El corredor español Alejandro Valverde se hizo con el oro más buscado y más deseado de su carrera al proclamarse campeón del mundo en la prueba en línea masculina que cerró este domingo los Mundiales que se han disputado en Innsbruck (Austria) en la última semana.
Valverde ganó la carrera por delante del francés Romain Bardet, el canadiense Michael Woods y el holandés Tom Dumoulin, que entraron con él, pero a su rueda, en la meta. Bardet, plata, y Woods, bronce, le acompañaron en el podio.
El corredor murciano sumó su séptima medalla mundialista y sucede en el palmarés al eslovaco Peter Sagan, vencedor en las tres ediciones anteriores, en Richmond 2015, Doha 2016 y Bergen 2017.
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— Ainara Hernando (@AinaraHernando) 30 de septiembre de 2018
Valverde añade el oro de este domingo-el cuarto español que lo consigue tras Abraham Olano, Igor Astaloa e Oscar Freire, que logró tres- a las dos platas de Hamilton 2003 y Madrid 2005 y los cuatro bronces de Salzburgo 2006, Valkenburg 2012, Florencia 2013 y Ponferrada 2014.
Datos a los que se pueden añadir un triunfo en la Vuelta a España, otros siete podios en las grandes vueltas por etapas, cuatro Lieja-Bastogne-Lieja, cinco Flechas Valona y dos Clásica San Sebastián, por citar solo algunos de los innumerables éxitos de un ciclista excepcional que a sus 38 años no ha dejado de ganar en 17 años de carrera hasta sumar este domingo su triunfo número 122.
Aunque el de este domingo ha sido el más buscado, el que pone la guinda a su palmarés y el que probablemente, como indicaron sus lágrimas en la meta, más emocionado haya recibido. La carrera, como se esperaba, se jugó en la pared de Gramartboden, un muro de 2.800 metros al 11,5 por ciento de desnivel y rampas de hasta el 28, con la cima a unos 10 kilómetros de meta.