a desplegar sus cualidades como lanzador.

Mark Cavendish intentó sorprender de lejos buscando pasar a la historia (aún más) y tomó ventaja. Se le hizo largo y Philipsen remató su tercera victoria para corroborar que es el mejor velocista del momento. El Canibal Eddy Merckx respira aliviado. 

Mañana sábado la 8ª etapa llevará a los ciclistas desde Libourne hasta Limoges, en un recorrido de 200,7 km  quebrado en su parte final -con tres puertos de 3ª y 4ª categoría- aunque sin grandes dificultades. El mítico Puy de Dóme les espera el domingo. 

 

CLASIFICACIÓN 

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