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Superando las 420 inscripciones y disfrutando de un cielo azul, con temperaturas netamente veraniegas, la VIII Edición de la Vuelta Cicloturista a Ibiza ha bajado el telón con el mejor balance imaginable y mostrando, otro año más, ser una de las actividades que más se preocupan por el disfrute y la comodidad de los asistentes, tanto ciclistas como acompañantes.
Debido a que esta tercera etapa coincidía con el retorno a casa de un buen número de cicloturistas, durante la noche del día anterior, como ya es habitual, se celebró la entrega de trofeos y la fiesta de despedida. Como es costumbre en este tipo de actividades, se entregaron distinciones al club más numeroso, a los cicloturistas más veteranos y a los más jóvenes, a las féminas o a los participantes más lejanos (Francia, Alemania e Inglaterra).
Tras la entrega de trofeos se llevó a cabo una cena de hermandad, un espectáculo pirotécnico y otro de baile.
A las 10 de la mañana de la festividad de la Virgen del Pilar se dio la salida a la última etapa que, completando un recorrido de 67 kilómetros, atravesaría las carreteras más pintorescas del noroeste de Ibiza, enlazando las poblaciones de San Antonio, Santa Inés, Santa Gertrudis y San Miguel.
El resumen en cifras de los tres días que ha durado la Vuelta a Ibiza, han arrojado un total de 242 kilómetros, con un desnivel acumulado de 2.700 metros.
