Los augurios eran malos: durante la noche precedente, la isla entera de Ibiza, padecía los efectos de un frente intenso de tormentas que entristecía la cara de los participantes y preocupaba a los organizadores. La salida estaba prevista para las 9:30 de la mañana y, tan sólo media hora antes, los cicloturistas podían comprobar cómo la lluvia hacía acto de presencia. Pero, como por arte de magia, un intenso viento se alió con la Vuelta a Ibiza y, en menos de media hora, los claros predominaban en un cielo todavía enmarañado.
A la hora prevista, con más chubasqueros de los que fuera deseable en el panorama y con cada cicloturista equipado con el chip de control que le informaría de su tiempo en el tramo controlado, se daba la salida a un pelotón que, incluso con la previsiones meteorológicas en contra, superaba de largo los 300 participantes.
El recorrido a cubrir era de
Entre Sant Carles y Sant Joan estaban situadas las alfombrillas donde los lectores de chip marcarían el tiempo de cada cicloturista, en una exigente ascensión de
Tras el descenso de la cota controlada, en el polideportivo de Sant Joan, estaba situado el avituallamiento, donde se llegó cumpliendo el horario previsto.
El regreso hasta Sant Antoni transcurrió con la normalidad prevista aunque, en algunos tramos, las fuertes ráfagas de viento añadían un punto de dureza a la pintoresca ruta con la que se completaría la etapa reina de esta actividad cicloturista.
PULSA EN ESTE ICONO PARA ACCEDER A LAS FOTOS DE LA ETAPA