Este próximo fin de semana (del 21 al 23 de agosto) tendremos un nuevo Campeonato de España de ciclismo en ruta para élites-UCI, los conocidos popularmente como profesionales. La ciudad de Jaén fue anunciada el pasado invierno como sede de una prueba que extiende su existencia en el tiempo por tres siglos, desde su primera edición organizada a finales del XIX. Tan sólo la Guerra Civil (1937) y un plante no muy lejano de los participantes (2006) habían podido detener en los últimos cien años la disputa de un evento riquísimo en historia y datos que anualmente aglutina a la élite nacional, compuesta en su inscripción actual por ciclistas élite de formaciones amateurs e integrantes de las tres divisiones del profesionalismo. Para los corredores de muchos equipos continentales, esta competición es en ocasiones su única oportunidad de poder participar en una prueba de la máxima categoría en España, lo que supone una motivación añadida. El palmarés: ochenta y tres ganadores Entre el portugués José Bento Pessoa, vencedor de la primera edición disputada en la provincia de Ávila en 1897 bajo el nombre de Gran Premio de la Unión Velocipédica, y el murciano Alejandro Valverde, primero el año pasado en Murcia, un total de 83 corredores se han repartido los 117 títulos otorgados de campeón de España absoluto. Mariano Cañardo Con un espectro tan largo de tiempo abarcado desde su arranque, nombres de épocas completamente antagónicas aparecen en la nómina de ganadores, donde 27 ciclistas han repetido triunfo una o más ocasiones y en la que Mariano Cañardo (1930, 1931, 1933 y 1936) es el primero con cuatro entorchados. Al navarro de Olite le siguen cinco nombres con un triplete: Luciano Montero, Julián Berrendero, Bernardo Ruiz, Antonio Suárez y Alejandro Valverde. José Joaquín Rojas y Jesús Herrada, ambos con dos victorias, son los otros dos ciclistas del pelotón actual que pertenecen a la selecta lista de ganadores de más de un título en la que se encuentran figuras de la talla de Luis Ocaña, Txomin Perurena o Juan Fernández. Martínez Heredia (izda) y Juan Fernández con el maillot de campeón de España. En el caso de Perurena, es reseñable su triplete conquistado en 1975, donde además del título absoluto, logrado en Torrejón de Ardoz, se llevaba los campeonatos de Montaña, celebrado en su provincia, y la crono por regiones donde le acompañaron Miguel Mari Lasa y José Nazábal. Sólo el catalán Francisco Masip (1953) posee también esta marca inalcanzable en la actualidad, ya que hoy sólo es posible conseguir un doblete que únicamente ha logrado Abraham Olano desde la incorporación en 1994 de la crono individual al programa de los campeonatos profesionales. El maillot de campeón: colores para la polémica Si bien Laudelino Cubino ya prescindió de su uso durante algunas etapas de montaña de la Vuelta Ciclista a España de 1991 por indicaciones del propio patrocinador, Seguros Amaya, fue sobre todo a partir del triunfo de Miguel Indurain en 1992 en Oviedo cuando se encendió en España la polémica sobre el diseño de la equipación del campeón nacional. El navarro de Banesto se presentaba días después en San Sebastián a la salida del Tour con una vestimenta prácticamente idéntica a la de sus compañeros, con la excepción de los colores de la bandera nacional grafiados en las mangas y el cuello de su maillot. La protección de la imagen y los colores corporativos del patrocinador vienen siendo desde entonces los argumentos esgrimidos por la actual estructura de Abarca Sports en sus diferentes denominaciones para no cambiar demasiado las equipaciones de sus corredores. Multitud de ellos -incluidos algunos de otros países como Visconti- vienen luciendo desde entonces versiones dulcificadas de la clásica que solía recrear los colores de la bandera, y sólo durante el periodo de patrocinio de Caisse d'Epargne pudieron verse soluciones más previsibles en los trajes de Iván Gutiérrez, Rubén Plaza o Joaquim Rodríguez. Como gran excepción a la norma y casi guardada en el olvido, Indurain llegó a aparecer vestido de rojigualda junto al resto de la plantilla durante la concentración invernal previa a la temporada 1993. Esta polémica no es exclusiva de España, existiendo en el resto de Europa casos similares de ciclistas que tras ganar han tenido problemas derivados de la obligación de vestir en su ropa los colores de la bandera de su país. A principios de la década de los noventa, el belga Van Itterbeeck era uno de los primeros que encendían la luz de alarma sobre la cuestión. Después de conquistar su título nacional se encontró a final de año con dificultades para encontrar acomodo en otros equipos -según apuntaba por el camuflaje del patrocinador que la bandera belga implicabay, finalmente, tras incorporarse al GB-MG, acabaría posando en las fotos oficiales con la misma ropa que el resto de sus compañeros. En cambio, Marc Madiot es desde siempre un férreo defensor del respeto a la bandera por parte del campeón cuando este se encuentra entre sus corredores y despacha la cuestión con una recordada sentencia que trasciende el ámbito deportivo e invade el político-sentimental. "La bandera no se mancha", ha declarado en alguna ocasión el francés. Otros galardones: contrarreloj, montaña, independientes... Históricamente y al margen del campeonato absoluto -que se ha servido en su historia de cinco fórmulas competitivas distintas para designar al ganador hasta ceñirse a la prueba en línea-, el ciclismo profesional español viene entregando desde hace mucho otros títulos de campeón profesional en cada temporada. Corredores sin equipo -los conocidos como independientes-, escaladores, cronos colectivas e individuales han contado también en diferentes épocas con pruebas específicas y galardones. Con el antecedente de la contrarreloj regional por tríos -en realidad eran Federaciones Territoriales celebrada entre 1944 y 1977, la crono individual fue instaurada oficialmente en 1994 y viene marcada desde su inicio por la omnipresencia de nombres en el palmarés de sus 26 ediciones. Jonathan Castroviejo lo comanda con sus cinco títulos, seguido de cerca por José Iván Gutiérrez y Luis León Sánchez, ambos con cuatro. Curiosamente, en esta especialidad, cuya lista de ganadores inauguró Abraham Olano, llegaría en 2009 el único título profesional de Alberto Contador, obtenido en un recorrido de casi cuarenta y ocho kilómetros con llegada a las Cuevas de Altamira. Alberto Contador, campeón de España Contrarreloj en 2009 Otra disciplina de cierto renombre, pero desaparecida en los años setenta, fue la escalada. Existió un campeonato de montaña para profesionales que contó con 35 ediciones y una pléyade de ilustres nombres entre sus galardonados, haciendo buena esa fama de dominadores del terreno que tuvieron las figuras nacionales hasta la llegada de Miguel Indurain. El cántabro Fermín Trueba encabeza con cuatro títulos una lista donde no faltan Federico Martín Bahamontes, Jesús Loroño o Julio Jiménez. Mostrando su polivalencia, también tiene sitio gente rápida de la talla de Miguel Poblet o Txomin Perurena. Txomin Perurena y Jonathan Castroviejo Además hubo un campeonato específico para los denominados independientes, al que optaban todos los corredores con licencia profesional que no pertenecían a ningún equipo. Con el paso de los años y el afianzamiento de los equipos a mediados de la década de los sesenta, la Federación Española lo acabaría sustituyendo por otro pensado para los aficionados de primera y especial tras un periodo de existencia donde contó entre sus ganadores más ilustres con José Antonio Momeñe, José Pérez Francés o el mítico Bernardo Ruiz. Juan Carlos Guillamón: alma de cantante Culminando una primera mitad de temporada 2002 donde los modestos brillaron con luz propia frente a las grandes estructuras de la época, Juan Carlos Guillamón se imponía por sorpresa en Salamanca, adelantándose a Abraham Olano y Miguel Ángel Martín Perdiguero. El murciano de Puebla de Soto, corredor del Jazztel-Costa de Almería de Miguel Moreno, consiguió burlar al pelotón en el último kilómetro junto a Olano y lograr el triunfo más destacado de su rápido periplo profesional, seis años repartidos entre Portugal y España. Apenas uno después, y por culpa de unas molestias en la arteria ilíaca que ya le habían hecho pasar dos veces por el quirófano, se veía obligado a abandonar la competición tras unos últimos meses transcurridos competitivamente en blanco. El Pelos, como se le conocía en el mundillo, fue también noticia durante aquel periodo al margen de su faceta ciclista por sus aptitudes como cantante, que ya le habían llevado a actuar en pequeñas verbenas y le hicieron optar en el año de su retirada a ser seleccionado para la fase final de la tercera edición de Operación Triunfo. Una afección detectada en sus cuerdas vocales cuando se encontraba en la última ronda le eliminó del proceso de elección, acabando allí parte de un sueño que nunca abandonaría del todo, y que con el tiempo le permitió incluso compartir algún dueto con la sevillana Pastora Soler. Campeonato femenino: también para ellas Gracias al impulso inicial del zaragozano Ángel Giner -figura decisiva en la expansión del ciclismo femenino a nivel nacional y organizador en su ciudad de la primera edición-, España cuenta desde 1979 con un campeonato absoluto para la categoría femenina, que arrancó con un recorrido desarrollado en el interior del conocido como Parque Grande de la capital aragonesa. Mercedes Ateca, una cántabra afincada en Francia, donde conocía y tenía acceso al mundo de la competición en una época en la que en España era extraño ver a una mujer subida a una bicicleta de carreras, fue la primera vencedora de aquella competición, que dio 16 vueltas a un circuito de 1.250 metros con un fuerte repecho. Repetiría por espacio de dos ediciones en los siguientes años, hasta que nuevos nombres fueron tomando su relevo. Maribel Moreno -tres títulos entre 2006 y 2008- y la polifacética Rosa Bravo -otros tres en 1998, 2000 y 2011- encabezan junto a la propia Mercedes Ateca un palmarés donde la práctica totalidad de figuras nacionales han asomado a lo alto del podio en una o más ocasiones. Un repaso a la lista de ganadoras permite comprobar la presencia de nombres como los de Joane Somarriba (1994), Marga Fullana (1999), Dori Ruano (2001), y también de figuras más actuales como Anna Sanchis (2012 y 2015), Ane Santesteban (2013), Mavi García (2016) o Sheyla Gutiérrez (2017). El ciclismo femenino cuenta también desde 1995 -un año después que los hombres- con una contrarreloj individual dentro del programa del Campeonato. Dori Ruano -siete triunfos- y Eneritz Iturriaga y Anna Sanchis -cuatro cada una- son las dominadoras de una prueba donde se acercó también para triunfar en dos ocasiones Leire Olaberria, guipuzcoana especialista en los velódromos con medallas en Mundiales y Juegos Olímpicos, pero a la que también era frecuente ver participar en pruebas de carretera.