Marcha Lale Cubino

Más de 600 cicloturistas se dieron cita en la marcha que rinde homenaje al ciclista bejarano

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Marcha Lale Cubino
Marcha Lale Cubino

A las nueve de la mañana un amplísimo pelotón de seiscientos ciclistas se congregaba en la avenida Fernando Ballesteros de la ciudad de Béjar, para rendir homenaje a la ciclista salmantina Dori Ruano, que recibió una placa conmemorativa en reconocimiento a su trayectoria deportiva, de manos del Alcalde de Béjar, Cipriano González y del ex ciclista profesional Lale Cubino. Acto seguido se daba el pistoletazo de salida a la décima edición de la Marcha Cicloturista Lale Cubino.

De los seiscientos, doscientos setenta y un cicloturistas ascendieron hasta los 1.960 metros de altitud de la Estación de Esquí Sierra de Béjar-La Covatilla,  el resto de los participantes dio por concluida la marcha en la ciudad de Béjar.

El pelotón ciclista pedaleó durante sesenta kilómetros por las carreteras de la Sierra de Francia, hasta la población hurdana de Las Mestas, kilómetro cero, para los quince de ascensión hasta lo alto del Portillo de las Batuecas, de primera categoría.

El kilómetro ciento treinta y uno corresponde a la ciudad de Béjar, primer punto de cronometraje y lugar en donde los ciclistas deciden si dan por concluida su participación en la marcha, o continúan hasta lo alto de la Estación de Esquí Sierra de Béjar- La Covatilla.

En damas, Dori Ruano quiso agradecer el homenaje que había recibido, brindando el mejor registro entre las mujeres, con un tiempo de 4:35:11. Segunda en entrar, aunque en bicicleta tandem con un acompañante, fue Vanessa Gómez Villar 4:43:44 y tercera la alemana Christine Vom Schemm.

En Béjar, los ciclistas deciden entre concluir su participación, o enfrentarse a los dieciocho últimos kilómetros de ascensión, con final en alto a 1.960 metros de altitud sobre el nivel del mar, hasta la Estación de Esquí Sierra de Béjar-La Covatilla, sobre un recorrido total de 148 Kilómetros, una ascensión acumulada de 3.370 metros, coronando un puerto de categoría especial, final de etapa en La Vuelta 2002, 2004 y 2006, que en sus últimos 9 kilómetros serpentea hacia el cielo, con una pendiente media del 8% y máxima del 14%.