Gravel en Escocia a lomos de la Cervélo Áspero

Montañas, valles y lagos de aspecto salvaje y aislado. Pequeños pueblecitos habitados por gente amable y hospitalaria. Clima duro y cambiante en el que tan pronto está lloviendo como luce un sol radiante. Y, sobre todo, un color verde intenso que llena la vista. Son las credenciales del auténtico paraíso natural que es Escocia. Unos espacios naturales con pleno acceso para todo el mundo bajo una única condición: el disfrute responsable y el respeto hacia los demás. En esta aventura que la gente de Cervélo nos propuso para conocer su nueva bici gravel nos adentramos en el Parque Nacional del Lago Lomond y los Trossachs, un área montañosa en la divisora de las Highlands y las Lowlands ubicada al norte de Glasgow. Lagos y montaña Iniciamos nuestro viaje en dos etapas a orillas del mar en la localidad de Helensburg. Bueno, en realidad arrancaremos el pedaleo unos kilómetros más al interior tras un breve traslado motorizado para evitar kilómetros insulsos. Estamos en medio de un monte rodeados de interminables extensiones de prados con una pertinaz lluvia que en cualquier otra ocasión nos volvería reacios a arrancar el pedaleo y, sin embargo, aquí asumimos como parte del encanto de un entorno de cuento. Una pista en claro descenso nos va adentrando en la maraña de valles que se extiende a nuestra vista. Nosotros vamos manteniendo altura aproximándonos poco a poco a un lago que nos acompaña a nuestra izquierda casi desde el inicio hasta que llegamos al pequeño pueblo de Arrochar ubicado a sus orillas. Breve parada para tomar un café en un agradable bar en cuyas paredes varias láminas nos permiten descubrir los orígenes glaciares del Loch Long o que durante la Segunda Guerra Mundial este lago contaba con instalaciones para el desarrollo y pruebas de torpedos. Desde aquí no nos queda más remedio que subir, por lo que tras el café nos adentramos en las imponentes montañas que se alzan ante nosotros a través de un frondoso bosque por una pista que, a base de zetas, va ganando terreno a la ladera. Un bosque que va cediendo protagonismo a los prados y helechos con la ganancia de altitud a la par que remontamos el curso de un río. Al fondo, una pequeña presa nos sirve de referencia y fija el punto más alto de nuestro ascenso. Camino más corto Desde ahí cambio de valle para volver a descender vertiginosamente a orillas de otro lago, el Lomond, que aparece ante nosotros entre la bruma y la fina lluvia que nos acompaña desde el inicio, dando al entorno un aspecto fantasmagórico. No podemos evitar sentir cierta inquietud al subir nuestras bicis al ferry que espera en la orilla para atravesar la lámina de agua. Es la opción más corta para alcanzar la orilla opuesta si no queremos añadir otro buen rato de pedaleo rodeando el lago. Demasiadas historias de monstruos vienen a nuestra cabeza, aunque nada como un trago de whisky para hacer entrar al cuerpo en calor y devolver el optimismo al espíritu. Nos lo podemos permitir ya que, tras descender del barco, sólo un repechón nos separa del lugar donde nos espera la comida en un acogedor refugio en mitad de ninguna parte. La reconfortante comida nos deja como nuevos para retomar el pedaleo con la motivación extra del tímido sol, que hace su aparición dando una textura casi mágica al paisaje. Abandonamos el lago Lomond para adentrarnos en una zona de interminables extensiones de prados junto al lago Arklet, para desde ahí volver a ganar altura en las montañas dejando otro lago más a nuestros pies. Todo ello por pistas que parecen hechas para rodar con una gravel con vistas de excepción y pendientes razonables para disfrutar del pedaleo con estas bicis. En la parte final de la jornada toca atravesar el monte en una nueva zona de bosques que nos van a permitir llegar a Balmaha, pueblo turístico situado en el extremo del lago Lomond al que regresamos para dar por concluido este duro recorrido por las montañas. Hora de recuperar fuerzas con una cena en la que no pueden faltar ni unas pintas de cerveza ni el típico haggis. Bosques sin fin El menú de la segunda jornada nos va a adentrar en el corazón del parque nacional. Un área menos montañosa que la del día anterior y en la que las masas forestales cobran mayor protagonismo en los profundos valles lacustres. Nos encontramos en una zona más habitada y accesible para los turistas como demuestran los varios pueblos por los que pasamos, como Aberfoyle, donde espera la obligada parada del café como preludio a la principal ascensión de la jornada. Una subida que nos adentra en el núcleo del parque hasta alcanzar la ruta que lo circunvala, pista que nos conduce hacia el asentamiento de Brig o'Turk donde nos espera la comida. La tarde resulta más interesante pedaleando por una zona tremendamente bucólica entre bosques impenetrables y lagos de agua cristalina. Casi nos podemos imaginar que estamos rodando por la Comarca que Tolkien imaginara para sus libros, un lugar que ante todo transmite paz. Nuevos ascensos nos permiten cambiar de valle y de lagos buscando el destino final de nuestra jornada junto al Lago Voll en otro lugar de ensueño donde espera la cena disfrutando de la hospitalidad de la gente de estas tierras, sin ser conscientes de que al día siguiente nos tocará volver al mundo real. Por suerte, nuestra mente regresa a casa llena de los olores y el profundo verdor de este paraíso para los sentidos que hemos podido disfrutar de la mejor manera que se nos ocurre: pedaleando sobre nuestras bicicletas. Compañera de fatigas Estas dos etapas por tierras escocesas nos han servido para exprimir a fondo las posibilidades de la Áspero, la nueva bici gravel de Cervélo. Como nos tiene habituados en el resto de sus creaciones, los canadienses no dan puntada sin hilo y se han adentrado en el mundo del gravel con todos los deberes hechos. Y eso que a primera vista es una bici que no destaca sobre los diseños que actualmente copan el mercado, sobre todo en lo que respecta a sus tirantes bajos, cada vez más habituales y que en esta bici se emplean para facilitar la absorción del tren trasero. Sin embargo, una observación más detenida nos permite darnos cuenta de que la filosofía de esta bici es distinta a lo que solemos encontrar en este segmento. Salvo un par de tornillos sobre el tubo superior y los habituales de los portabidones, no encontramos puntos de anclaje para guardabarros u otros elementos. La razón es porque Cervélo ha orientado esta Áspero hacia la vertiente más competitiva del gravel, un incipiente mundillo, en especial en los países anglosajones, que requiere de un tipo de bici distinto a aquellas con orientación más aventurera. Es por ello que han construido una bici que ante todo transmite velocidad, sin importar si vamos por carretera o camino, percepción de la que es responsable su alto nivel de rigidez. Sin embargo, más importante aún que la rigidez es el manejo vivo pero que a su vez ofrece plena confianza en terreno difícil. Es precisamente aquí donde Cervélo, la marca creadora del reach y stack como referencia universal para comparar cualquier cuadro sin importar la marca, vuelca todo su conocimiento con un estudiado trail -la medida resultante de combinar el ángulo de dirección y el avance de la horquilla- que evita esa sensación tan habitual en las gravel de dirección pesada resultante de priorizar la estabilidad, pero sin renunciar ni mucho menos a esta. De hecho, buena prueba de su nobleza de reacciones es que es una de las pocas bicis con la que nos hemos podido soltar de manos fuera de carretera sin ir demasiado deprisa y sin renunciar a un comportamiento muy divertido en los tramos de sendero que afrontamos y, en general, unas sensaciones muy de bici de carretera. Aparte, la horquilla incluye una pieza que permite variar el avance de la horquilla en 5 mm de forma que podamos mantener el mismo comportamiento si decidimos montar ruedas de 650b o, incluso, si optamos por la posición más cerrada con rueda de 700, tener un comportamiento ultraágil, de bici de ciclocross. Sin lugar a dudas el comienzo de una segunda generación de bicis gravel venidas a dejar un poco de lado el componente de aventura y centrarse en el rendimiento, aspecto que también refuerza la presencia en su montaje tope de gama, el que utilizamos nosotros, del grupo Force eTap AXS en versión monoplato o ruedas DT Swiss específicas para la disciplina con llanta de perfil alto de carbono.

Gravel en Escocia a lomos de la Cervélo Áspero

Escocia se encontraba desde hace tiempo en nuestra lista de lugares a visitar. Recorrerla a lomos de una bici gravel, en contacto directo con su inmensa riqueza natural, hace que lo podamos marcar como visitado con total satisfacción.

Asturias: 8 subidas que no te puedes perder por el parque natural de Fuentes del Narcea

Gran Canaria: un destino deportivo hecho a la medida del deportista

Disfruta del ciclismo virtual por etapas con CITROËN ë-Tour by BKOOL

¡La luz trasera y radar Garmin Varia RTL515... al mismo precio que en Black Friday!