Entre los Campeonatos Nacionales australianos y la Veneto Classic, los corredores de equipos pertenecientes a las dos categorías profesionales del ciclismo UCI, WorldTeam y ProTeam, dispusieron de centenares de jornadas de competición repartidas por los cinco continentes en vueltas, carreras de un día o campeonatos.
En función de su programación, disponibilidad, necesidades colectivas y, en algún caso puntual, de su voluntad, cada uno fue acumulando un número de días de carrera sobre los que terminada la temporada resulta posible hacer un pequeño balance.

ESTAJANOVISMO
Veinticinco profesionales rebasaron los 80 días de competición. Olvidadas ya las cifras cubiertas en el pasado, cuando era común que muchos superasen los 90 y alguno se fuese por encima del centenar, las limitaciones normativas impiden ahora que, salvo previa justificación, superen los 85, finalmente rebasados por siete corredores pertenecientes a WorldTeams.
Fueron Patrick Gamper, el más activo con 89; Pavel Bittner y Gijs Leemreize con 88; los galos Thomas Champion y Guillaume Martin con 87; y Harold Tejada y Chris Hamilton con 86. Alexander Kristoff se lleva el galardón oficioso de corredor ProTeam más activo con sus 83 días.

Entre los nuestros, el mejor registro lo alcanzaron tres nombres con 77: Carlos Rodríguez, Cristian Rodríguez y Joan Bou, habitual en las alineaciones para rondas por etapas de Euskaltel-Euskadi, que empalmó las tres pruebas más largas del último trimestre competitivo, las vueltas a Portugal, España y Langkawi en Malasia.

Más allá de números, y desde un punto de vista más subjetivo y cualitativo, la calidad de los calendarios cubiertos también se puede examinar, obteniendo un curioso resultado. Atendiendo exclusivamente a las grandes citas de 2024, las pruebas en línea de Mundial y Juegos Olímpicos, los cinco monumentos y las 21 etapas de las tres grandes vueltas, Oier Lazkano y Tadej Pogacar destacan sobre el resto, totalizando 46 días de carrera dentro de esas 11 competiciones.


EN BLANCO
Motivos de diferente índole impidieron a cuatro ciclistas de las dos primeras divisiones estrenar el contador de competiciones. Fueron Ignatas Konovalovas, Michel Hessmann, Theodor Storm y el navarro Josu Etxeberria, seguramente el más desafortunado tras chocar con un coche mientras entrenaba por su zona y sufrir diversas fracturas que le mandaron a la UCI en un primer momento, y han acabado comprometiendo muy seriamente el futuro de su carrera.
Problemas físicos a otros niveles impidieron también el debut de Konovalovas y Storm, en momentos muy diferentes de sus trayectorias. El lituano del Groupama - FDJ, que tenía pensado retirarse tras 17 temporadas como profesional, no pudo recuperarse de una hernia discal que en enero ya le obligó a desistir de participar en el Tour Down Under después de haber viajado a Australia.

Por su parte, el danés, ascendido directamente desde juveniles con INEOS Grenadiers, anunció durante la primavera, tras cumplir sus compromisos con la selección de pista, haber sufrido un importante bajón físico del que debía recuperarse en las siguientes semanas. Su arranque definitivo, previsto para la Vuelta a Chequia, se ha pospuesto hasta el año próximo. El conjunto británico incluso le ha presentado estas semanas como “nuevo corredor” junto al resto de sus incorporaciones.
En el caso de Hessmann los problemas vinieron derivados de su positivo por un agente diurético en un control efectuado en junio de 2023. El alemán, del que se rumorea su regreso a los pelotones para la próxima campaña, llevó su caso a los tribunales y consiguió una resolución favorable en su país en un primer momento, pero un recurso de la Agencia Mundial Antidopaje acabó prosperando y le impedirá correr durante todo este año y en los dos primeros meses del próximo.