Alaphilippe reina en Bélgica para vestir de nuevo el arcoíris

El francés hizo la primera gran selección en el pelotón, con 55 km por delante, en el Bekestraat y no cejó en su empeño de marcharse en solitario hasta conseguirlo, aplastando al resto de favoritos. A 32'' llegó el grupo perseguidor, encabezado por Van Baarle, plata, y Valgren, bronce. Bélgica, fuera del podio, a pesar del gran trabajo realizado por Evenepoel durante toda la jornada.

Víctor Marcos. Fotos: Photo Gómez Sport/EFE/EPA/Julien Warnand

Julian Alaphilippe
Julian Alaphilippe

El francés Julian Alaphilippe revalidó a lo grande su corona de campeón del mundo de ciclismo en ruta al imponerse en Lovaina (Bélgica), tras una exigente una carrera de 268 kilómetros salpicados de cotas, muros y adoquines, y donde la batalla se desató muy lejos de meta, algo que pasó factura a muchos de los principales favoritos al título.

Alaphilippe, de 29 años y oro en Imola 2020, entró meta en solitario tras romper la carrera una y otra vez con incesantes ataques, hasta que logró marcharse sin compañía, a unos 20 km para la conclusión. Tras el de Saint-Amand-Montrond, llegó a meta un grupo de cuatro corredores entre los que el neerlandés Dylan van Baarle y el danés Michael Valgren fueron plata y bronce. El belga Jasper Stuyven, que rozó la medalla para el país anfitrión, y el estadounidense Neilson Powless, cuarto y quinto, completaron el Top5.

Más alejados, a poco más de un minuto, entraron el resto del grupo de 17 ciclistas que se quedó por delante a 50 km del final. Entre ellos, los principales favoritos a la victoria final, como Wout van Aert, undécimo, y para el que Remco Evenepoel realizó un trabajo encomiable a lo largo de toda la jornada. 

Iván García Cortina, muy activo en buena parte de la competición, metido en cortes delanteros, fue el mejor de los españoles en meta, en 23ª posición. 

 

 

Pocas veces los 268 km de un campeonato del mundo en ruta supieron tan bien. Y es que, las carreteras belgas parecen estar diseñadas para el ciclismo de ataque. Poco después de las 10:30 h se daba la salida real a una de las carreras más esperadas de la temporada y que suele deparar finales más electrizantes. El inicio de la misma tampoco sería lento, con las habituales selecciones secundarias buscando protagonismo en forma de fugas, como griegos, suecos e irlandeses. La primera de ellas se vería integrada por Hernandez (COL), Burbano (ECU), Kochetkov (RUS), Nisu (EST), Magnusson (SWE), Gamper (AUS), Townsend (IRE) y Sainbayar (MON).

El pelotón, comandado por el belga Tim Declercq -quien si no- en compañía de los daneses, dejaba crecer la escapada hasta los 4'30'', transcurrida la primera hora de carrera. La diferencia se acrecentaba un minuto más a la entrada del circuito de Lovaina, con la llegada de las primeras cotas -Wijnpers- y las carreteras estrechas, con eslovenos y franceses apareciendo también al frente del pelotón.

De hecho, serían los galos los primeros en moverse, con Madouas y Turgis, tentativas que serían rapidamente sofocadas por los belgas. Mientras tanto, a cola de pelotón, una caída se llevaba por delante a Trentin, Ballerini y Pedersen, en principio sin consecuencias graves.

Sobre las rampas del Smeysberg, Francia se volvía a mover, con Cosnefroy, llevándose a todo un Evenepoel y Magnus Cort-Nielsen, aún con 180 km por delante. La fuga, por su parte, afrontaba por vez primera el Moskesstraat, una de las pocas cotas adoquinadas del día, con las fuerzas ya muy tocadas entre algunos de sus componentes. La diferencia, de hecho, bajaba ya de los cuatro minutos.

Van Aert no tuvo las piernas deseadas, y Erviti siempre ejemplo de profesionalidad en los compases iniciales.
Van Aert no tuvo las piernas deseadas, y Erviti siempre ejemplo de profesionalidad en los compases iniciales.

Superado el Moskeestraat, se sucederían los ataques desde el pelotón, fragmentando la composición del mismo y endureciendo la carrera sobremanera. El grupo de Evenepoel se incrementaba con nombres importantes como Tratnik, Asgreen, Declercq, Bissegger, Haas, Erviti, McNulty, Demare, Roglic, Swift y Eenkhoorn, entre otros. Todas las grandes selecciones presentes, salvo Italia, que mantenía a sus hombres en el pelotón, metían corredores en la fuga que se aproximaba a los escapados iniciales.

La selección transalpina se veía obligada a poner ritmo en el pelotón, con 165 km por delante. Mads Pedersen se volvía a ir al suelo en una montonera, a cola del gran grupo. Y la diferencia del grupo de Evenepoel crecía hasta el minuto. Remco ponía velocidad en un nuevo paso por el Smeysberg e Italia 'quemaba' ya la bala de Ballerini, que se echaba a un lado completamente reventado, dando paso a su compañero Matteo Trentin al frente del gran grupo. Conectaran o no, el esfuerzo pasaría factura a los 'azzurri'.

Italia lograba reducir hasta los 20'' la ventaja del grupo de Roglic, Evenepoel y compañía. A cola del pelotón, otra caída perjudicaba a Gibbons y García-Cortina, que se levantaba rapidamente para reincorporarse al gran grupo con la ayuda de Lluis Mas. Por delante, en cabeza de carrera, la fuga original apenas conservaba 30'' sobre unos perseguidores comandados por un ambicioso Remco Evenepoel, que reclamaba más implicación por parte de sus compañeros.

En el Decouxlaan, a 134 km de meta, Italia lograba el objetivo y neutralizaba la tentativa belga, a costa de 'quemar' también a Matteo Trentin. Mas, lejos de instaurarse la calma, Evenepoel seguía impriendo ritmo en el Wijnpers y la fuga original de la jornada también llegaba a su fin. Comenzaba una nueva carrera. 

Tremendo trabajo el de Evenepoel
Tremendo trabajo el de Evenepoel

Bélgica, de nuevo con Tim Declercq, volvía poner ritmo al frente del gran grupo, haciendo sufrir a rivales de entidad, en caso de llegada masiva, como Caleb Ewan. Un ritmo que solo el gigantón alemán Nils Politt era´capaz de romper, marchándose en solitario, seguido de un valiente Iván García-Cortina, Evenepoel, Madouas, Bagioli, Tratnik, Stannard, Van Baarle, Powless y Wurtz-Schmidt, con 95 km por delante.

Todas las selecciones daban por buena la fuga... salvo Gran Bretaña, que se había quedado fuera, y se veía obligada a imprimir velocidad en el pelotón. Un pelotón en el que ya no estaba Alex Aranburu, que echaba pie a tierra tras sufrir una caída, sumándose a la lista de abandonos de Pedersen, Schachmann, Hirschi, Urán, Simmons, Trentin, Ballerini, Geniets... en un mundial tremendamente exigente. Los diez de cabeza, mientras tanto, abrían un hueco cercano al minuto.

Un nuevo paso por el Smeysberg hacía sufrir a Cortina y Stannard en el grupo cabecero, mientras por detrás era Cosnefroy quien se movía, con la respuesta inmediata de Campenaerts desde un reducídisimo pelotón de apenas 40 unidades. El Moskeestraat, a 66 km de meta, volvía a exigir el máximo a los corredores. El grupo delantero perdía unidades -Stannard, Cortina, Politt- con un Evenepoel encendido, que no cejaba en su empeño de seguir haciendo camino. El pelotón, muy cerca, se quedaba a solo 20'' ya. Carlos Rodríguez se dejaba ver junto a los mejores.

El Bekestraat sería el escenario elegido por el vigente campeón, Julian Alaphilippe, para realizar la selección en el pelotón, llevándose consigo a Van Aert, Stuyven, Stybar, Colbrelli, Mohoric, Pidcock, Sénéchal, Nizzolo, Valgren y Van der Poel, quienes contactaban con el grupo de Evenepoel, a falta de 53 km para el final. El joven belga era el encargado de seguir tirando como un tren de alta velocidad, abriendo hueco sobre un grupo perseguidor donde Oliveira y los eslovenos intentaban reducir diferencias.

Van der Poel no estuvo a su mejor nivel.
Van der Poel no estuvo a su mejor nivel.

Al último paso por el Smeysberg, Alaphilippe volvía a atacar, llevándose solo a Colbrelli a rueda. Van Aert era el encargado en persona de cerrar el hueco con el francés y los belgas volvían a reestablecer el orden en el grupo delantero. Por detrás, los Pogacar, Matthews y compañía veían como se les alejaban las opciones de victoria. La diferencia se iba por encima del minuto a 40 km de meta.

Un Evenepoel inagotable, en colaboración con Bagioli, se encargaba de mantener el ritmo en cabeza de un grupo donde ya residían las medallas, al antepenúltimo paso por meta, abriendo un hueco con el pelotón de 1'45''. Llegaba el momento de que los 'outsiders' presentes lanzaran sus propuestas de victoria.

Totalmente vacío, tras un trabajo espectacular a lo largo de toda la jornada, el joven Remco se descolgaba y se producía cierto desconcierto en cabeza de carrera. En el Decouxlaan, Madouas realizaba un tímido intento de ruptura, sin éxito, y Nizzolo reestablecía el orden. Un orden que duraría muy poco; en el Wijnpers, Madouas incrementaba de nuevo el ritmo, preparando un nuevo ataque de Alaphilippe, a 20 km de meta, que se marchaba en solitario.

Nizzolo, Powless, Stuyven y Colbrelli cerraban el hueco, sufriendo mucho para alcanzar al francés. Van Aert y Van der Poel serían los siguientes en entrar, llevando al resto de componentes hasta el frente de la carrera.

Alaphilippe revalida título mundial
Alaphilippe revalida título mundial

Pero Alaphilippe quería ganar a lo grande, por aplastamiento, en solitario, y al penúltimo paso por St.Antoniousberg volvía a soltar un hachazo que le permitía pedalear sin compañía, al penúltimo paso por meta, con 10'' de ventaja sobre Powless, Stuyven, Van Baarle y Valgren, y unos 25'' sobre los Van Aert, Van der Poel, Colbrelli y compañía, a los que parecía faltarles las fuerzas a 15 km de la conclusión.

El pulso del francés con sus cuatro perseguidores se traducía en 15'' de ventaja para afrontar los últimos 10 km. A 36'', el grupo de Colbrelli, Van Aert, Pidcock y Van der Poel tiraba la toalla. Salvo desfallecimiento, Alaphilippe se dirigía hacia una victoria descomunal con su sello inconfundible.

Valgren tensaba en el grupo perseguidor, pero no lograba soltar a sus compañeros de persecución, que se enfrascaban en un tira y afloja de ataques y vigilancia, en la lucha por las medallas de plata y bronce. Por detrás, Pidcock se marchaba para lograr, al menos, un puesto de honor, por delante de Van Aert y Van der Poel, rivales en el barro, también en el asfalto.

Mientras tanto, Alaphilippe se plantaba en el último kilómetro, exhausto, pero con algo más de 30'' de renta que le iban a permitir disfrutar de una victoria antológica. La plata sería finalmente para Van Baarle y el bronce para Valgren, en un ajustadísimo sprint entre los cuatro perseguidores. Bélgica, en casa, se quedaba sin medallas, a pesar de todo el trabajo realizado, sobre todo, por un descomunal Remco Evenepoel.

 

Clasificaciones

 

Alaphilippe, al frente del equipo francés que defenderá su arcoíris

Relacionado

Alaphilippe, al frente del equipo francés que defenderá su arcoíris